Читать книгу Fuera de guión - Jen Wilde - Страница 9
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Me paso el resto del día haciendo recados. Sirvo bebidas varias, hago llamadas de teléfono, llevo papeles de un sitio a otro y tomo notas para Jane en plató. Incluso logro hacer algunas fotos para el Instagram de Silver Falls y responder a algunos comentarios. Por muy frenético que suene, me lo paso bomba. Al menos, cuando Malcolm y Dirk no están presentes.
Para cuando salgo de los estudios, ya ha oscurecido. La música de Hayley Kiyoko me acompaña a través de los cascos mientras el autobús se desliza por la autopista. El efecto de la Ritalina se me ha pasado hace horas y se nota: apenas puedo mantener la cabeza erguida por el agotamiento.
Tengo una relación de amor/odio con la Ritalina. Cuando la tomo, me llena de energía. Me vuelvo charlatana y animada, y no me cuesta centrarme. Soy eficiente. Estoy despierta. Pero debajo de todo hay una corriente de ansiedad, una sensación de incomodidad en el pecho, como si fuese a llegar tarde a la reunión más importante de mi vida o algo así. Lo malo es que, si no la tomo, me paso el día medio dormida. Me muevo como un perezoso. Nunca sé qué tarea hacer primero y, si la sé, pierdo la concentración enseguida y no la termino. Conmigo no hay término medio: o soy un perezoso o el conejito de Duracell. Y ahora mismo estoy en modo perezoso total; ni las sacudidas de las paradas del autobús por todo Los Ángeles me mantienen despierta.
Cuando llego caminando al piso de Parker desde la parada del bus, ya son más de las nueve. Saco la llave de la mochila e intento abrir la puerta, pero una vez más, esta no cede. Antes de que ejecute el complicado truco de Parker, él abre la puerta desde dentro con una sonrisa.
—¡Por fin! —dice antes de abrazarme. Apoyo la mejilla en su hombro y me relajo—. Llevaba esperando todo el día para darte este abrazo.
Me conduce al interior del piso y cierra la puerta.
—Estoy muy orgulloso de ti. Ahora cuéntame todo lo que has visto con pelos y señales. Empieza por Will Horowitz.