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CAPÍTULO 2
Magisterio

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Dan Bilson se reunió con el consejero Johr fuera del hemiciclo. Había sido una votación tensa, y al final habían ganado los opositores a una intervención militar de la Unión en el conflicto dentro de Zoé. De hecho, fue una decisión tan ajustada que el propio Primer Cónsul tomó partido mostrándose contrario a la actuación directa del máximo organismo de la galaxia. Nueve votos más el del propio Primer Cónsul en contra, y siete a favor. No era nada habitual que un Primer Cónsul emitiera su voto si no se requería para desempatar una proposición de ley, pero esta vez pensó que la ocasión así lo requería. La sesión había acabado con la promesa de Kiir Déby de seguir atentos a los acontecimientos y enviar a más observadores de la orden Augur a la zona. Actuaciones que a Dyron Johr le parecían insuficientes, o simplemente meros formalismos de cara a la galería.

—Lo que ha sucedido hoy es otra muestra más de que este consejo está en manos de corruptos…—se quejó amargamente.

—¿Qué quiere decir, señor?

—¿No te has dado cuenta? Analiza quiénes han dado apoyo a Dalian vetando una actuación militar de la Unión dentro del sector Zoé.

Echando la vista a lo ocurrió en el consejo horas antes, Dan recordaba cómo los otros estados de Tellus habían votado en contra de la ley de intervención. Lo mismo hicieron los representantes de Arcadia, Génesis, Olimpia, Dundalk y el propio Dalian. Nueve votos contra siete, sobre los dieciséis posibles otorgaban la mayoría simple a la opción del “no”. El Primer Cónsul también se pronunció negativamente a la medida, por lo que la diferencia final fue de tres votos. La alianza entre los estados de Darras y Pellinore con el sector Kairós era algo habitual. Los linajes de Bari y Corvo tenían muchos intereses compartidos dentro de ese sector colonial. Tampoco había que pasar por alto los fuertes vínculos entre Dalian y Arcadia, que les hacían coincidir frecuentemente en una misma estrategia. Sin embargo, sí era altamente llamativo que el sector Keres, con Génesis a su cabeza, se hubiera posicionado con los partidarios del inmovilismo, teniendo en cuenta solo razones puramente comerciales, ya que el gigante multiestelar Génesis A.X. tiene muchos tratos con el sector planetario Zoé, y una zona en permanente conflicto no es el mejor escenario para hacer negocios. Dan desconocía el punto de vista real del sector Anástasis, ya que el representante de Olimpia había divagado mucho durante su intervención y el “sí” que iba a otorgar acabó siendo un “no” final que sorprendió a propios y extraños. La posición de Dundalk también era extraña, parecía ilógico que un sector dirigido por una religión como la cristiana, no tratara de aprovechar la situación para acabar con el movimiento humanista de RaShal, un competidor directo en la captación de fieles. Pero sin duda lo más curioso de todo, se encontraba en la decisión del Primer Cónsul en hacer constar su voto a pesar de que por mayoría simple ya habían ganado los opositores a la nueva ley. De todas formas, que Kiir Déby se hubiera involucrado personalmente no parecía disgustar demasiado al propio consejero Johr. Que el Primer Cónsul se hubiera pronunciado abiertamente parecía venirle bien para sus intereses.

—El Consejo Federal está muy dividido. Rechazar la ley de intervención es una medida impopular que puede acarrear consecuencias.

—Así es, querido señor Bilson —exclamó con cierto jolgorio el consejero Johr. —Y vamos a aprovechar eso.

—¿Cómo?

—Esta noticia no sentará nada bien en el Magisterio. Allí el voto es individual, uno por cada planeta, donde los intereses de los sectores quedan más difuminados. Por eso aprobaron la ley con gran mayoría. Esperaban que el Consejo Federal la ratificara, pero debido a los movimientos realizados por el Primer Cónsul no ha sido así. Se ha llevado a su terreno a los sectores coloniales suficientes para asegurarse una mayoría que respalde su opinión dentro del Consejo Federal. Por eso ahora tenemos que ser listos y hábiles. Y es ahí donde vas a entrar tú.

—¿Yo? —esa última afirmación le había cogido por sorpresa.

—Sí, por supuesto. Estás aquí precisamente para este tipo de situaciones —le respondió con cierta ironía el consejero Johr—. Quiero que vayas al Magisterio y te reúnas con los representantes más influyentes. Quiero conocer qué opinan. Eres un chico inteligente y estratega. Sabrás cómo sonsacarles, y cómo ganártelos. Sobre todo, eso último. Tienes facilidad de palabra. Sabes escuchar. Tienes don de gentes. Y aunque quieras aparentar lo contrario, no eres nada inocente.

