Читать книгу Mañana morirás - Mayer Gina - Страница 14
Оглавление—HOY TENEMOS QUE HUIR DE NUEVO, pero no vamos al almacén por departamentos porque la vendedora está aliada con ellos —dice mamá.
Vamos en taxi donde Harry, pero él no está. O tal vez sí está pero no abre. Mamá le da una patada a la puerta.
No sirve de nada, tenemos que seguir. Subimos al tren. Mamá quiere ir al lago, pero un revisor viene después de un rato y nos pide los tiquetes. Y entonces tenemos que bajar.
—¿Qué hacemos ahora? —pregunta mamá—. No podemos regresar al apartamento.
—Llama a papi para que nos recoja —le digo, y eso hace.
Nos escondemos en el baño de mujeres de la estación mientras lo esperamos. Mamá sale constantemente para ver si ya llegó o si los tipos aparecen por algún lado, después vuelve. Yo me alegro inmensamente cuando él llega, pero él no, él está furioso.
—¿Qué es lo que pasa? —pregunta papi—. Estaba trabajando, no puedo dejar todo, así sin más, continuamente.
—Otra vez estaban persiguiéndonos —dice mamá. Y luego llora porque se da cuenta de que él no le cree.
—Los llevaré a casa —dice papi—, pero no podemos seguir así. —Y a mamá le dice—. Necesitas ayuda.
Ella asiente y sonríe. Porque papi está allí. Pero cuando volvemos a casa y papi dice que no puede subir con nosotros porque tiene una cita, ella se pone a llorar de nuevo.
—¡No puede ser! —grita. Pero él tiene que irse y sube al auto y se marcha.
—¡Maldito! —grita mamá y llora aún más fuerte, hasta que la señora Franz se asoma por la ventana.
—¿Qué mira? —le grita mamá y después me agarra fuerte de la mano. No subimos rápido al apartamento, porque es probable que los tipos estén allí esperándonos. Vamos donde Resi, amiga de mamá que tiene una especie de hotel. Allí podemos dormir.