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13 de marzo


Puntualidad

“Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta” (Mateo 25:10).

¿Cómo andas en puntualidad? ¿Llegas a horario a tus compromisos? Si eres como la mayoría, seguramente necesitas de una alarma o recordatorio que te ayude a ser puntual. ¿Quieres saber un dato curioso? El primer sistema para despertarse a una hora determinada fue inventado por los griegos hacia el año 250 a.C., y consistía en un pájaro mecánico que sonaba cuando la marea subía de nivel. Pero el despertador o alarma, tal y como se conoce hoy, fue inventado en 1787 por el relojero Levi Hutchins en los Estados Unidos. Hutchins diseñó una palanca para que, cuando la manecilla marcara cierta hora, sonase una campana.

Pero, ¿cuál es la importancia de ser puntual? Es pensar en los demás, y no hacerles perder su tiempo, porque sabemos que tienen otras cosas que hacer. Es un excelente hábito que debemos cultivar toda la vida.

No solo debes ser puntual como muestra de respeto, sino también porque cuando llegas tarde a un compromiso te puedes perder cosas importantes. Cuenta una historia que el 24 de junio de 1950 comenzó a jugarse en Brasil la cuarta Copa Mundial de fútbol en el estadio Maracaná. Aunque todavía el presidente de Brasil con su familia no habían llegado, el árbitro inglés George Reader decidió iniciar el partido puntualmente. Cuando se le preguntó por qué no había esperado a que llegara el presidente, él contestó que comenzaba los encuentros con puntualidad porque la prensa extranjera y los reporteros de radio estaban sujetos a un horario donde debían pasar sus informes a periódicos y emisoras en un momento fijado. Dos semanas después, cuando se disputó otro encuentro decisivo, el presidente, su familia y un montón de otros funcionarios estuvieron sentados en sus lugares ¡veinte minutos antes del horario anunciado!

En la Biblia, hay otra historia sobre cinco vírgenes que fueron responsables con su provisión de aceite y, gracias a ello, cuando vino el esposo estuvieron preparadas para entrar a las bodas a tiempo. Luego de que todos entraron, la puerta se cerró y ya no hubo más oportunidad para los que llegaran tarde. ¡Ojalá tú y yo estemos entre los “puntuales” que estén preparados cuando él regrese! Gabriela

Un rayito de luz para cada día

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