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GUERRA DE SECESIÓN GALÁCTICA

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Con el tiempo, se produjo distanciamiento y cierta desconexión entre las colonias más desarrolladas económicamente, encabezadas por Tellus y sus Cinco Estados, con las colonias más alejadas y pobres en la galaxia, que estaban integradas por los sectores espaciales Deywós, Horos, Forctis y Vires. Las colonias de estos sectores mostraron su malestar por las elevadas tasas e impuestos sobre algunas materias primas básicas, que se aplicaban desde magistratura y el Consejo Federal para sufragar gastos que permitieron el crecimiento en las colonias más desarrolladas mientras que los sectores exteriores apenas podían afrontarlas.

Esa separación acabó en confrontación de clases, que tuvo su origen en 2951 ET cuando una oleada de protestas desde las colonias exteriores acabó conduciendo a la primera guerra civil galáctica. Los planetas de Cival o Kaupang, del sector Vires, y Trondheim, del sector Forctis, encabezaron la secesión de los sectores más desfavorecidos que, incumpliendo las leyes y los tratados establecidos sobre los impuestos, se declararon independientes de la Unión Colonial para fundar la nueva CPL (Confederación de planetas libres) y unificar sus milicias sectoriales en una sola flota militar.

Los representantes de los Cinco Estados de Tellus tanto en magistratura como más tarde en el consejo presionaron para que se adoptaran medidas represivas contra los sectores planetarios secesionistas y la recién creada CPL, y en una sesión extraordinaria se aprobó el envío de una flota de la Unión Colonial a los sectores exteriores para persuadir de cualquier acción subversiva por su parte. Así mismo, los representantes de la CPL anunciaron que la presencia de cualquier navío de guerra en sus órbitas espaciales sería interpretada como un acto de guerra y actuarían en consecuencia.

La batalla del planeta Dorkhal, en el sector Deywós, dio comienzo al conflicto. Los acorazados estelares de la Unión Colonial no dieron opciones a la pequeña flota colonial que defendían las estrellas azules. Esta superioridad manifiesta desde casi el principio, también tuvo su daño colateral, al granjear cierta simpatía para las colonias exteriores entre algunos representantes en magistratura, que defendieron el diálogo y el acuerdo antes que la represión armada. La voz más significativa de este movimiento fue la de los parlamentarios de Damassos que exigieron durante la sesión de control del Magisterio el fin de las hostilidades y la creación de una comisión negociadora para la paz.

Las colonias exteriores contraatacaron, y destruyeron las bases de la Unión cercanas a la órbita de Beled, frenando el avance de las fuerzas de la Unión por el sector Pax.

Guardianes de Titán. Éride

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