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Mecanismos del “deslizamiento de lengua”
ОглавлениеLa descripción de los mecanismos fonéticos y sintácticos del lapsus se encuentra en R. Meringer11, cuyos trabajos fueron popularizados por Freud en el capítulo “Lapsus” de la Psicopatología de la vida cotidiana. Ellos son: la permutación [interversión], la anticipación, la intrusión anticipante, la prolongación superflua, la contaminación, la sustitución pura y simple.
Esa tipología apenas ha evolucionado desde hace cien años, pues la lista propuesta por Rossi y Peter-Defare12es la siguiente: la amalgama (cf. “Un discours ébouristouffant”), la haplología (cf. “L’éligilité”), la omisión (cf. “Un sévice de porcelaine”), la inserción (cf. “Le crapitaine des pompiers”), la interversión (cf. “Il a digéré sa lettre de démission”), la sustitución fonética (cf. “Une évolution histérique”).
Además, globalmente, la mayor parte de los lingüistas recogen la distinción entre el lapsus fonético y el lapsus semántico. Para el primero, toman en cuenta el tramo [(cf. supra), la meta (la expresión pretendida y perturbada) y el efecto lexical (el error puede llevar a una palabra pronunciada). Para el segundo, que consiste en una sustitución sin parentesco fonético, solo toman en consideración las modificaciones sémicas e isotópicas.
La investigación sobre los lapsus va acompañada siempre de la constitución de un “corpus”: el de Meringer comprende 4.400 muestras, y Rossi & Peter-Defare colocan en un sitio de internet 2.808 lapsus. Nosotros nos limitaremos a proponer algunos ejemplos, tomados casi todos del ámbito universitario, y escogidos por sus incidencias semánticas y discursivas. Forman nuestro propio “corpus” de referencia y los presentamos a continuación sin comprometer ninguna interpretación semántica previa.
1. Un responsable de curso universitario comenta: “Pour le Deust, c’est à peu près le même toto [pour topo], le total des heures est insuffisant” [En cuanto al Deust, es más o menos el mismo toto [en lugar de topo (discurso)], el total de horas es insuficiente].
Se trata aquí de una intrusión anticipante: la p de topo es reemplazada por t por anticipación de la segunda t de total. Además, la duplicación de la t en total funciona como esquema rítmico, el cual se impone por asimilación progresiva a topo. Se advierte, por otra parte, que la existencia del nombre familiar Toto, con todos los recuerdos que conlleva de irrisión y de bromas ambiguas, puede constituir también un atractor para reforzar la operación.
2. Un rector de universidad presenta un esquema para comentar las demandas de los nuevos diplomas; describe sus líneas generales y hace el siguiente comentario: “Je suis en train de vous définir un cadenas, pardon un canevas, pour la préparation du contrat d’établissement. Excusez-moi, je ne voulais pas vous enfermer” [He tratado de presentarles un cadenas, perdón un canevas (esbozo) para la preparación del contrato institucional. Discúlpenme, no quería encadenarlos]. Se trata de una interversión [permutación] pasando la n de la segunda sílaba de canevas a la tercera de cadenas. La intervención se combina aquí con una asimilación regresiva, por estar la dental oclusiva d más cercana de la otra dental oclusiva n que de la fricativa v.
Se aprecia claramente en este ejemplo que la simple interversión [permutación] está sometida a la presión de una forma conocida (cadenas) que modifica la aplicación mecánica, añadiendo una asimilación: en el momento en que la lengua “resbala”, el mecanismo sensoriomotor, desestabilizado por haber salido de una “buena forma”, es conducido hacia el atractor que constituye otra “buena forma”.
3. Un director de academia, hablando de la implantación de nuevas antenas universitarias fuera del sitio principal de una universidad, se expresa así: “Il nous faut envisager avec volontarisme la décolonisation des formations” (décolonisation por délocalisation). [Debemos considerar con voluntarismo la descolonización de las formaciones…” (descolonización en lugar de descolocación)]. Tiene aquí lugar otra interversión local: col en lugar de loc, pero es la presión ejercida sobre otra palabra existente la que produce el paso de il a ni, y más precisamente, de la ápico-alveolar lateral l a la ápico-dental sonora y nasal n.
4. Citemos aquí tal cual un lapsus presentado por Freud, con el comentario de Bl.-N. y R. Grunig13:
Tampoco debemos ver el efecto de un conflicto en el famoso lapsus citado por Freud, donde se crea una palabra-puente imbricando dos palabras, en este caso, begleiten (acompañar) y beleidigen (ofender): Ich möchte Sie gerne begleitdigen (Me gustaría mucho aconfender-lo).
El mecanismo fonético de sustitución no logra imponerse porque las dos presiones que entran en conflicto se equilibran: el atractor que representaría la “buena forma” beleidigen es incapaz de desalojar por completo la enunciación del primer atractor begleiten. Tocamos aquí los límites de la modificación fonética. En esa formación de compromiso vemos claramente que la hipótesis mecanicista y puramente fonética solo ofrece una descripción a posteriori y de ninguna manera una explicación completa: el “deslizamiento de lengua”, en efecto, tiene que ser guiado por el juego de las presiones hacia formas al menos eficientes, si no significantes.
5. Un periodista deportivo, haciendo el balance de la carrera La ruta del ron de 1998, después de precisar las posiciones de los multicascos, añade: “X ha sido gravemente herido en la cabeza, pero ha asegurado que continuará en la carrera. Por lo que se refiere a los monocascos, daría la impresión de que Coma, eh!, Thomas Covil estaría a la cabeza por el momento”. La sustitución parcial (Co en lugar de Tho, atraído por Covil) se presenta ciertamente como una asimilación fonética, pero surge por la presión de una contaminación semántica a distancia entre la grave herida en la cabeza y el estado de coma.
6. Un alto funcionario de la Región del Limousin, queriendo poner en evidencia el rol que cumple el polo universitario de Limoges, comienza a hablar del modo siguiente: “Es muy claro que el polo de Toulouse, oh, perdón, Limoges.”, bajando bruscamente la entonación al final de Toulouse. Esa sustitución pura y simple no tiene ningún fundamento fonético, y su completa explicación ha de encontrarse en otros registros. Sin embargo, aunque ese lapsus no tenga relación alguna con la cadena fónica del discurso, manifiesta no obstante un lazo con el co-texto: un error como le pôle de cendrier [el polo de cenicero] no se consideraría un lapsus; por alejada que esté en el texto, la expresión encausada tiene que hallarse en relación con el co-texto.