Читать книгу La violencia como marco interpretativo de la investigación literaria - Matei Chihaia - Страница 25
3. El grito
ОглавлениеEsas cosas, voy a decirlas, no a gritarlas.
Pues hace mucho tiempo que el grito ha salido de mi vida.
Frantz Fanon. Piel negra, máscaras blancas.
La referencia al grito del epígrafe de esta sección, que aparece al inicio de Piel negra, máscaras blancas, expone, según Nelson Maldonado-Torres que el origen de la serenidad de su discurso no está precedido por un periodo de contemplación y observación neutral sino por un periodo de urgencia en el que el sujeto no encuentra la posibilidad de reconocerse como humano (Maldonado-Torres 2011: 2). Me gustaría explorar el concepto de grito, que será la base de la estructura de la argumentación para exponer una posible tipología del testimonio a partir de él.
En el capítulo titulado La experiencia vivida del negro del texto de Fanon se describe la forma en la que al “negro” se le niega su propia interioridad, pues siempre está definido por el juicio del blanco.
Llego lentamente al mundo, acostumbrado a no pretender alzarme. Me aproximo reptando. Ya las miradas blancas, las únicas verdaderas, me disecan. Estoy fijado. Una vez acomodado su micrótomo realizan objetivamente los cortes de mi realidad. Soy traicionado. Siento, veo en esas miradas blancas que no ha entrado un nuevo hombre, sino un nuevo tipo de hombre, un nuevo género. Vamos ¡Un negro! (Fanon, 2009: 115)
El sujeto enfrenta, según Maldonado-Torres, una paradoja: la paradoja de la negación de su subjetividad desde su propia subjetividad, la existencia desde una existencia negada (Maldonado-Torres 2011: 3).1
El grito de Fanon es una expresión de la ansiedad que esta paradoja provoca. Se trata de un llamado de atención sobre el sujeto emisor. “No obedece a ninguna demanda específica sino a la imposibilidad de emitir cualquier demanda” (Maldonado-Torres 2011: 3). Representa a un sujeto que ha sido violentado, precisamente con la imposibilidad de estar fuera de sí mismo. El grito es pues, paradójico. Surge de una subjetividad que tiene conciencia de sí, pero que es negada a por el otro.
El grito se suspende y se vuelve llanto en el momento en el que se tiene consciencia de una colectividad que padece el mismo sufrimiento: la imposibilidad de amar a la que están condenados los otros sujetos colonizados y el sentimiento de inexistencia. Fanon encuentra el llanto en el momento de sustitución de sí por los otros que sufren. Luego de la apreciación de este sufrimiento, y a través del pensamiento crítico, el llanto se vuelve discurso: “El grito paradójico gira, con paciencia y vigilancia, en un texto” (Maldonado-Torres 2016: 6).