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2. Niveles de comprensión de lectura: la lectura crítica
ОглавлениеPara comprender lo que leemos, realizamos un conjunto de acciones que parten de situaciones elementales básicas, como la captación visual del léxico y el análisis sintáctico de lo leído, hasta procesos mentales más complejos, como la interpretación semántica, la realización de inferencias y la representación mental del texto. Cada conjunto de acciones, relacionadas, implica distintos niveles de mayor complejidad de comprensión de lectura, de cuyo dominio dependerá la competencia comprensiva del lector.
Existen diversos criterios para clasificar estos niveles; de ellos, y en razón de que nuestro principal punto de atención es la comprensión crítica, revisemos el que formula Daniel Cassany (2006), para quien existen tres niveles de comprensión lectora18:
• la comprensión de las líneas, es decir, la captación del significado literal, la suma del significado semántico —reconocer palabras, reconstruir una historia o la información recibida—;
• la comprensión entre líneas, es decir, deducir la información implícita —inferir a partir de lo leído, presuponer datos «escondidos», comprender la ironía, el doble sentido—; y
• la comprensión detrás de las líneas, es decir, comprender la ideología, el punto de vista y la intención del autor, desde la perspectiva sancionadora del lector.
Si bien la frontera entre estos niveles de comprensión no es precisa ni tampoco secuencial, independiente y diferenciable, esta clasificación, como afirma Cassany, resulta importante porque sirve para explicar cómo, más allá del discurso aparente que se puede aprehender a través de la comprensión lingüística y mental, existe en todo texto un subtexto que subyace escondido detrás de las líneas. Solo al acceder al tercer nivel de lectura podemos descubrirlo y evaluar comprensivamente un texto, valorar su forma y contenido, así como otorgarle un valor informativo, estético, social o de cualquier otra índole. Y solo en este nivel podemos, en suma, realizar una lectura crítica.
Por otro lado, si, como dijimos, la lectura implica una interrelación que involucra al autor, al texto y al lector, debe quedar claro que, para la comprensión de estos tres niveles en una lectura crítica, debemos poner especial atención a las tres instancias involucradas en el proceso. Así, respecto del autor, precisamos identificarlo, saber quién es, conocer su propósito comunicativo. Todo discurso expresa una manera de concebir el mundo; es necesario, por tanto, conocer la que tiene el autor, y rastrear la subjetividad a partir de la cual enuncia su discurso y la posición que tiene respecto del tema escrito. Además de ello, ya centrados en el texto, conviene ubicar el género al cual pertenece, pues de esto dependerán no solo los elementos de su estructura interna, sino la solidez y pertinencia de su carga informativa; es preciso contextualizar el texto dentro del debate cultural de su lugar y tiempo, cómo es valorado y qué lugar ocupa en ese debate. Finalmente, una lectura crítica sería incompleta si el lector no asume que su propio hacer-lector debe ser también definido. Como lectores, debemos establecer nuestro propósito de lectura, qué buscamos en el texto leído, ya que solo a partir de esta necesidad podremos contrastar nuestros acuerdos y desacuerdos con lo propuesto por el autor, establecer un punto de vista y definirlo.
En lo siguiente, a partir de la distinción metafórica de los tres planos de lectura planteados por Cassany, propongamos ahora una lectura comentada de tres tipos de texto. Como mencionamos, las fuentes de información para la redacción pueden ser de diferente naturaleza: lingüística escrita, lingüística oral, gráfica, etc., de modo que, para explicitar nuestra propia intención comunicativa, apelaremos a tres tipos distintos de discurso: un fragmento teórico (fuente académica), una imagen (fuente gráfica) y un cuento (fuente literaria).