Читать книгу In memoriam - Niño de Elche - Страница 13
ОглавлениеEn mal estado
Antes de querer ser cantaor quise ser guitarrista de acompañamiento al cante. Este anhelo no suponía una tarea fácil en el erial de la cultura ilicitana, por eso aprovechaba para acompañar a mi padre siempre que éste se animaba a cantar en alguna fiesta familiar. En una fiesta privada que se dio en el ya extinguido restaurante Los Extremeños, situado en la calle del Carmen, en el centro de Elche, conocí a un señor mayor que fabricaba calzado y era aficionado al cante flamenco al que empecé a acompañar. Se dedicaba a cantar en muchas fiestas privadas y en algunas celebraciones populares de los pueblos colindantes del campo de Elche, donde tenía muchos amigos de la Vega Baja alicantina que se dedicaban al cultivo. Muchas de las fiestas en las que participaba estaban organizadas por empresarios de calzado como él, y otras por algún colectivo relevante del pueblo, como el de los políticos o el de la Guardia Civil. La última noche que lo acompañé fue a una velada que se celebraba en el cuartel de la Guardia Civil de Elche organizada por un grupo de jueces de la ciudad durante la que empecé a tomar conciencia de que la separación de poderes del Estado español es un mito. La cena consistía en una mariscada y fue allí donde probé por primera vez las cigalas, las ostras o la gamba roja. Horas después vomité todo como si de una alergia se tratara. Es la consecuencia de comer marisco en mal Estado.