Читать книгу Un rayito de luz para cada día - Ninayette Galleguillos Triviño - Страница 68
Оглавление2 de marzo
Practicando la responsabilidad
“¿Quién es pues el siervo fiel y prudente al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?” (Mateo 24:45).
Muchos niños piensan que sus padres son cansadores. Siempre están recordándoles todo: “Hoy luego de la escuela tienes clase de violín, ¿recordaste estudiar tus partituras?”; “Recuerda darle de comer a tu mascota”; “La semana que viene tienes prueba de Matemáticas, ¿estás estudiando?”; “Recuerda cargar los libros de geografía en tu mochila, que hoy te toca esa materia”. Y la lista podría continuar...
Dos cosas: la primera, tus padres te recuerdan todo porque su deseo es protegerte y que te vaya bien en la vida. Piensa que cuando seas adulto y tal vez ya no tengas a tus padres cerca, no habrá nadie que te recuerde tus compromisos, y ahí sí tendrás que pagar las consecuencias de tus “olvidos”. Y la segunda, si quieres que ellos dejen de recordarte las cosas todo el tiempo, ¿qué tal empezar a practicar la responsabilidad? Sí, amiguito, responsabilidad significa hacer tus tareas y trabajos sin que nadie tenga que recordártelos vez tras vez. Todo es cuestión de costumbre: si tus padres ven que eres irresponsable, seguirán recordándote las cosas. Ahora, si por dos semanas seguidas les demuestras que puedes hacer tus cosas sin necesidad de un recordatorio, ellos dejarán de recordarte todo y tú te sentirás supersatisfecho de tus logros (¡y ellos también!). Suena tentador, ¿no?
Si aceptas el desafío de ser responsable con tus cosas, te doy una idea: tal vez tienes una pizarra en tu pieza, y si no es así, haz un cuadro en una cartulina o afiche que contenga todos los días de la semana y las tareas de rutina que debes hacer cada día. Debes incluir todo: tareas de la casa, la escuela, deportes, clases de música, etc. Todo con sus horarios y los materiales que debes llevar. Todas las noches antes de dormir, da una mirada a las cosas que te esperan al día siguiente y planifica a qué hora te convendrá despertarte para poder hacerlo todo.
Tal vez al comienzo puedes pedirle ayuda a tus padres, que son quienes mejor te conocen, para que te orienten sobre cómo recordar solito tus deberes. A ti y a ellos seguramente se les ocurrirán buenas ideas. Pero no te quedes solo en los planes. ¡Practica ser responsable! Gabriela