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Sociedad Lunar

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Los aportes de Erasmus se basaban en el conocimiento científico y en la educación. Escribió varios poemas didácticos sobre botánica. Inventó una «máquina para copiar», especie de fotocopiadora del siglo XVIII. Fue uno de los fundadores de la Sociedad Lunar, un club de discusión de prominentes filósofos e intelectuales ingleses y escoceses, dedicados por completo a temas de la naturaleza y de las ciencias. Se reunieron regularmente entre los años 1765 y 1813 en Birmingham y Erasmus Darwin fue uno de los pilares y fundador de esta sociedad de científicos.

El nombre de la sociedad provenía de su práctica de organizar reuniones durante las noches de luna llena. Como no existía iluminación en las calles, la luz extraordinaria de la luna hacía que el camino de vuelta a casa fuese más fácil y seguro. También era un código entre los científicos: al ver la luna llena, sabían que comenzaban a prepararse para las reuniones de los inventores. Además de ser grandes amigos, muchos de ellos tenían la misma edad y compartían los mismos orígenes universitarios: Edimburgo, Cambridge y Oxford.

Se autodenominaban «lunáticos» y se juntaban en la casa de Erasmus Darwin, en la de Matthew Boulton o en la mansión en Birmingham de Samuel Galton Jr., que era cuáquero y fabricante de armas.

Entre aquellos hombres prominentes, fue importante el doctor William Small, quien arribó a Birmingham en 1765 desde la colonia de Virginia en Estados unidos, donde había sido profesor de Thomas Jefferson. En Inglaterra Small actuó como el organizador de las reuniones del grupo.

Los miembros de la Sociedad Lunar eran muy influyentes. Entre los que participaban de manera regular también estaba el químico y geólogo escocés James Keir, conocido por haber inventado y patentado una aleación de cobre, zinc y fierro que llamó latón. Se utilizaba en calderas a vapor y para reemplazar la cubierta de cobre que se colocaba en los cascos de las embarcaciones para evitar que se pegaran crustáceos y algas.

Como el latón era más barato que el cobre fue considerado uno de los avances importantes de la Revolución Industrial. También participó de la Sociedad Lunar un compañero de universidad de Erasmus, el científico Joseph Priestley, considerado el descubridor del oxígeno.

Fue uno de los primeros en aislarlo de forma gaseosa y el primero en reconocer su papel fundamental para los organismos vivos.

La Sociedad Lunar se convirtió en una verdadera pasión para Erasmus Darwin. Sus integrantes industriales, filósofos, científicos de la naturaleza se reunían para examinar cualquier invento que surgiese. La puesta en práctica de esos inventos y los efectos naturales que estos tendrían en el progreso y el bienestar de la gente eran temas que ellos discutían y analizaban meticulosamente.

Los informes que realizaban los miembros la Sociedad Lunar eran incorporados como parte de su colección de fuentes privadas.

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