Las palabras del consejero le ruborizaron un poco. Se sentía halagado, y también algo desconcertado. ¿Realmente pensaba todo eso sobre él? O, ¿le estaba regalando los oídos para reforzarle la confianza? Los dotes de Dyron Johr eran verdaderamente asombrosos, poco a poco se estaba revelando como un gran manipulador, y lo hacía de una forma sutil y elegante. No era algo que le disgustara, al contrario. Por algo le consideraba el mejor político de la galaxia.

—¿Con qué intención realizamos el sondeo?

—Sé que tú, y el resto de tu equipo, habéis especulado mucho sobre qué pasaría si presentáramos candidatura a Primer Cónsul. He estado reflexionando mucho, y, ¿por qué no dar un paso adelante? Quizá tengáis razón y es hora de hacer saber que estamos preparados. Quiero saber qué apoyos tendríamos en el Magisterio que pudiera posibilitar un cambio de escenario.

Dan se alegró de oír aquello. Dyron Johr, el menos político de los políticos, estaba valorando seriamente optar a convertirse en Primer Cónsul de la galaxia. No era el perfil que se solía proponer para el cargo, pero aunando los suficientes apoyos su nombre podría salir a la palestra, y por qué no, en un futuro convertirse en el líder de la Unión Colonial.

El Magisterio es un edificio majestuoso situado en el corazón de la galaxia, en el planeta Akron. Aunque se encuentra dentro del sector Keres, este planeta no se rige por sus leyes, sino que actúa de forma independiente y soberana, precisamente para salvaguardar su carácter simbólico y representativo del poder legislativo en la galaxia. La Ciudad Centinela es la base del Magisterio. De hecho, es la más grande en Akron, y de las más pobladas en la galaxia, llegando a los veinte millones de habitantes. Gran parte del crecimiento de la ciudad fue debido a la actividad política que se desarrolla en magistratura.

Una vez acabada la gran expansión y con la unión de todos los sectores coloniales en una sola federación, se decidió seguir un modelo de separación de poderes. El legislativo, recaía de forma bicameral en el Consejo Federal y el Magisterio. Mientras que en el consejo están representados solo los planetas capitales de cada sector, el Magisterio cumple una función de mayor deliberación al contar con más representantes. Las competencias del Consejo Federal incluyen la autoridad de regular el comercio espacial, aprobar leyes, establecer tratados, mantener las fuerzas armadas, dirigir a los augur y declarar la guerra. El consejo también ostenta la potestad de realizar todas las leyes necesarias y propias para ejecutar poderes futuros. El Magisterio es casi totalmente igual al consejo en poder. Sin embargo, como en el caso de la Cámara Alta, también tiene competencias exclusivas. El Magisterio puede aprobar o rechazar a las personas designadas para puestos en el Consejo Federal. También puede ratificar tratados de distinta índole y las leyes únicamente se deben elaborar en esta cámara al ser más representativa que el Consejo.

Dan Bilson se había ganado un viaje en primera clase hacia Akron, destino a Ciudad Centinela. Allí ya había pasado tres años bien buenos de su vida, mientras trabajaba para los representantes de Valkuum. Sabía cómo moverse bien. Su primera actuación sería precisamente hablar con ellos. Encuadrado dentro del sector Ananké y siendo un exponente más de la política democrática y abierta que encabezaba Tanneris, Dan auguraba que Valkuum habría sido uno de los promulgadores de la ley para la intervención de la Unión ante los ataques terroristas perpetrados por una

organización radical con tintes religiosos. En su agenda tenía previsto verse con diversos comisionados, entre ellos los de Tanneris, Vanuat como principal afectado, Cival, y otros tradicionales aliados del linaje de Johr.

Llegó a primera hora, y se dirigió al Akron Palace, uno de los mejores hoteles de toda la ciudad. Trabajar para alguien tan importante como el consejero Johr tenía estas cosas. Ya se acabó eso de hospedarse en hoteles de dos estrellas o moteles de mala muerte. Ahora estaba “jugando en primera división”. Aun así, no tenía tiempo de relajarse ni de disfrutar de las vistas que le proporcionaba el tener una habitación con el balcón encarado a la metrópolis. Le esperaba un día muy movido en el Magisterio. Había muchas cosas que hacer y muchas personas a las que ver.

Lo primero que se encontraba anotado en su agenda era encontrarse con los dos representantes de Vanuat, los comisionados Jonas Weidmann y Arly Jones. Había quedado con ellos a las nueve y media de la mañana en uno de los centenares de despachos del Magisterio. Para los primerizos, aquello era como un laberinto. Él mismo más de una vez había pagado la novatada, y llegado tarde a una sesión de trabajo, hecho que le había costado serías reprimendas por parte de sus jefes. Al menos ahora su situación había mejorado y era el asesor principal, y no rendía cuentas más que ante el propio consejero Johr.

