Читать книгу Manual de psicoterapia emocional sistémica - Mercedes Bermejo Boixareu - Страница 39

3.2 Formación de la pareja

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Como señalan Carter y McGoldrick, durante esta fase se produce «la unión de dos personas que provienen de sistemas familiares diferentes, lo que supondrá aunar y negociar creencias, expectativas, valores y conductas, conformando una nueva organización distinta a las de los sistemas anteriores»17 (Carter y McGoldrick, 1989).

El reto principal, en esta fase, es establecer el nuevo sistema. Para ello, la pareja deberá buscar una nueva manera de funcionar, más allá de su propia individualidad, y construir un equilibrio en el que ambos miembros se sientan cómodos. Esto pasa por negociar valores, expectativas, roles, y también por aceptar las diferencias del otro. Además, se establecerán fronteras con el mundo exterior y, una vez más, se buscará un equilibrio entre la intimidad de la pareja y el contacto con este18. (Carter y McGoldrick, 1989).


Por ejemplo, se negociará la frecuencia con la que se va a casa de los suegros. Si un miembro proviene de una familia aglutinada y el otro de una familia menos fusionada, probablemente exista un desencuentro en la frecuencia con la que cada uno desee visitar a su respectiva familia de origen que habrá que negociar y definir.

Por otro lado, «se puede experimentar la pertenencia a la nueva unidad de pareja como una pérdida de la individualidad»19 (Fishman y Minuchin, 1984). Y es que existen tensiones entre las necesidades individuales y las de la pareja que habrá que modificar, pues ya no sirven las reglas individuales de cada uno de los miembros. Para ello, es importante trabajar con la pareja la resignificación de la experiencia como algo enriquecedor y no limitante, y ayudarles a buscar un equilibrio entre sus necesidades de individualidad y de dependencia.


Resignificar o redefinir implica aportar nuevos significados, enfocar el problema desde un prisma diferente que no se había contemplado hasta el momento.


Una pareja acudió a consulta para intentar solucionar algunos temas que les generaban conflicto. Cuando exploramos cuáles eran estos temas, descubrimos que Beatriz deseaba tener más espacios individuales que Roberto.


Para trabajarlo, colocamos un papel continuo en el suelo y pedí a la pareja que dibujara dos círculos, de manera que una parte de cada círculo quedase superpuesta. Así, se representaba el espacio individual de cada uno y el espacio de pareja. A continuación, les pedí que escribieran qué áreas de su vida les gustaría mantener en el espacio individual, y cuáles, en el de pareja.

La representación que realizaron quedó de la siguiente manera:


Figura 1. Representación del espacio individual y de pareja deseado para cada miembro de la pareja.

Tras visualizar el esquema se reflejó de forma contundente que las necesidades de dependencia de Roberto eran mucho mayores que las de Beatriz, lo cual condujo a trabajar en psicoterapia una renegociación sobre el espacio de pareja y el individual. La pareja pudo realizar dicha renegociación y el esquema final, consensuado y al que cada miembro aseguró comprometerse, quedó de la siguiente manera:


Figura 2. Representación del espacio individual y de pareja negociado y consensuado por la pareja.

Manual de psicoterapia emocional sistémica

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