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Оглавление007 | La dieta mediterránea en su justo punto |
LA DIETA MEDITERRÁNEA ES UN SÍMBOLO cultural que nos ha distinguido desde su conceptualización en los años 60 del siglo XX. Sin embargo, se trata de una tradición con raíces mucho más antiguas que incluye hábitos alimenticios y de vida.
IMPORTANTE
El primer paso para alimentarse sanamente, no importa cuál sea su peso, es despedirse de la comida basura y los dulces industriales.
1 Las bondades de la dieta mediterránea son conocidas a nivel internacional. Sin embargo actualmente casi la mitad de los niños españoles y un 38% de los adultos padecen sobrepeso y aproximadamente el 19% de los niños y más de un 14% padecen obesidad, debido a los malos hábitos de nuestros días, tanto en lo que se refiere a la alimentación como al sedentarismo. Y es que en realidad, en las últimas décadas nos hemos alejado de forma progresiva de las verdaderas tradiciones que han hecho de nuestra gastronomía un sinónimo de calidad. La obesidad que padecemos hoy en día es producto del abandono de la dieta mediterránea y del sedentarismo de la vida moderna.
2 La dieta mediterránea es más que el punto de encuentro de la alimentación de los países europeos y africanos que rodean este mar y más allá de sus fronteras. Es producto de la mezcla de tradiciones de los pueblos que han poblado la zona: griegos y romanos sentaron las bases fundamentales, que son el pan, el vino y el aceite de oliva; las culturas germanas aportaron el consumo de las carnes, principalmente de cerdo; mucho después, los árabes extendieron el consumo del arroz y el trigo, además de algunos vegetales y finalmente, de América nos llegaron las patatas, los pimientos y el tomate.
3 En la verdadera cocina mediterránea, los alimentos sólo se fríen de manera ocasional y siempre en aceite de oliva. El aceite de oliva crudo, sin embargo, está presente siempre en la mesa, en lugar de la mantequilla o la grasa animal. Originalmente los lácteos, quesos incluidos, se consumían en pequeñas cantidades y de forma ocasional en la región, pues eran un bien escaso y normalmente producido a partir de leche de cabra u oveja.
4 Las cocciones deben ser a fuego lento, sobre todo en el caso de los granos, lo que asegura la correcta asimilación de sus nutrientes. En la dieta mediterránea tradicional las proteínas provienen sobre todo de la mezcla de legumbres y cereales, luego de pescados y, en menor medida, de las aves de corral y de carnes rojas, sobre todo como el cordero o el cerdo, aunque esto varía entre una zona y otra.El interés en la dieta mediterránea surge a mediados del siglo XX cuando científicos americanos deciden explorar la relación entre la alimentación y la mayor esperanza de vida de la región.
5 Las verduras y frutas deben ser las de la estación, que son las que nos aportan los nutrientes más adecuados para las condiciones de cada momento. Se prefieren los productos locales por la misma estacionalidad a la que hemos hecho referencia y porque los productos exóticos están especialmente cargados de aditivos y radiaciones, que son los que hacen posible su exportación y manipulación en condiciones aparentemente correctas. El consejo de la lección es más que claro: camine directamente hacia la verdadera dieta mediterránea.
IMPORTANTE
El mayor secreto de la dieta mediterránea es tal vez su variedad, que imperó hasta la segunda mitad del siglo XX. En la región se comía un poco de todo, porque se aprovechaba lo poco que había y, cuando no faltaba algún alimento, era sustituido otro. Por esta razón los frutos y hortalizas de la huerta eran vitales, las proteínas eran en su mayoría de origen vegetal, mientras que carne, huevos, quesos y lácteos en general eran un producto escaso y ocasional.