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Cámaras y objetivos más adecuados

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ELECCIÓN DE CÁMARA

Debido a la rápida evolución de las cámaras digitales sería de escasa utilidad recomendar una relación de equipo fotográfico para cada tipo de sesión, pues seguramente ya estará a la venta alguna cámara mejor para cuando tenga este libro en sus manos. Por ello le ofreceré una relación de características que debe tener en cuenta para elegir el equipo idóneo para fotografía de niños. Estas características son muy útiles para esta especialidad y son independientes del momento en que usted desee comprar su cámara.

Objetivos intercambiables: réflex o híbridas

Para el fotógrafo profesional o el padre o madre aficionada no hay lugar para considerar las cámaras compactas, a excepción de algunos modelos de gama muy alta que permiten las opciones de grabación en RAW y cuentan con objetivos de calidad razonable. Aunque por el rango de precio de dichos modelos merece más la pena que invierta en una cámara que permita el intercambio de objetivos. Las únicas ventajas de las cámaras compactas son su reducido peso y tamaño, así como las menores posibilidades de que el polvo entre en el sensor.

Las cámaras réflex SLR (réflex de único objetivo) han constituido la opción preferida por los fotógrafos de niños. El fotógrafo profesional busca cámaras que ofrezcan calidad de imagen, buena medición de luz, enfoque rápido, solidez y durabilidad. Estas cualidades se encuentran en las cámaras réflex de gama media o alta de la mayoría de los fabricantes actuales. Además, las cámaras réflex constituyen algo más que una cámara; son el centro de un sistema completo de objetivos, flashes y otros accesorios, que permiten al fotógrafo expandir las posibilidades de su equipo para fotografiar todo tipo de sujetos y en cualquier variedad de condiciones. En la elección de su cámara SLR busque entre los modelos de gama media o alta aquellos que se comporten mejor en las características que le explicaremos en los siguientes apartados. Los tres fotógrafos de este libro usan cámaras réflex para la mayoría de sus trabajos, “fundamentalmente por calidad y por estar muy acostumbrados a ellas, lo que redunda en un manejo muy rápido de sus controles en todo tipo de situaciones” como indica Pepa Valero.

Aunque hasta hace pocos años el único tipo de cámara a considerar para fotografía de niños eran las SLR, actualmente van ganando terreno las denominadas cámaras híbridas. Este tipo de cámaras permiten intercambio de ópticas pero en ellas se ha sustituido el sistema de visión ocular a través del objetivo y el pentaprisma por un visor electrónico. Básicamente son visores parecidos a los que montan las cámaras de vídeo con un pequeño monitor LCD donde se visualiza la escena captada por el sensor a través del objetivo que esté montado. La eliminación del sistema óptico de visor permite que estas cámaras híbridas sean más ligeras y de menor tamaño.

Además, varios fabricantes incorporan en sus cámaras híbridas sensores de tamaño considerable y niveles de ruido bajo, por lo que muchos fotógrafos profesionales de niños incluyen este tipo de cámaras en su trabajo. Pepa Valero considera que “para fotografiar niños que se mueven una cámara pesada te deja agotado, por mucha calidad que te ofrezca. Así que ya he empezado a tomar contacto con ellas y no dudo de que las iré usando en muchos de mis trabajos”. Desde luego, las cámaras híbridas son también una buena opción para los padres aficionados avanzados porque reducen el peso a la mitad, además de contar con sensores y objetivos excelentes, lo que facilita su transporte en viajes y poder usarla en muchas circunstancias cuando realice actividades con sus hijos.


Las opciones de cámaras más usadas en fotografías de niños: las cámaras réflex (Canon 5D Mark III y Mark IV. Nikon D750 y D850) y las cámaras híbridas de gama alta (Fujifilm X-T3 y Sony A9).

Una de sus principales desventajas proviene de que la escena se visualiza como en los visores de vídeo con los problemas inherentes a los visores electrónicos; o sea; que la imagen puede tener una pequeña ralentización o sobreexposición si se cambia de punto de vista rápidamente, sobre todo cuando hay cambios importantes de iluminación entre una escena y otra. A cambio, el visor electrónico permite añadir información extra sobre la visualización de la escena; así por ejemplo podrá ver su histograma en tiempo real superpuesto a la escena o manejar los menús de su cámara sin apartar el ojo del visor.

Megapíxeles: únicamente los necesarios

No se obsesione con adquirir una cámara dotada con el sensor de mayor número de píxeles en el mercado. Si bien es verdad que contar con un sensor de un gran número de píxeles permite recortar y quedarse con una pequeña parte de la imagen, manteniendo un nivel de calidad razonable. También es cierto que la mayoría de los profesionales no recurren a esa opción, sino que prefieren acercarse al sujeto, bien físicamente o por medio de teleobjetivos, para que el encuadre recoja al sujeto correctamente y sin necesidad de arreglos posteriores. Por otra parte, para la mayoría de los productos que ofrecerá basados en sus fotografías de niños le bastará con una cámara de un mínimo de 16 millones de píxeles. Con ese número de píxeles puede realizar copias de hasta 62 x 42 cm sin interpolar y llegar al 80 x 100 cm con una pequeña interpolación (33%).

