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B) Traducciones españolas
ОглавлениеLa versión castellana más antigua, hecha directamente sobre el texto griego, es la de Jacinto Díaz de Miranda, en 1785, con el título de Soliloquios o reflexiones morales. Es una traducción notable y con abundantes notas (unas 500), que se ha reeditado varias veces (por ejemplo, en la «Biblioteca Clásica», en 1888, y en colecciones de difusión amplia, como la «Col. Crisol», de Aguilar, y la «Col. Austral», en este caso sin explicitar la fecha de su primera edición). Esta versión, muy meritoria en su momento —como la Poética, de Aristóteles, traducida por J. Goya y Muniain, o Las vidas y opiniones de los filósofos antiguos, de Diógenes Laercio, por J. Ortiz Sanz, hechas por los mismos años—, resulta hoy anticuada y un tanto rancia de estilo. (Sobre sus méritos, cf. L. Gil, «Jacinto Díaz de Miranda, colegial de S. Clemente y traductor de Marco Aurelio», en Studia Albornotiana [en prensa].)
En el año siguiente (1786) aparecieron unos Pensamientos escogidos de Marco Aurelio, por J. Villa López.
En la «Biblioteca Económica Filosófica» se publica una nueva traducción, de A. Zozaya (en 1885). Las Meditaciones, en selección y traducción de R. Baeza reaparecen en Madrid, 1919. Con el título de Soliloquios las vierte M. Dolç en Barcelona, 1945, en un bello formato y con cuidadoso estilo, sobre el texto griego fijado por Trannoy. Otros traductores: Joaquín Delgado (París, s. a.), J. Pérez Ballester (Barcelona, 1954) y A. C. Gavaldá (autor de una selección con notas, publicada en Palma de Mallorca, 1956). Ahora hay cinco o seis más. Las versiones más recientes son las de Jorge Cano (Edaf, 2007) y Antonio Guzmán (Alianza, 2014).
La presente traducción, de Ramón Bach Pellicer, aventaja a las anteriores en fidelidad al texto griego, ya que en todos los pasajes difíciles se ha preferido la precisión a una falsa elegancia. El texto de Marco Aurelio no es un texto fácil, por motivos ya indicados en esta introducción, y su intelección total requeriría la constante alusión a la terminología del original griego, así como profusión de notas. En ese aspecto el amplio comentario de Farquharson sigue siendo la obra de referencia ineludible.