Читать книгу Viaja conmigo a Ítaca - Julio Marco Barroso - Страница 17
ОглавлениеIX. tu zona de confort, El lugar menos seguro para vivir
Desde niños nos han educado para buscar la seguridad, pero eso es cada vez más difícil. Hoy lo único seguro es el cambio. Por eso estamos siempre de los nervios.
Antes el medicamento más vendido era la aspirina y ahora son los antidepresivos.
Bien, pues a esa zona de seguridad que tanto buscamos, la denominamos nuestra «zona de confort». La zona de confort es lo conocido, lo seguro, lo familiar.
Es nuestro refugio, nuestro terruño, la rutina, donde vamos tirando, donde vamos sobreviviendo. Donde hacemos lo que sabemos hacer; y lo que no sabemos, no lo hacemos. Donde vivimos tranquilamente utilizando nuestro hemisferio izquierdo, el de los automatismos.
Ahora bien, también es nuestra zona de inmovilidad, porque si siempre haces lo que sabes hacer y nunca haces lo que no sabes, ¿crees que te vas a desarrollar mucho?
¿Cuál sería tu zona de confort? ¿Tu familia, tus amigos de toda la vida, el trabajo que llevas años haciendo y que controlas perfectamente…?
El problema es que, con los años, esa zona de confort se va reduciendo cada vez más.
En realidad, la zona de confort es el lugar menos seguro donde vivir.
La «zona de confort» muchas veces es realmente una zona de «dis-confort» o resignación.
¿No conoces a personas que llevan años en trabajos donde se sienten seguros pero que les espantan, o relaciones de años de parejas que están fatal pero que piensan: «pa lo que hay por ahí», «y si luego es peor…»? Nos autojustificamos y decimos: «¡¡¡Si no estoy tan mal!!!»
Somos de «Virgencita que me quede como estoy», de «más vale lo malo conocido…», que de conseguir la felicidad o buscar la recompensa. Por eso nos cuesta tanto salir de nuestra zona de confort.
Un barco atracado en un puerto está seguro, pero eso no es para lo que fue creado.
Aferrarnos a lo conocido es totalmente limitante y nos impide adentrarnos en otros espacios de descubrimiento, aprendizaje y evolución. Es decir:
Lo contrario de vivir es no arriesgarse.
Existe una zona más allá de la zona de confort, otra realidad posible cuando esa en la que vivimos ya no nos produce alegría ni ilusión, donde pasan las cosas mágicas y es nuestra zona de potencialidad donde utilizamos nuestro hemisferio derecho que es el de lo nuevo, lo desconocido, el aprendizaje.
Cada vez que salimos de nuestra zona de confort, modificamos nuestra estructura cerebral.
Prueba cosas nuevas, aprende, conoce gente, perdona, atrévete, rompe con las personas tóxicas, cambia…
A veces hay algo o alguien (hacemos más cosas por los demás que por nosotros mismos) que nos inspira a pasar de lo conocido o a lo desconocido. Otras veces –por suerte– nos pasa que alcanzamos el «umbral máximo de dolor», tocamos fondo y decimos «¡basta ya!», «¡hasta aquí hemos llegado!», y decidimos dar un salto al vacío, romper la situación que nos tenía anclados, cortar nuestras cadenas para pasar de gusano a mariposa y descubrir una vida mucho mejor.
La vida realmente empieza al final de nuestra zona de confort.
Te recomiendo que escuches un podcast del programa que hago en la radio en Coaching Capital. Puedes hacerlo con ayuda de este bidi: