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SANTANDERES MURCIANOS

Un recorrido por mis lugares,

tierras y paisajes de adopción

“En La Cavada y Solares, donde cuatro huevos son dos pares” Dicho popular.

Nací en los Madriles, y aunque mis orígenes se encuentran en la capital, mi corazón es santanderino y fui adoptado por la huerta murciana. Este sentimiento de ser un poco de muchos sitios, me produce una sensación de orgullo de no ubicarme en un único destino. Hago propias mis raíces y me considero un poco ciudadano de un mundo cada vez más loco y cosmopolita. Pasé largas temporadas de mi infancia en el norte, y todavía guardo los olores a hierba recién cortada de esa tierra húmeda. También viví muchos veranos en levante, en ese vergel lleno de frutas, verduras y luz. Soy agradecido, y me siento de aquellos lugares donde me he encontrado a gusto.

Por ello y un poco como la canción “no soy de aquí, ni soy de allá”, y tampoco quiero trasladar, como dicen en Cantabria ser una persona “lumia” cuyo verdadero significado es ser un resabidillo, descarado. Es cierto que los lugares nos identifican con personas, al igual que los nombres; y muchas veces los evocamos asociados a momentos y sensaciones vividos con ellos. Dicen que la infancia y adolescencia construyen la “caja negra” de cada uno, y ésta la llevamos a rastras toda nuestra vida.

Recuerdos y recuerdos, son los que llevamos y vamos acumulando con nosotros año tras año, junto a las imágenes como fotografías archivadas en nuestra cabeza. No podemos, no debemos olvidar lo ya vivido, pues sería engañarnos a nosotros mismos y renunciar a nuestro pasado. Ser un chulapo paseando por el Sardinero y caminando firme por el Malecón es un privilegio que muy pocas personas pueden permitirse, y yo lo he hecho, pues tu tierra es aquella en donde has querido, donde eres y has sido feliz, donde has compartido con grandes personas unas enseñanzas que hoy, gracias a Dios, no has olvidado, y por eso me siento tan acompañado por ese aroma de la tierruca y ese aire de huertano, y estoy contento.

En ambos sitios, desde Cabo Mayor a Cabo de Palos me siento arropado y arrullado por olas frías unas y cálidas otras, pero ambas son cómplices de mis sueños. Cuando vuelva al polvo de donde vine, me gustaría que el aire esparciera a los cuatro vientos mis cenizas en estos lugares tan importantes en mi vida. ¿Tú de dónde eres? , le preguntaron a un viajero y respondió rápidamente: del mundo y ¿a dónde quieres llegar? y contestó: sólo a un lugar donde pueda ser feliz.

Pido firmemente a la Virgen de la Bien Aparecida y a Nuestra Señora de la Fuensanta que guíen mis pasos y me acompañen siempre; y que cuando desfallezca, o mi caminar se vaya haciendo más lento, me den ese empujoncito que pueda necesitar. No quiero olvidarme de la gastronomía y de esas rabas y ese caldero, que te hace girar los ojos y el paladar hasta límites insospechados.

Mi diccionario cántabro se enriquece con palabras nuevas: “espais” zapatillas deportivas; “flamen” algo muy guapo, genial;”pindio”que tiene mucha inclinación; o el diccionario murciano “pijo” demostrar que se es murciano, énfasis de enfado; “acho” apelativo de muchacho; “bambo” zapatilla deportiva.

Así pues, ésta ha sido y es la geografía de mi vida; habiendo nacido en la capital y siendo gato, en realidad me siento un poco de pasieguco y otro poco de murcianico.

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