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Periodo precivilizatorio

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Históricamente la humanidad ha asistido a dos grandes momentos civilizatorios: el primero, el neolítico, hace unos 6000 años; y el segundo, el capitalismo moderno, a partir del siglo XVI. Dichos momentos cruciales tuvieron en las ciudades sus escenarios protagónicos. La nueva fase a la que estamos asistiendo pone la vida en el centro de sus preocupaciones.

La civilización neolítica se erige a partir del fin de las comunidades precivilizatorias (paleolíticas y mesolíticas) que datan de 1500 000 años. Estas formas originales de organización humana, denominadas también como comunidades gentilicias o clánicas, hacían uso del fuego junto con el lenguaje o comunicación oral. Fueron y son —pues aún existen vestigios vivientes— ajenas a la figura del Estado, aunque no a la jefatura gubernamental ejercida por los consejos de ancianos sobre bandas que contaban con 50 personas, o por aldeas conformadas por 150 miembros. Todos se conocían e identificaban cara a cara; entre ellos primaban los lazos de intercambio recíproco, constituido a través del lenguaje oral en una red vinculante:

[L]a gente ofrecía porque esperaba recibir y recibía porque esperaba ofrecer. Dado que el azar intervenía de forma tan importante en la captura de animales, en la recolecta de alimentos silvestres y en el éxito de las rudimentarias formas de agricultura, los individuos que estaban de suerte un día, al día siguiente necesitaban pedir. Así, la mejor manera de asegurarse contra el inevitable día adverso consistía en ser generoso […] La reciprocidad es la banca de las sociedades pequeñas. (Harris, 1993, p. 6)

Señala Humberto Maturana que la reciprocidad es un hecho que nos resulta significativo por cuanto valida nuestra condición de animales compartidores, que transferimos lo que uno tiene al otro. Esta naturaleza implica cercanía, confianza e intimidad, de la cual surgirá el lenguaje como un modo de convivir “en la coordinación de la conducta y en las coordinaciones de las coordinaciones de la conducta”, es decir, inmerso en el lenguajear; en las emociones que ocurren al vivir juntos en el lenguaje (Maturana, 2008, p. 44). Todos crecen, a partir de entonces, en el lenguaje2.

Si en esas comunidades se dio algún tipo de liderazgo político, este fue ejercido por individuos llamados cabecillas, que carecían de poder para obligar a otros a obedecer sus órdenes (Harris, 1993), en el marco de una cultura matrística, fundamentada en la relación madre-hijo. Esta cultura vivía en medio de tensiones y conflictos tribales de carácter ritual del orden mágico-religioso, y su reproducción formativa se sustentaba en la transmisión oral del conocimiento y en el aprender haciendo, imitativo y replicativo.

Existió una cultura matrística (de matriz), no matriarcal, desde unos 8 mil años hasta 5 mil años a. de C. Recientes hallazgos arqueológicos indican que, en Europa, en la zona del Danubio y en los Balcanes, se desarrolló una sociedad matrística. No era una sociedad en que las mujeres dominaran a los hombres, sino una cultura en que hombre y mujer eran copartícipes de la existencia, no eran oponentes. Había complementariedad. Las relaciones entre los sexos no eran de dominación ni de subordinación. Se vivía de la agricultura, pero sin apropiación de la tierra, que pertenecía a la comunidad. (Maturana, 1 de marzo del 2010)

Esta cultura quedaría obliterada con la aparición de la civilización, que emerge acompañada de una cultura patriarcal, de disputa competitiva, que niega la reciprocidad humana al negar al otro y trenza las relaciones humanas en la tensión, el conflicto y su máxima expresión, la guerra.

En ese periodo precivilizatorio, la vida, como el bien y valor más significativo de los seres humanos, estaba supeditada a la sobrevivencia.

Ese Estado de la humanidad lo podemos ver sintetizado en la tabla 1.

TABLA 1. Periodo precivilizatorio

Periodos: paleolítico y mesolítico
• Uso del fuego. • Condición comunicacional: oral • Cibernesis: comunidad de ancianos (senados). • Jefes y cabecillas. La matrística. • El lugar: del nomadismo al hogar, la aldea. • Tecnología: uso del fuego. la madera y la piedra. • La vida: supeditada a la sobrevivencia.

Fuente: elaboración propia.

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