Читать книгу Fue primicia - Marcelo Figueroa - Страница 8

Introducción

Оглавление

El camión de exteriores estacionó sobre la rambla de Mar del Plata, a metros de la playa y del Casino Central, para transmitir un improvisado recital de Los Sultanes. “Fiesta fiesta, pluma pluma gay”, empezó a corear en vivo y en directo el excéntrico Topo, líder del grupo. Mientras, el zócalo en pantalla rezaba: Estalló el verano.

En la redacción los productores esperaban un día sin sobresaltos, como suelen ser los de enero, hasta que una información de último momento sacudió la mañana. Unos pocos minutos después del mediodía, sin interrumpir el sonido de la canción, una placa roja con enormes letras blancas alertó: Asalto y toma de rehenes en un banco. No dieron ningún otro dato y la transmisión volvió al show musical a orillas del mar, con las olas dejándose ver a unos metros, por detrás de los turistas que bailaban y coreaban el hit.

Fue en medio de aquel clima festivo que Crónica TV anunció en primicia uno de los casos policiales más resonantes de las últimas décadas: el millonario robo al Banco Río de Acassuso. Cinco asaltantes, veintitrés rehenes, ciento cuarenta y cinco cajas de seguridad violentadas y varias horas de tensión en vivo en la televisión marcaron el espectacular atraco que, para muchos, inspiró la exitosa serie española “La Casa de Papel”.

Cuando la policía logró ingresar a la sucursal bancaria solo halló a los clientes que habían estado cautivos, restos de comida y un mensaje en tono de burla, en la bóveda, escrito por Fernando Araujo, el cabecilla de la banda. Decía: “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es solo plata y no amores”.

La gran fuga… “Z”, tituló Crónica al confirmar que, antes de escapar, los delincuentes habían disfrutado de un “opíparo” almuerzo con pizzas y gaseosas. Después huyeron por un túnel subterráneo con un botín de veinticinco millones de dólares, burlando a los trescientos policías que cercaban la zona. Durante la desopilante cobertura, el canal también reveló: Rehén del Banco de San Isidro afirmó que los ladrones le cantaron el “feliz cumpleaños”.

Con ese desparpajo, buen olfato periodístico y una amplia red de informantes, esta señal, que transmite en vivo las veinticuatro horas, impuso un estilo único; rompió el molde de los noticieros serios y acartonados, lideró la audiencia del cable durante años y hasta fue materia de estudio en las universidades. Orgulloso, Héctor Ricardo García sostiene: “La última pirueta que le faltaba a la televisión la inventé yo”.

El Gallego –así lo llaman quienes lo conocen bien– también fue vanguardista al diseñar las legendarias placas rojas, esos carteles gigantes que admiten solo unas pocas palabras en dos o tres líneas de texto y, a puro impacto, se leen desde el rincón de cualquier bar. El formato, similar al que más acá en el tiempo popularizó la red social Twitter con sus ciento cuarenta caracteres, surgió en la gráfica, a fines del siglo diecinueve.

Los periódicos sensacionalistas de Estados Unidos “gritaban” las noticias y buscaban llamar la atención de los lectores con informaciones escandalosas, fotografías impresionantes y titulaban con una tipografía destacada; en algunos casos hasta con signos de exclamación. En Argentina lo hizo el diario Crítica primero y Crónica después.

García es una leyenda viva del periodismo argentino. Un pionero que carga en sus espaldas innumerables mitos. Hizo de todo: descubrió su pasión cuando era niño, fue un precoz canillita y desde la adolescencia frecuentó varias redacciones.

Se había iniciado como reportero gráfico; trabajó como cronista, después fue editor y jefe hasta convertirse en uno de los propietarios de medios más influyentes. Y el primer dueño de un multimedio en el país. En la década del setenta controlaba las revistas Así es Boca y Así, el diario Crónica, Canal 11, Radio Colonia y el Teatro Astros.

Aclara que no se reconoce empresario, aunque hoy cuente su fortuna en millones. Jura que no le interesa la política y esquiva los eventos frecuentados por funcionarios y hombres de negocios. Lo suyo fue y es el periodismo. Lo será siempre. Hoy, alejado de Crónica TV y con intenciones de fundar un nuevo canal, explica que solo le importa la televisión: “Me divierte mucho, me gusta, es mi vida”.

A los ochenta y cinco años sigue tan inquieto y apasionado por las noticias como el primer día. Como cuando se endeudó para pagar una entrevista exclusiva al general Perón desde el exilio. O las dos veces que aterrizó, clandestino, en las islas Malvinas para informar in situ. Todo por una primicia.

