Читать книгу Aprendiendo con Freud - Lou Andreas-Salomé - Страница 20

COLOQUIO VESPERTINO
Un análisis
(miércoles, 15 de noviembre de 1912)

Оглавление

La segunda interminable conferencia de Sadger sobre el sadomasoquismo se ha visto aligerada por la aportación de un análisis hecho por Freud.

Una mujer «deseosa de vivir» precisaba para permanecer fiel de un trato masoquista por parte de su compañero: la separación violenta de sus piernas, el ser examinada e injuriada, etcétera; su única contribución era la fantasía de la presencia de espectadores. Sin embargo, no acude a Freud por estas causas, sino por las crisis de vértigo que amenazan con privarla de su trabajo; debe mantener a su padre y en parte por ello se desata su angustia; por otro lado, también se origina ésta en su secreto deseo de verse libre de ese lastre económico por la muerte del padre. Las crisis de vértigo nacen, sin embargo, de la identificación con él: también él las padece, es por tanto su modelo libidinal; él también reniega, mientras que la madre se conduce de modo más educado. Durante su infancia fue examinada por el médico porque se orinaba en la cama. —¿Quizás este recuerdo le permitía intensificar el masoquismo verbal, alcanzar la fantasía de algo mortal y conectar así con lo sexual?—. Al desterrar el análisis el complejo paterno, aparece en el recuerdo del examen la presencia del padre entre los espectadores. De este modo, el ceremonial se le hacía transparente y, en consecuencia, inaceptable. Muy a su pesar fue curada de lo anterior a la vez que de sus crisis de vértigo (y con ello también, de su posibilidad de mantenerse fiel).

He vuelto a casa con Tausk y Federn, que regresan después al Café Ronacher. Hemos hablado de Freud. Tausk habla apasionadamente. Hay muchas cosas que me agradan en la imagen exterior de Freud: especialmente su forma de moverse cuando, por ejemplo, entra en clase, deslizándose un poco de lado; yo diría, sin embargo, que eso contiene un deseo de soledad, de encerrarse en sus objetivos personales que no quisieran saber nada de escuelas ni de públicos. Especialmente cuando, por encima de ese ademán, se contempla su cabeza y su mirada: serena, inteligente y poderosa.

Aprendiendo con Freud

Подняться наверх