Читать книгу Grasas saludables - Néstor Palmetti - Страница 18
EL COLESTEROL Y LA ALIMENTACION
ОглавлениеSegún la necesidad y elaporte nutricional, el cuerpo regula la cantidad de colesterol a producir. Una persona sana puede producir diariamente hasta un gramo y medio. De acuerdo a la dieta seguida, podemos ingerir con los alimentos hasta un gramo diario, absorbiendo el intestino delgado entre un 30 y un 60%. A mayor aporte nutricional, menor producción corporal; por este mecanismo de autorregulación, el cuerpo mantiene el nivel en sangre necesario, independientemente del aporte nutricional.
Ya en 1978 el profesor Hans Glatzel del Instituto Max Planck para la Alimentación (Alemania), afirmaba: “el organismo trata de mantener un nivel individual de colesterol y es capaz de compensar en gran parte el efecto de una dieta para reducir o aumentar el colesterol. Llama la atención que al pasar de una dieta rica en grasas a una pobre, el nivel de colesterol primero baja en forma abrupta, luego sube lentamente durante semanas y meses, para finalmente ajustarse a valores similares al inicial” .
Muchos estudios demuestran la inexistencia de unvínculo entre colesterol alimenticio y sanguíneo. Es el caso de investigaciones de la Universidad de Colorado (EEUU) sobre personas que comían casi dos docenas de huevos al día y tenían el colesterol por debajo de 200. Veremos luego la importancia que tiene la forma en que se producen y consumen los huevos, en relación con el colesterol. Otros estudios sobre consumo de grasa de buey (saturada y plena de colesterol) no advirtieron influencia en los niveles sanguíneos de colesterol e incluso notaron reducciones tras su ingesta. Un trabajo del Ministerio de Investigación y Tecnología (Alemania) llegó a la misma conclusión: no hay relación entre el colesterol alimentario y el sanguíneo .
Otro aspecto importante es la variabilidad del índice de colesterol en sangre. En otoño aumenta un 20% y luego baja en invierno. También hay variaciones en función a la edad (aumenta con los años), el apetito, el estrés, el sexo, la actividad física, la hora del día, el tipo de clima, el equilibrio hormonal y las condiciones de salud. Todo esto nos lleva a concluir que tiene poco sentido hablar de un valor de referencia. Cada individuo tiene su nivel individual, propio de su contexto, y es el valor que el organismo tiende a regular y mantener, según las leyes de la homeostasis (equilibrio) corporal.