Además, hay que considerar la ralentización en su flujo de trabajo que supondrá mover ficheros de gran tamaño desde su tarjeta al disco duro y cada vez que accede a ellas desde el disco. Si su cámara tiene 21 megapíxeles, los ficheros RAW que genere tendrán un tamaño de unos 26 megabytes y los TIFF resultantes sin ninguna capa de ajuste pesarán ya unos 63 megabytes. Multiplique por el elevado número de fotografías que se realizan en una sesión con niños y verá que solo los RAW pueden ocuparle más de 10 gigabytes. ¿Por qué usar un tamaño de imagen superior, si no es necesario para ofrecer una alta calidad y significará mayor espacio en disco y una ralentización notable de las labores de selección y ajuste?

Enfoque rápido

Para todo tipo de reportaje fotográfico, y más aún para recoger a los niños y sus actividades, se requiere una cámara que enfoque rápidamente y permita varios modos de ajuste del autofoco. Compruebe la velocidad del sistema de autoenfoque y su funcionamiento en condiciones de iluminación débil. Muchas cámaras de gama baja simplemente no son capaces de enfocar rápidamente en un interior de una vivienda poco iluminada.

Además, el sistema de autoenfoque de su cámara deberá permitir el autoenfoque único de cada disparo y también el autoenfoque continuo, que ajusta el enfoque siguiendo al sujeto mientras dispara una ráfaga de fotografías. Los modos de autoenfoque para ráfagas le serán muy útiles en numerosas ocasiones, por ejemplo cuando esté siguiendo a un niño que desarrolla alguna actividad en exteriores.

Según Pepa Valero “los sistemas de enfoque en cámaras digitales todavía dejan mucho que desear, al menos para mi método de trabajo, porque me gusta abrir mucho el diafragma para crear desenfoques y mezclas de luz. Uso tanto el enfoque puntual por zonas concretas, como enfoque al centro y reencuadrar después; a veces ajusto en modo de enfoque único y otras en enfoque continuo según las circunstancias y el niño, también uso enfoque manual sobre todo en macro. Sin embargo, cuando hay poca luz a veces enfocar es misión imposible, por lo que en algunas ocasiones me suelo ayudar de la linterna del móvil”.

Manuel González indica que usa “equipos Canon desde mis comienzos y estoy contento con los resultados que me ofrecen sus cámaras y ópticas. No obstante, siempre digo que antes de comprar, hay que probar los equipos. Afortunadamente todos tenemos distribuidores en nuestra zona para hacer las pruebas pertinentes. En la actualidad me siento cómodo con Canon y particularmente no siento ninguna inquietud por las nuevas cámaras sin espejos, pero siempre digo que si el camino está por ahí tarde o temprano llegará”.

Alta sensibilidad (ISO)

La mayoría de las fotografías de niños las realizará en estudio o de día en exteriores, por lo que no necesitará una cámara con sensibilidad ISO muy elevada; habitualmente la situará entre 100 y 800 ISO, por lo que no tiene sentido buscar una cámara que ofrezca mucho más de 3200 únicamente para algunos casos de interiores con iluminación reducida. Alba Soler considera “que una cámara con una calidad aceptable es más que suficiente. Mientras no limite tu creatividad, actualmente con cualquier cámara se pueden hacer maravillas. Sin embargo, una de las características prioritarias para mí al elegir una cámara es que tenga un buen comportamiento con sensibilidades medias o altas, ya que trabajo casi todo el tiempo con luz natural”. Piense que la mayoría de las cámaras prometen fotografiar con muy altas sensibilidades pero otra cosa diferente es que la imagen resultante tenga calidad. Si puede, verifique usted mismo el comportamiento de la cámara a ISO 1600 y 3200, observe si reproduce correctamente una carta de colores, el ruido que aparece en zonas de sombra y la resolución de detalles finos (una carta de prueba de objetivos o un periódico). Si a esas sensibilidades no le convencen los resultados, sin duda debería buscar otro modelo de cámara si quiere fotografiar niños.

Rapidez de disparo

A lo largo de una sesión de exteriores con niños se suceden muchos momentos únicos que transcurren rápidamente y añaden esa “chispa” de vida al reportaje. No puede permitirse fallos para captarlos, porque su cámara no enfoca rápidamente o porque hay un cierto retardo en el disparador. La mayoría de las cámaras DSLR no tienen retardos apreciables desde el momento en que pulsa el disparador hasta el que se abre el obturador; sin embargo, cámaras híbridas y compactas de gama alta pueden tener un cierto retraso que es inadmisible para fotografía de niños.


A los niños de menos de 5 años resulta difícil mantenerlos quietos, por ello Pepa Valero ilumina la escena con luz natural difusa de forma que no tenga que estar ajustando la exposición todo el tiempo. Además, usa el modo ráfaga en su cámara Nikon para no perder las secuencias de movimientos y gestos. Muchas veces encuentra en los fotogramas intermedios de una ráfaga aquellos que son más naturales y emotivos.

Nikon D-800, Nikkor 50 mm f/1,8, ISO 400, f/4, 1/200 s.

También evalúe la velocidad de disparo en ráfagas; normalmente una velocidad máxima de 6 fotogramas por segundo es más que suficiente para exteriores con niños ¡no está fotografiando deportes! Además, deberá considerar el tiempo de grabación de una ráfaga; ese tiempo va a depender de la velocidad de transferencia del procesador de su cámara y de la velocidad de escritura que admita su tarjeta de memoria. No hay nada más frustrante que perder un instante único porque la cámara se encuentra ocupada ¡transfiriendo datos cuando tendría que estar tomando fotografías!

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