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5. Frege y Husserl
ОглавлениеDesde que Frege y Husserl compartieron la idea de que “los pensamientos [son] removidos del mundo interno de la experiencia mental” (Dummett, 1993: p. 81 de este volumen), es legítimo preguntar qué pudo haber impedido que Husserl aceptara la relativizada tesis de la prioridad, dando, de este modo, un paso decisivo hacia la dirección del giro lingüístico. De acuerdo con Dummett, una respuesta a esa pregunta puede estar próxima, si estamos preparados para participar en una comparación crítica de la noción husserliana de noema con el concepto fregeano de sentido.
Como es bien sabido, para Frege, un nombre propio18 como “la estrella más cercana a la Tierra” tiene una referencia, un sentido y una representación. La referencia es el objeto único, el sol, al que el nombre propio refiere, el sentido es el modo en que la referencia del nombre propio se nos presenta y la representación es nuestra imagen subjetiva del sol. De acuerdo con Frege, la propiedad de tener un sentido y una referencia no se reduce a los nombres propios. Las oraciones declarativas, en las cuales lo único que nos interesa es la denotación de las palabras que en ellas ocurre, también poseen una referencia y un sentido, una referencia y un sentido representado, respectivamente, mediante un valor veritativo y un pensamiento.
Para Frege, una expresión de referencia se relaciona con su objeto a través de su sentido, mientras que, de acuerdo con Husserl, cada experiencia intencional tiene un noema que, como el sentido fregeano, conecta la experiencia con su objeto. Un ejemplo de un noema husserliano está dado por el fenómeno perceptivo conocido, a partir de Wittgenstein, como ver-como. Cuando vemos un objeto, esto es, cuando tenemos una experiencia visual intencional, somos conscientes de algo que nos es dado a nosotros como tridimensional, transparente, opaco, etc. Y, para Husserl, la participación de la conciencia al tener una experiencia visual intencional muestra, en particular, que se trata de un proceso noético. Ahora bien, el contenido noemático o noema de nuestra experiencia visual intencional es la vía mediante la cual el objeto nos es dado. Por consiguiente, sin el noema no hay percepción de un objeto, y ninguna experiencia intencional en absoluto.
Sin embargo, Dummett sugiere que, debido a que la percepción visual es, generalmente hablando, un acto mental no-lingüístico, se sigue que, independientemente de la participación de la conciencia en la percepción visual, su noema está destinado a ser un “animador no lingüístico”, como Dummett lo llama. Y esto, de acuerdo con Dummett, demuestra que, por otro lado, “la noción de noema es una generalización de la noción de sentido a todos los actos mentales, esto es, a todos los actos o estados que posean la característica de la intencionalidad” (Dummett, 1993: p. 133 de este volumen); y que, por otro lado, tal generalización de la noción de sentido para todos los actos mentales demuestra ser fatal para la posibilidad de aceptar algo como la tesis de la prioridad relativizada (lo que él llama “giro lingüístico”). Porque, si aceptamos la noción de noema como un animador involucrado en todos los actos mentales, entonces “el lenguaje puede no jugar un papel esencial en el estudio y descripción de esos animadores no-lingüísticos de los actos mentales no-lingüísticos” (Dummett, 1993: p. 82 de este volumen). Pero, si el concepto de noema hace imposible que Husserl vaya junto a Frege por el camino que conduce hacia la filosofía analítica, de la misma manera el concepto de sentido fregeano hace que Frege no pueda seguir a Husserl. Y la razón de esta última situación es, según Dummett, que:
La noción de sentido de Frege […] es incapaz de generalización. Los sentidos, para él, incluso si no fueran intrínsecamente los sentidos de las expresiones lingüísticas, son intrínsecamente aptos para ser expresados en el lenguaje; se ubican en conexión cercana con la verdad de los pensamientos de los cuales son constituyentes. Por lo tanto, nada que no sea un sentido podría ser tomado en lo más mínimo como un sentido […] (Dummett, 1993: p. 82 de este volumen).
A partir de la discusión anterior obtenemos que, para Dummett, el punto de divergencia de la filosofía analítica respecto de la fenomenología husserliana reposa en la diferencia entre los sentidos fregeanos y el noema husserliano. Se trata de una posición iluminadora y, tal como hemos observado en la presente sección, perfectamente razonable que nosotros compartimos, y no vamos a trabajar más. Nuestra atención se ubicará, ahora, en el tema central de Orígenes de la filosofía analítica, esto es, la relación entre el lenguaje y el pensamiento.