Читать книгу Canción dulce - Leila Slimani, Leila Slimani - Страница 7

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Miss Vezzis había venido del otro lado de la Frontera para cuidar a unos niños en casa de una familia […] La señora declaró que Miss Vezzis no valía nada, que no era limpia y que no mostraba ningún interés. Ni por un momento pensó que Miss Vezzis tenía que vivir su propia vida, preocuparse de sus propias cosas, y que para ella estas eran lo más importante que tenía en el mundo.

RUDYARD KIPLING,

Cuentos de las colinas

«Entiéndame, caballero, ¿sabe lo que significa que uno no tenga ya un lugar adonde ir?» La pregunta que Marmeladov le había hecho la víspera le acudió de pronto a la mente. «Pues todo hombre debe tener un lugar adonde ir.»

DOSTOYEVSKI,

Crimen y castigo

Canción dulce

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