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CONSEJO CONVERTIR UN OBJETIVO NORMAL EN MACRO

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Si su presupuesto no le alcanza para un objetivo macro específico para fotografiar a corta distancia, puede optar por usar lentes de aproximación o anillos de extensión acoplados a su objetivo normal. Las lentes de aproximación se enroscan en la parte exterior del objetivo y consiguen que éste enfoque a menores distancias. Sus precios oscilan entre 10 y 50 euros, muy por debajo de los más de 500 euros para un buen objetivo macro. Los anillos de extensión permiten aumentar la distancia entre el objetivo y el sensor de la cámara, consiguiendo que su objetivo enfoque a distancias mucho menores. Habitualmente se venden en conjuntos de tres anillos de 10, 20 y 30 mm, por precios entre 50 y 180 euros. Como puede apreciar, los anillos son algo más caros que las lentes de aproximación pero tienen la ventaja de que le valdrán para todos sus objetivos; mientras que si se decide por las lentes de aproximación tendrá que comprar varias diferentes con las roscas específicas del diámetro de los objetivos con los que vaya a usarlas.

Los anillos de extensión y lentes de aproximación son un poco más incómodos y lentos de usar, porque primero tendrá que elegir el adecuado para el rango de aproximación que desee o probar con varios diferentes hasta encontrar el rango de ampliación deseado. Obviamente, también la calidad de imagen conseguida con las lentes de aproximación es inferior a la de un buen objetivo macro. No obstante suele ser más que suficiente considerando que lo que prima en este tipo de fotografías no es la resolución y nitidez, sino la capacidad del fotógrafo de elegir detalles atractivos y sugerentes que emocionen a los padres al volver a verlos en el futuro.


Con su objetivo 105 mm macro Manuel González se acerca a detalles diminutos de los recién nacidos que, a ser posible, puedan ser muy característicos. Después, en el procesado, convierte sus fotografías a blanco y negro para acentuar las líneas y detalles, así como evitar que sean muy visibles los cambios de color en la piel por las marcas y roces de los primeros días.

Izquierda: Canon 5D Mark III, Sigma 105 mm Macro, ISO 400, f/3,5, 1/160 s.

Derecha: Canon 5D Mark III, Sigma 105 mm Macro, ISO 400, f/2,8, 1/250 s.

Hay fabricantes que producen algunos tipos de objetivos especiales que son usados ocasionalmente en fotografía de niños. Entre los más habituales se encuentran los objetivos de la marca Lensbaby que permiten obtener desenfoques más acusados que con objetivos tradicionales, ofreciendo un aire más mágico a sus fotografías. Además, con ellos se logran desenfoques en planos paralelos a la cámara, al bascular el objetivo hacia los lados, un efecto imposible de realizar en cámaras convencionales digitales pero muy habitual entre los usuarios de las cámaras técnicas de gran formato. En cualquier caso, asegúrese siempre de haber realizado sus tomas fundamentales en una sesión con niños antes de lanzarse a experimentar con este tipo de objetivos.


Pepa Valero controla todo el proceso y factores que intervienen en la creación de sus fotografías, desde el diseño de la escena y estilismo, hasta el más pequeño detalle para lograr el resultado deseado. Para esta imagen buscaba una imagen en clave alta y ajustó la iluminación para que fuera suave y dominaran los tonos claros. Incentivando el juego de la niña con su reflejo, dedicó unos minutos a buscar esa expresión de sorpresa que había imaginado para la imagen. En el postprocesado digital presta mucha atención al color buscando esquemas específicos para cada campaña, e incluso para cada niño si es muy especial, como esta curiosa pelirrojilla.

Nikon D800, Nikkor 24-70 mm f/2,8, ISO 1600, f/2,8, 1/160 s.

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