La revista Extra contó en 1967 que uno de los fotógrafos de Crónica habría llegado dos horas tarde a cubrir su horario. Al advertir su rostro apesadumbrado, García le preguntó qué le ocurría. “Acompañaba a mi madre al hospital, cruzamos un paso a nivel, me distraje y nos atropelló. La destrozó, la mató”, relató el reportero. “¡No me digas! Te acompaño en el sentimiento. Y bueno, dejá la foto para que la revelen, va en tapa. Y tomate franco hasta mañana”, habría reaccionado el Gallego.

Puede que aquello haya sido fantasía. Puede que haya sido real. “Siempre me criticaron por los cadáveres que publicaba. Llegaron a decir que Crónica ‘chorreaba sangre’. Bueno, ahora nos copian todos los noticieros y desde hace décadas los otros diarios. Si hasta Ámbito Financiero pone muertos en portada. ¡Lo mandan a cuatro columnas, con la sangre en colores. Una maravilla!”, expone García a modo de descargo.

Firme junto al pueblo es la marca identitaria con la que moldeó a todas sus empresas. “A la gente hay que darle lo que quiere. Si uno como periodista respeta esa regla de oro, es imposible fracasar. Yo no reniego de mi gusto por lo popular”, sostiene. Y con esa premisa revolucionó el periodismo televisivo cuando en enero de 1994 lanzó Crónica TV. Allí, a su modo, anunció antes que nadie el suicidio del empresario Alfredo Yabrán, el trágico accidente de un avión de LAPA en el Aeroparque Metropolitano y la muerte de Carlos Menem Junior, por citar solo algunas de sus innumerables primicias.

Una programación imprevisible, como la realidad. Último momento. Espectacular tiroteo en villa de San Martín. Hay un policía muerto y otro herido. Recibieron balazos de Fal en el pecho. En estos momentos, infernal tiroteo, anuncian los títulos catástrofe. En breve otra información relegaba a la anterior: “Lita” de Lázzari renunció a Liga de Amas de Casa. Y más tarde: Lanús Este. Desesperada búsqueda de un pibe de 13 años. Así era todo el tiempo.

Las noticias policiales, deportivas y del espectáculo desplazaban a las políticas. Un informe sobre el Día mundial de la carcajada podía extenderse más que la cobertura de una reunión de gobernadores; un discurso del presidente de la Nación sería levantado del aire si coincidía con el sorteo de las quinielas y la tanda publicitaria interrumpida para alertar en placa roja que una secta religiosa asegura que el 12 de septiembre llegará el fin del mundo.1

“Somos el receptáculo de cuanta cosa rara pasa en el país”, dirá García sin ruborizarse. Y con el mismo semblante aprobará publicar una placa negra en señal de luto para dar por muerto a Diego Armando Maradona un día en el que el rumor sobre el fallecimiento del astro del fútbol sonó fuerte. Y ahí quedó. En el corrillo que nadie confirmó y que Crónica TV largó primero sin disculpa alguna después.

Presentadores del canal tuvieron que negociar en vivo con los delincuentes que tomaban rehenes en un edificio del Conicet, alertaron sobre la presencia de un “enano fantasmagórico” que aterraba a los policías de un pueblo de Catamarca, repitieron hasta el cansancio los recitales de Sandro y cada vez que podían recordaban cuántos días faltaban para la primavera.

La clave de Crónica ha sido el modo en el que anunciaba las noticias. Lo hacían con desfachatez, sin filtros y en algunas ocasiones, al límite. Cortó por lo sano, escribió el redactor que debió titular las novedades del juicio a Lorena Bobbit, el caso que escandalizaba al mundo en el verano del 94. La mujer, hastiada ante el maltrato y las infidelidades de su esposo, lo había atacado mientras dormía y le cortó el pene. Arráncame la vida, apuntaron en otra placa.

En 2006 Córdoba fue la sede de un certamen para elegir a la Reina Nacional Gay. Competían mujeres trans de varias provincias. Ni bien trascendió el nombre de la nueva reina y las princesas, el cartel rojo anotició: Miss Gay 2006. Participaron miembros de todo el país.

Estamos hablando en pasado porque el canal cambió de manos hace un par de años y la ausencia de García se nota en la pantalla y también detrás. Así y todo hay quienes se esfuerzan por mantener el espíritu de la señal y apelan a la ironía hasta en las coberturas políticas. El 30 de octubre de 2017, mientras el presidente Mauricio Macri anunciaba un plan de reformas, Crónica observó: El discurso más largo de Macri. Van 42 minutos.

Y en el último Mundial de fútbol, ante la inesperada eliminación de Brasil, derrotado por Bélgica 2 a 0 en cuartos de final, titularon: Rusia 2018. Alto belgazo. Brasil afuera. El seleccionado carioca era uno de los claros favoritos hasta que se topó con el equipo de Hazard y Lukaku.

