Читать книгу ¡Podemos querernos más! - María Agustina Murcho - Страница 20

En primera persona: Carolina, 21 años

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Desde que llegó la moda fitness y pegó fuerte en los medios sociales y televisivos, quise ser una más, pero jamás me di cuenta de lo mucho que me lastimaba. Recuerdo cuando a los canales de espectáculos cada semana, en la época de verano, más que nada, iban “nutricionistas” que te indicaban qué comer y qué no; siempre prohibían las famosas harinas blancas: nada de pan, nada de pastas, ¡nada de harina! Yo, como una ignorante, tomaba nota de eso como si fuera la verdad revelada. Llegué a “internarme” en el gimnasio, haciendo dos comidas al día, y solo con verduras. Así fue durante un mes, pero una mañana de febrero, haciendo un ejercicio con máquina en el gimnasio, me sentí muy mal: me puse pálida, todo me daba vueltas y el corazón me latía a mil. Tuve que relajarme y sentarme porque me vi morir en ese momento. Desde ahí dije “ya no más con esta obsesión enferma”.

Cuando descubrí tu cuenta en Instagram me di cuenta de que puedo comer todo lo que yo quiera, y más las cosas que me gustan, pero en las cantidades necesarias para mí.

¡Podemos querernos más!

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