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La venta de las telas: las primeras agencias de Fabricato

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Por los días de la inauguración de la fábrica se comentaba en la prensa que Fabricato producía “hilos más delgados de los que fabrican las demás empresas antioqueñas, y en consecuencia sirven para la fabricación de telas más finas”.117 Emilio Restrepo Callejas, gerente de la Compañía de Tejidos de Medellín, hizo eco del comentario, cuando dijo sobre la primera producción de Fabricato: “se van a quebrar por fundar en Colombia una Fábrica para producir telas extranjeras”,118 lo que decía bastante de la calidad suprema del producto. Sin embargo, no se trataba de telas para la gente pudiente, como las extranjeras de mejor calidad, pues, según Jorge Echavarría, un 25% de las producidas por Fabricato era consumido por las clases medias, mientras que el otro 75% era comprado por “el pueblo”.119

Aunque las telas de Fabricato parecían ser más finas que otras nacionales, la primera que se lanzó al mercado, la coleta, no fue bien recibida y ello se debía a que, como ya se expuso, las “telas del país” eran sinónimo de telas ordinarias. Sin embargo, Fabricato también comenzó a competir en precios y calidad.120 Esta estrategia ya la habían implementado otras fábricas textiles que abarataban la tela, incluso por debajo del costo de producción, pues lo importante en aquellos años era ganar clientes.121

Antes se indicó que durante las primeras décadas del siglo XX fue difícil desplazar el gusto por las telas extranjeras, porque la tradición de importación de este producto fue muy fuerte hasta principios del siglo XX y porque la producción local no alcanzaba a cubrir todo el país.122 Sobre las telas nacionales y foráneas escribió un jurado de la Exposición Industrial y Agropecuaria de Medellín en 1923: “En los productos antioqueños hay ya un acabado y buen gusto de dibujos muy halagadores, que con la ayuda de unas cuantas calandras se harían confundibles con los productos ingleses y americanos”.123

La conquista del mercado nacional por parte de los textiles nacionales fue gradual e implicó la implementación de diferentes estrategias, como los precios bajos, la realización de campañas en favor del consumo de productos nacionales, la publicidad y las solicitudes al Gobierno nacional para aumentar los impuestos sobre las telas importadas.124 No obstante los esfuerzos por copar el mercado nacional, las telas de Fabricato se vendían bien. En fecha tan temprana como febrero de 1924, quienes dirigían la empresa se mostraban entusiastas ante la cantidad de piezas producidas y ventas logradas, de modo que anotaron al respecto:

Este ha sido el mes que más se ha producido en Hilados, Telares y Tintorería, a pesar de haber tenido solo 25 días de trabajo, desde que empezó la Fábrica; en que más se ha vendido y más territorio se ha cubierto debido a las ventas hechas en sus correrías dentro y fuera del Depto. por A. Zea y D. Botero. A pesar del largo, fuerte y terrible verano el agua en la acequia ha sido más que suficiente. La fuerza no ha dejado que desear y el personal ha estado cumplidísimo. El mes record.125


Exposición de telas de la Fábrica de Tejidos de Bello, compañía que se incorporó a Fabricato en 1939, s. f.

Archivo Fabricato

El hecho de que los ahora industriales no hubieran abandonado el comercio, pues inicialmente conservaron sus casas comerciales y sus almacenes, hizo posible la integración entre producción y comercialización de las telas. En aquel contexto de incipiente desarrollo industrial, se trataba de las dos dimensiones del mismo negocio, “la integración perfecta”, pues “los antiguos importadores de telas, con una clientela asegurada y almacenes bien situados, producían ahora telas y las distribuían ellos mismos”.126 De acuerdo con ello, la organización de las ventas se dispuso según el modelo de empresas como Coltejer, que no era más que el ya establecido por el inveterado comercio.127 El sistema consistía en que una casa o sociedad comercial vendía las mercancías que Fabricato le daba en consignación y por ellas la casa ganaba una comisión, que fue variando con el tiempo, de 4% en 1924 y del 10% en 1931.128 Este sistema se llamaba agencia. Al comienzo las hubo exclusivas, que solo podían vender telas de Fabricato, y no exclusivas, que, al tiempo que telas de la compañía, ofrecían de otras marcas.129

En 1923, Rosellón, La Compañía de Tejidos de Medellín, Tejidos Unión y Coltejer tenían agencias en las principales plazas de comercio del país, como Bogotá, Manizales, Cali, Girardot, Pereira, Armenia, Ocaña y Honda.130 En diciembre de dicho año Fabricato ya contaba con más de 11.000 pesos por concepto de mercancías en agencias. Las primeras en Medellín fueron las de las casas comerciales L. Mejía S. & Cía. (en Palacé), Mesa Hermanos & Cía. (en Colombia), Isaac Restrepo Posada (en Bolívar), R. Echavarría & Cía. (en Bolívar), Hijos de Alonso Toro & Cía. (en Colombia), Tulio Mesa & Cía. (en Bolívar) y Jaramillo Medina & Cía.131

Como se escribió en el registro del mes récord, las ventas se extendieron por otros lugares del país. Las primeras agencias por fuera del departamento se establecieron, entre 1924 y 1931, en los mercados en los que ya se vendían otras telas de producción nacional: Manizales (Félix Salazar & Hijos), Bucaramanga (Estanislao Olarte S.), Honda (Emilio Urrea & Cía.), Cali (Aristizábal & Piedrahíta), Bogotá (Pizano & Ortiz, que desde 1926 sería Pizano Hermanos), Pereira (L. Aristizábal & Cía., que también tendría agencia en Medellín), Girardot (Manuel José Uribe & Cía.), El Banco (Miguel Bustamante,) Montería (O. & L. Dereix & Co.) y Cúcuta (A. Sabrino).132

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