Читать книгу ¡Podemos querernos más! - María Agustina Murcho - Страница 21

Desmitificar los “productos milagro”

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Siempre se vendieron pastillas, batidos e infusiones para bajar de peso, pero con la velocidad con que se difunden los mensajes hoy, el peligro aumenta. Lo que no se dice, y debería enseñarse incluso en la escuela, es que muchos de estos productos traen consecuencias muy graves para la salud: deshidratación, problemas en hígado o riñones, trastornos gastrointestinales, arritmias, enlentecimiento del metabolismo; algunos pueden ser fatales.

Hay que pensar en algo: si estos productos funcionaran, no habría problemas de obesidad ni de sobrepeso. Es ilógico pensar que un té o una pastilla quite el sobrepeso en una persona, cuando las causas del mismo sobrepeso son varias: genética, hambre emocional, desor­den de horarios, de cantidades de comida, falta de ejercicio y problemas hormonales. Con tantos factores en juego, ¿cómo podemos creer que un producto mágico va a solucionar tan variadas cuestiones?

En la actualidad, muchas actrices, periodistas y modelos vienen publicitando un polvo para bloquear la absorción de hidratos de carbono. Se muestran felices con un plato de comida abundante y rico en hidratos de carbono… y el producto al lado. Algunos hacen videos mostrando cómo le colocan el polvo a los alimentos, haciéndole creer a la gente que puede comer todo eso sin engordar, cuando lo que realmente pasa es que se genera una gran diarrea por el exceso de hidratos de carbono.

“Si estos productos funcionaran, no habría problemas de obesidad”

Ese producto contiene inhibidores de amilasa, una sustancia que hace que se digiera el almidón, y que genera más distensión y diarreas, justamente porque ese almidón no se digirió. Lo que menos vemos con el uso de este producto es un descenso de peso en masa grasa; al contrario, al perder tanto líquido en diarreas, se pierde agua, por lo que se genera un desequilibrio de electrolitos (sodio, potasio y cloro), que puede generar descompensaciones graves.

“El que vende el producto no busca el bienestar de la persona que lo compra”

Si podemos comer tranquilamente una o dos porciones de pizza sin ese polvito, ¿para qué comer ocho? La clave está en medirse; de esa manera jamás subiremos de peso.

Este tipo de productos también los venden los médicos; en general, siempre es la misma persona, en el mismo canal y a la misma hora. Esta desesperación por “vender” ¿no te hace ver que es algo poco creíble? El que vende el producto no busca el bienestar de la persona que lo compra, sino que su objetivo es comercial; por eso tratan de venderlos con publicidades de celebridades, con el cuerpo que exige la sociedad, para que la gente crea que con eso va a llegar a pertenecer y tener la figura que “se debe alcanzar”.

También se venden productos con “antes y después” de personas que han bajado de peso, con frases atractivas como “baja kilos con este producto natural y no los recuperarás”.

Sé que es difícil hacer oídos sordos y no tentarse con estas publicidades, porque la realidad es que lo venden como si fuese magia, pero cada vez que estés a punto de comprarlo, acuérdate de todo esto, y estarás haciendo un bien para tu propia salud y tu bolsillo.

¡Podemos querernos más!

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