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Música y memoria
ОглавлениеLa música facilita y refuerza la memoria y el lenguaje hablado. El canto facilita la recuperación de los trastornos del lenguaje, las llamadas afasias, la mayoría de las cuales se produce por lesión del hemisferio cerebral izquierdo, en el que según vimos se sitúan las áreas que controlan el lenguaje en más del 90% de las personas. Los afásicos que fracasan al intentar articular la palabra logran en cambio hacerlo cuando además cantan, probablemente porque la capacidad musical se localiza más dispersa y bilateralmente en el cerebro y, para algunos aspectos, como la melodía, en el hemisferio derecho, que actúa así como facilitadora del lenguaje. A veces las únicas palabras a las que puede acceder un afásico son las de las canciones. En esto consiste la “terapia por entonación melódica” para la rehabilitación de las afasias.
La palabra cantada se recuerda mejor que la hablada. Los nombres de melodías instrumentales, que no tienen letra, pueden no recordarse espontáneamente. En cambio, es probable que se recuerden enseguida, no bien las melodías se hagan oír. Las canciones que tienen letra se recuerdan mejor cuando se menciona su título.
La influencia facilitadora de la música sobre la memoria parece ser mayor que para otras formas de expresión. Quizás se reconocen más casos de memoria excepcional para la música que para otras expresiones, y son muy llamativos por su excepcionalidad.
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) transcribió en su infancia el Miserere de Allegri (9 partes, 2 coros) luego de escucharlo una o muy pocas veces, mostrando la excepcionalidad de un preadolescente que logra transcribir al papel una compleja obra vocal e instrumental luego de pocas audiciones.
Félix Mendelssohn (1809-1847), compositor de óperas, sinfonías y conciertos, ensayó por primera vez La Pasión según San Mateo de Bach sin partitura. También reprodujo variaciones de Liszt luego de escuchárselas tocar una sola vez.
George Enescu (1881-1955), autor de las famosas Rapsodias rumanas, acompañó de memoria a Ravel en la ejecución de su sonata, luego de una sola lectura.
Hans von Bülow (1830-1894), gran director de orquesta y colaborador de Richard Wagner (1813-1883), de quien estrenó sus obras, memorizó enteramente, durante un viaje en tren, la partitura de la Sinfonía Irlandesa de Charles Stanford (1852-1924), compositor del siglo XIX, y luego la dirigió de memoria.