Los seguidores de Crónica TV festejan ese humor ácido y hacen circular por las redes sociales las capturas de pantalla con imágenes de las placas “más divertidas”:

– Asaltan, golpean salvajemente a anciana y le comen la pastafrola

– Pistolón en mano, ladrón asaltó un hotel alojamiento: acabó tras las rejas

– ¡Lo que te devoraste Marcelo Araujo! El relator cruzó mal y resultó embestido por ciclista

– Cordobés quiso anotar a su hijo recién nacido con el nombre “Lucifer”: lo mandaron al diablo

– Otro caso Cocoon. Abuela yanqui de 69 años practica 10 horas por día de videojuegos; su nieto afirmó que es su ídola

Y mientras otros noticieros presentaban investigaciones periodísticas sobre casos de corrupción en el Estado o revelaciones obtenidas con cámaras ocultas, Crónica sorprendía con informes especiales únicos: Las tragedias de nuestros famosos, La Cuba de Fidel o el “revelador” (tal como lo promocionó el propio canal) ¿El tamaño importa?, una serie de entrevistas a médicos y especialistas sobre el “órgano masculino más importante”.

El 11 de septiembre de 2001, cuando dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas en Nueva York y causaron pánico en todo el mundo, Crónica anotició a sus televidentes, todavía shockeados: En la quiniela matutina de provincia salió el 56: la caída. En la matutina nacional salió el 86: el humo. Sonó absurdo y casi de mal gusto que publicaran el resultado de las loterías cuando todavía no estaban claros los motivos ni las consecuencias trágicas del ataque terrorista.

Crónica TV es como el mate y el dulce de leche, resume una de las placas icónicas de esta señal. Así de argentina es. Tanto que no oculta su chauvinismo al celebrar el Día de la Tradición o al homenajear a Manuel Belgrano en el Día de la Bandera. Y qué decir de la Marcha de las Malvinas que sonaba cada 2 de abril mientras un cartelón reafirmaba Las Malvinas son argentinas.

Otro hito –polémico– de Crónica TV en sus veinticinco años de historia es haber mostrado una muerte en directo. Fue el 21 de noviembre de 2008 cuando el excomisario tucumano Oscar “Malevo” Ferreyra, al verse rodeado por la Gendarmería, se pegó un tiro en la cabeza. Acusado por un asesinato y una violación durante la dictadura cívico-militar, el Malevo estaba dispuesto a todo para evitar ir preso. Y se suicidó. Se mató frente a una cámara de Crónica TV, imagen que el canal reiteró decenas de veces mientras destacaba la “exclusividad” de la escena tremenda, impresionante.

Un episodio similar había ocurrido en 2002 cuando un hombre se disparó en vivo en la recepción de Crónica TV tras relatar su drama durante casi dos horas. Víctor Hugo Robles había llegado muy angustiado a Riobamba 280 después de ser abandonado por su esposa. Detallaba pormenores de su crisis conyugal hasta que, según los testigos, “se le escapó” una bala del arma con la que amenazaba quitarse la vida. Terminó malherido, trasladado de urgencia a un hospital cercano y sin lograr ser correspondido por la mujer.

También se destacaron en la ecléctica programación de esta señal las carreras de turf, las respuestas a jubilados y pensionados, un espacio sobre astrología y horóscopo, las entrevistas bizarras de Anabela Ascar y un micro dedicado a las mascotas conducido por el médico veterinario Juan Enrique Romero: Pórtese bien, sea animal.

Y no hubo otra empresa periodística que haya confiado a dos muñecos de peluche la conducción de un segmento informativo como ocurrió aquí, todas las tardes durante años, con las entrañables marionetas Carozo y Narizota. Estamos, definitivamente, ante una rareza.

En las páginas que siguen se cuenta el “detrás de las primicias”. La historia de un hombre apasionado por el periodismo que dedicó su vida a esta profesión sin haber pasado por la facultad, orientado por su intuición y observando con certeza el interés de las masas.

¿Cómo hacían para llegar siempre primero? ¿Tenían vínculos con la policía y otras fuerzas de seguridad? ¿Por qué apostaron al rojo? ¿Quién escribía las placas y con qué criterio? Este libro revela los secretos del canal que revolucionó el mundo de las noticias.2

Faltan 175 páginas para que termine este libro...

1 La placa roja con esa predicción fallida apareció al aire el 27 de julio de 2006 en medio de una tanda publicitaria.

2 Faltan 175 páginas para que termine este libro...

Fue primicia

Подняться наверх