Cogió un deslizador espacial [11] para dirigirse al Magisterio. El fastuoso edificio estaba situado en la parte noble de la ciudad. Solo verlo era todo un placer para los ojos. La fachada ovalada y recubierta de oro brillante, reflejo de la opulencia que imperaba durante la época que fue construida, y de un talante muy modernista para el año de su creación, 2877 ET. Tanto es así, que hoy en día cuesta encontrar edificios con esa construcción y acabado. Custodiando la entrada, dos gigantescas estatuas conmemorativas del poder ejecutivo y legislativo. La primera de ellas es la representación de la Justicia, heredera de la diosa griega Diece, de la mitología terrestre contada y transmitida de generación en generación durante el éxodo y exportada por toda la galaxia en la era de la expansión. Sostiene en una de sus manos una balanza y en la otra la espada. La otra estatua corresponde a la libertad, en representación del dios Eleuterio (también asociado a Zeus), por su condición de libertador o portador de la libertad. Eleuterio era otro de los mitos importados de la tierra durante el éxodo y difundido por los exploradores [12] por toda la galaxia adoptando a veces varios nombres y modificando en cierta medida la historia o leyenda asociada a él. A la estatua se la conoce como Eleuterio Colosal.

Tras las puertas, se econtraba el salón principal Freud, nombrado así en honor del primer líder de la Unión Colonial. Dotado de la más alta tecnología, funcionarios y soldados controlan el acceso al edificio. Para acceder a las demás plantas, es necesario entrar en los tubulares [13] . A Dan Bilson se le hacía eterno el trámite de entrada al recinto. Primero debía mostrar la acreditación. Luego le esperaba un escáner de identidad, y finalmente otro ocular. Todo aquello se alargaba por más de media hora. Pero con mucha paciencia y parsimonia, acabó completando todos los requerimientos oficiales y al final subió hacía la sala Océano a la hora convenida. Allí tenía la reunión con los representantes de Vanuat.

Le esperaban dentro los dos comisionados. Jonas Weidmann, un hombre ya entrado en los sesenta, reputado y respetado parlamentario de Vanuat. Se diplomó en ingeniería, y se sacó el doctorado en robótica, pero pronto empezó a interesarse por la política. Formó parte del gobierno ciudadano de Cairn, para posteriormente pasar al parlamento del planeta. De carácter tranquilo y sosegado, sus dotes de conciliador y su habilidad en conflictos le llevaron a ser nombrado representante en el Magisterio para Vanuat. Había sido reelegido por tercera vez y era uno de los más veteranos en la cámara. Por el contrario, su compañera, Arly Jones, era la primera vez que actuaba de representante. Tenía escasamente los cuarenta años, había sido una activista política casi toda la vida. Rubia de ojos azules y curvas sinuosas, se empleaba con gran convicción en la defensa de los ideales. Por ello se había granjeado mucha simpatía en los círculos políticos donde se movía. Así, Dan se encontraba frente a dos firmes políticos, uno veterano y dialogante; y la otra idealista y decidida. Creía poder llevarlos a su terreno.

La conversación empezó fluida, tocando superficialmente temas personales, para más tarde empezar a entrar en la raíz del conflicto.

—Ha sido una sorpresa ingrata que el Consejo Federal desestimara al final una ley por la que con tanto ahínco peleamos por conseguir. Que se rechace la intervención de la Unión en el sector Zoé, es un fiel reflejo de cómo se manejan los asuntos en la galaxia—reflexionó Jonas.

—El Consejo Federal decidió que el sector Zoé estaba capacitado para resolver el conflicto sin la necesidad de enviar un contingente armado a la zona—contestó Dan.

—No puede ser más desacertado. Señor Bilson, usted sabrá que desde hace años Los Hijos de RaShal está creciendo imparablemente por todo nuestro sector colonial. Sus seguidores están presentes en la mayoría de planetas. Empezaron en las comunas, pero su influencia ya llega hasta la burguesía más acomodada. Dalian, la capital, está dominada por ellos. Pero es que su credo está muy extendido, ya no solo en el sector Zoé. Tiene presencia hasta en Tellus. Muchos intereses por la galaxia. Más que un movimiento religioso, ya se les podría considerar como una mega empresa espacial—replicó Arly con un fervor inusual, pero propio de una activista política reconocida como era ella.

—Oh, esto es una reunión informal señorita Jones. No hace falta que me dispense un tratamiento de usted—Dan esbozó una sonrisa. Arly se sonrojó un poco.

