Читать книгу Mañana morirás - Mayer Gina - Страница 12
ОглавлениеLA PROFESORA HEIMANN necesita decirle a mamá que olvidé la tarea, por tercera vez. Por eso, tengo que esperar con ella en el salón hasta que me recoja. Pero cuando mamá llega, me doy cuenta de que no quiere hablar con la profesora.
—No tengo tiempo —dice—. Tenemos que irnos.
—Entonces venga en mi horario de atención —dice la profesora Heimann.
—Por supuesto —dice mamá, pero la profesora no le cree, se le nota.
Mamá me agarra del brazo y me saca del salón, y a mí se me queda la chaqueta en el perchero por la prisa.
—¿Qué pasa, adónde vamos? —le pregunto cuando subimos al tranvía para luego bajar en la siguiente estación y subir a otro.
—Tenemos que irnos de aquí de inmediato. Otra vez nos persiguen —dice mamá. Y entramos en el centro comercial, en el almacén por departamentos, subimos por la escalera mecánica al segundo piso y nos escondemos en un probador.
—Tienes que hacer silencio —susurra—. No pueden encontrarnos, por nada del mundo.
—¿Quiénes...? —quiero preguntarle, pero me tapa la boca y nos quedamos un largo rato escondidos en el probador, una hora, o dos.
—Este es el único lugar medianamente seguro en toda la ciudad —susurra mamá.
Esperamos y esperamos. Hasta que viene una vendedora y nos dice que tenemos que irnos. Y mamá se pone a llorar, y la vendedora quiere saber qué le pasa, y todo el mundo nos mira, y entonces viene el jefe de la vendedora y después llaman a la Policía.
Y entonces la Policía llama a papi, que viene a recogernos.
—¿Qué es lo que pasa? —pregunta cuando volvemos finalmente a casa.
Pero mamá está llamando por teléfono y pide pizza para todos.
—Tres pizzas de salami, nuestra favorita —dice riendo—. Era solo una broma.