Читать книгу ¡Podemos querernos más! - María Agustina Murcho - Страница 26

En primera persona: Juana, 23 años

Оглавление

¡Hola, Agustina! Primero quiero decirte que amo tu cuenta y es muy emocionante lo que haces por todos. Gracias a ti como tranquila hasta fideos, que antes me generaban cierto rechazo, pero al leerte y con el tiempo puedo hacerlo sin problema.

Desde los catorce y durante seis años, viví con anorexia nerviosa. Mi familia me molestaba mucho porque tenía unos kilos de más, esto empeoró cuando se acercaba mi fiesta de 15. Tuve la mala suerte de toparme con una revista muy famosa para adolescentes donde leí un artículo donde decía que tenía que dejar las frituras y las cosas dulces para estar más “saludable”. También había un artículo de qué hacer para quemar las calorías de unos pochoclos o de una hamburguesa. Yo a esa edad era súper vulnerable, veía a las chicas híper flacas en esa revista y quería ser así. Dejé las frituras y el azúcar, después la carne roja, los fideos, el pan... Vivía a pollo, galletas de arroz y verduras. Me sentía angustiada, mirándome al espejo, mintiendo.

Me inscribí en un gimnasio y haciendo el calentamiento me desmayé. Me llevaron al médico: estaba anémica, desnutrida y con la presión por el piso.

Pasé por muchos tratamientos, me rehabilité, pero con las redes sociales volvieron mis miedos. Empecé a seguir a una “chica fit” muy famosa por sus recetas y al leerla parecía que me leía a mí. Cuando caí en esto, desinstalé esa aplicación hasta poder tranquilizarme, y al volver te encontré y me ayudaste a recuperar la paz mental.

Gente vulnerable va a haber siempre, el problema son los medios y las personas que crean esos disparadores. Hay variedad de cuerpos, y nadie debería vivir a clara de huevo.

Yo quedé con un montón de problemas gastrointestinales y de desarrollo; mi cuerpo parece el de una nena. Quedan marcas invisibles y visibles después de un TCA; ojalá la gente pueda cuidarse y quererse un poquito más.

¡Podemos querernos más!

Подняться наверх