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ОглавлениеREGRESAR A CASA
Profundo recuerdo y añoranzas del lugar
donde viví mi infancia y adolescencia
“Los mismos lugares, los mismos recuerdos nos hacen viajar en el tiempo sin pretender que nada pueda volver a ser lo mismo”
He abierto mi memoria y he regresado a mi barrio de las Letras y cruzado el umbral de ese 2º izquierda donde pasé mi infancia y adolescencia. Todo es distante y diferente; tal vez el que ha cambiado soy yo. ¡Ha pasado tanto tiempo! Nada está en su lugar, no hay nadie de los que allí vivieron, y la casa está ya vacía. La verdad es que no sé muy bien por qué he ido, y no sé lo que buscaba y lo que me podía esperar encontrar. Voy recorriendo sus habitaciones y la soledad y las ausencias llenan mi espíritu. Me pregunto entonces si fui feliz, si el amor abrazó esa fase de mi vida y me contesto rápido, con el matiz de todos los claroscuros y esa balanza que todo lo mide, que sí, y además lo hago de forma rotunda, pues hoy seguramente tengo el grado de entendimiento suficiente para valorar y ponerme a mí mismo las cosas en su sitio, no tengo dudas.
Observo las mismas ventanas y otras puertas, con otros muros de separación y ambientes creados, ya que los espacios han cambiado con la llegada de los nuevos propietarios que tan amablemente me han permitido el paso. Nada es igual a ayer, ni tan siquiera esa imagen que se refleja en el espejo del cuarto de baño. ¿Ese soy yo? No me reconozco y lo que veo es una figura extraña que mira sorprendida a ese desconocido ¿quién eres tú, le preguntas? Me fui hace mucho tiempo pero ahora he regresado, siempre se regresa.
La casa era grande, porque allí vivíamos muchos, familia numerosa de las de antes. Días y años fueron cayendo en el calendario hasta nuestra independencia. Cada uno elegimos nuestro camino y nos fuimos marchando, uno tras otro a vivir una realidad diferente, cada uno la suya. Sin duda agradezco a mis padres el que me inculcaran sus valores éticos y me dieran el punto de referencia, para llegar a entender, que el concepto familia es tu brújula, y es lo que más te puede ayudar y orientar para encontrar tu norte y sin duda ese ha sido el mayor legado que ellos me han dejado.
Ya me voy contestando, he sido capaz de descubrirlo, han sido mis recuerdos los que han llevado mis pasos hasta allí. Ya no queda ninguno de los viejos muebles que aún tengo en mi memoria, y entro en las antiguas habitaciones que todavía puedo reconocer: ese despacho de padre, esos dormitorios de cada uno, ese pasillo que nos llevaba al final de la casa donde se encontraba la cocina. Pero ahora, todo ha cambiado un poco, ya que se han creado nuevos lugares que no siento míos. Yo me fui, pero hoy he vuelto y tengo la sensación de querer cerrar con ello algo que considero pendiente, no lo sé muy bien, posiblemente una fantasía.
Aquí estuve, en esa fase de mi vida en que todos mis problemas los resolvían otros, y cuando me marché, empecé a vislumbrar que los problemas no se resolvían solos, y que era yo quien tenía que hacerlo; sin duda un paso adelante en el necesario aprendizaje. ¿Nostalgia? No, vida vivida; con momentos de luz, seguro que muchos y momentos de sombras, puede que algunos. Todos los rincones de la casa guardan en mi memoria tantas cosas y cosas, que hacen aflorar sentimientos encontrados, impresiones, porque no olvido, no quiero olvidar, pues forma parte de mi pasado y de mi crecimiento, y las imágenes y sensaciones permanecen siempre a tu lado. Ha sido necesario el regreso, una buena terapia para el espíritu, ya no tengo nada pendiente ni deuda que pagar y me siento tranquilo y sosegado.
Cierro muy despacio la puerta sin hacer apenas ruido y bajo, pensativo, lentamente las escaleras, como si no quisiera abandonar la casa, con un cierto sentimiento de tristeza; llego al amplio portal y por un momento me detengo, y miro hacia atrás, y os veo a todos sonriendo conmigo otra vez, os recuerdo a todos y cada uno de vosotros con vuestro rostro de entonces, junto a nuestros padres en ese tiempo ya lejano, pero no olvidado; y ahora tanto tiempo después tengo la certeza que seguís a mi lado, cada uno en su realidad. Fuimos pequeños y ahora somos mayores y…algunos ya os fuisteis con ellos.
Ya estoy más relajado, después de las emociones sentidas y vividas, y salgo a la calle con un ánimo más renovado como si me hubiera quitado un peso de encima, y me incorporo a esa dinámica actual en la que todo es prisa y bullicio, y esbozo una sonrisa cómplice de satisfacción, al haber podido juntar mi hoy con mi ayer, y tengo la sensación de haber cerrado, que no olvidado una puerta de mi pasado.