—Lo que quiero decir —prosiguió ella— es que la facción más radical de Los Hijos de RaShal campa a sus anchas por el sector Zoé, atentando y destruyendo instalaciones científicas, saboteando avances tecnológicos, con la salvaguardia de saberse protegidos por sus mil tentáculos que tienen distribuidos por la galaxia, con una impunidad realmente execrable. Nuestra fuerza como planeta que ejercemos con pasión aquí, se ve diluida al ser Dalian el representante máximo ante el Consejo Federal. Nos sentimos atados de pies y manos.

—Y ahora, además, han cruzado el límite —apuntó su compañero—. Han sesgado vidas humanas. Ya no son robots. Ya no son ciborgs. Ya han matado personas. ¿Qué hace el Consejo Federal? ¿Por qué se niega a ver eso y sigue escuchando a Dalian?

—Por lo que yo sé, han enviado a los augur como garantes… —trató de explicar Dan, pero inmediatamente fue interrumpido por Arly.

—¿Garantes de qué?

—Bueno, su misión únicamente consiste en ser observadores. Y hacen de vigilantes en el proceso de refugiados que se está llevando a cabo con el traslado de centenares de miles de personas hacia el sector Astra.

—¿Tú los has visto actuar? Porque yo no —exclamó algo indignada.

—Los augur están sometidos al poder del consejo, señor Bilson. Además…

—¿Además qué?

—Además existen ciertos rumores algo inquietantes.

—No he oído nada, creo —replicó Dan.

—Bueno, creo que los pasillos del Consejo Federal no son el lugar más apropiado para enterarte de las cosas —Arly no pudo evitar esbozar una sonrisa tras su comentario.

—Supongo que no me dejaréis así, ¿verdad?

—¿Y si te dijera que se han producido varios encuentros entre la prelatura de Los Hijos de RaShal y los augur? —relató Jonas.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó Dan con cierto asombro.

—Por alguien que trabaja para el gobierno. Evidentemente no voy a revelar mis fuentes. Pero me aseguró que pudo observar con sus propios ojos cómo se producía una reunión clandestina en sede parlamentaria entre un alto cargo del gobierno, un patriarca de Los Hijos de RaShal y un tipo enfundado en un antiguo uniforme gris de general, utilizado por los augur durante la guerra civil galáctica. Precisamente esta pequeña junta se produjo días antes del atentado de Cairn. ¿Coincidencia?

Las últimas palabras de Arly hicieron reflexionar a Dan. ¿Estarían actuando los augur en nombre del Primer Cónsul? Eso podría avalar la teoría del consejero Johr sobre una conspiración apoyada por un gabinete corrupto. Pero los augur tienen una disciplina basada en una moralidad y una ética intachable, sería algo impensable que pudieran participar en algo tan turbio. La última vez que los augur se salieron del camino se remontaba a la guerra de Secesión, cuando el almirante Thrownill creó la división Blazar dentro de la orden. Fueron sus matones particulares, pendencieros y arrogantes, ebrios de supremacía, que utilizaron su poder para perpetrar masacres entre la población civil. El Monumento a los Inocentes, en el planeta Corintian, es la prueba viviente del daño que causaron. Esa actuación provocó una revuelta interna, que acabó con la aniquilación de los Blazar y la huida de Thrownill.

—Independientemente de este supuesto acontecimiento, y las dudas que puede generar la presencia de los augur en el sector Zoé a raíz de ello, quiero trasmitiros el sentir del consejero Johr, y todo lo afectado y sensibilizado que está con vuestra causa. Es por ello que nos interesa conocer vuestro parecer, y si Vanuat, siendo el principal afectado en estos momentos, estaría interesado en unirse a un movimiento de protesta contra el Consejo Federal que podría liderar el propio Dyron Johr. El bien de la galaxia solo puede conseguirse con una serie de cambios —Dan Bilson miró a sus dos interlocutores al finalizar su discurso.

—Absolutamente —contestaron al unísono los dos representantes planetarios.

[11] Nave pequeña y de uso particular. No muy habitual para moverse por ciudad, donde impera el uso de aeromóviles.

[12] Durante el descubrimiento de los sectores coloniales, muchos fueron los exploradores que encomendaron sus expediciones a deidades y personalidades históricas como protectoras en sus largos y peligrosos viajes. Aquellas historias arraigaron en cada sector colonial y pasaron a formar parte de su propia mitología.

[13] Herederos del moderno ascensor, nombrados así por su forma y recubiertos de un cristal opaco. Una vez dentro de un tubular, eres teletransportado allí donde elijas dentro del mismo recinto.

Guardianes de Titán. Éride

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