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002 La digestión comienza en la boca

AL RELAJARNOS PARA COMER, LOGRAMOS MASTICAR lentamente los alimentos, triturarlos finamente e impregnarlos en saliva. De esta forma, el resto del sistema digestivo se prepara para cumplir con su labor y además recibe una materia de más fácil digestión.


IMPORTANTE

El sabor umami fue identificado por primera vez como un sabor propio en el año 1908, por un japonés llamado Kikunae Ikeda. Actualmente es ampliamente asumido por la sociedad japonesa y en el ámbito internacional cada vez es más popular.


1 Finalmente se sienta hambriento frente a un plato de comida. Coge el tenedor y, en un instante, un precioso bocado entra en su boca estimulando todos los sentidos. La alimentación es, además de un proceso fisiológico, un fenómeno psicológico, social, histórico y cultural. Por eso se hace tan difícil cambiar los habitos alimentarios. La intención de este libro es dar pautas para poder cambiar la línea y la salud corporal a través de cambios en los hábitos alimenticios que no estén reñidos con la realidad social que nos rodea, pues de lo contrario estarían condenados de antemano al fracaso.

2 Todas las papilas gustativas perciben los sabores. Algunas resultan más sensibles a uno de los cinco sabores básicos que el resto: dulce, salado, amargo, ácido y umami. Sí, hemos dicho umami: un sabor muy sutil, cuya traducción es algo así como sabor sabroso y es ese gustito delicioso que perdura y que distingue a la sopa de miso, la mayoría de las carnes, el queso parmesano, los ahumados y muchos fermentados, setas como el shiitake o los champiñones y la leche materna. El sabor umami está directamente relacionado con la presencia de algunos aminoácidos, como el ácido glutámico, que se encuentran en muchas proteínas y en algunos vegetales como el tomate o el brócoli.El ácido glutámico y algunos ribonucleóticos otorgan el sabor umami de forma natural. Su sal sódica es utilizada como aditivo saborizante de muchos alimentos y es objeto de controversias. La sopa de miso goza de un verdadero sabor umami natural.

3 La saliva, que es segregada desde las glándulas salivales parótidas, sublinguales y submaxilares, además de otras muchas de menor tamaño que están repartidas por las mejillas y la lengua, impregna los alimentos ejerciendo una acción lubricante que facilitará el tránsito por el tracto digestivo y el proceso de deglución. Además, las enzimas de la saliva ayudan a transformar los alimentos para prepararlos para la digestión. La ptialina hidroliza los hidratos de carbono convirtiéndolos en monosacáridos: mastique una cucharada de arroz o un trozo de pan durante un largo rato y notará como cada vez adquiere un sabor más dulce.Tanto la medicina oriental como la ayurvédica realizan una atenta observación de la lengua a la hora de realizar un diagnóstico. Su color y el aspecto de su superficie, sus bordes y la capa que la recubren dan indicaciones de diferentes deficiencias y síndromes.

4 Los labios, la lengua y las mejillas distribuyen la comida por la boca. Los dientes la cortan, desgarran, trituran y amasan, y terminaciones nerviosas que están diseminadas por toda la boca, incluyendo las propias cavidades de las muelas, trabajan en conjunto para detectar cualquier segmento de mayor tamaño, así como cualquier objeto extraño que pudiera ser desagradable o incluso peligroso, como pudiera ser una espina o un trozo de hueso. Una correcta masticación es uno de los primeros pasos para una buena digestión y, por suerte, la puede controlar de forma consciente.

5 Mientras la boca se entretiene en la tarea de masticar (que es un proceso que generalmente hacemos que dure menos de lo que debiera) el estómago recibe un nuevo aviso del cerebro y se prepara para la llegada inminente del bolo alimenticio, que es el producto directo de esta compleja mecánica que tiene lugar en la boca: una masa que es empujada por la lengua hacia su recorrido a través de la faringe, la laringe y el esófago, gracias a los movimientos de contracción involuntaria pero coordinada de éstos, es llevada hasta el estómago. Ya sabe cuál es la tercera lección: Mastique, mastique y vuelva a masticar.


IMPORTANTE

Cuando comemos alimentos muy secos como ciertos panes o galletas crujientes, la saliva aporta una hidratación necesaria para que podamos tragar cómodamente. Adquiere entonces mayor importancia la necesidad de una correcta masticación.


Aprender a diseñar la dieta perfecta con 100 ejercicios prácticos

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