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La civilización y la mitología egipcias
Los orígenes de la civilización egipcia

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Si bien anteriormente solía ser costumbre plantearse sólo un origen oriental de la civilización egipcia, hoy no se pueden omitir de ningún modo las hipótesis relativas a un probable origen occidental.

Bajo esta perspectiva, no es inadecuado recordar una exposición que tuvo lugar en 1973 en el Petit Palais de París, cuyo tema era «Egipto antes de los faraones».[34]

Era cuando menos interesante, en efecto, admirar las piezas arqueológicas del iv milenio a. de C., entre las que había tanto paletas decoradas en relieve[35] que evocaban, sin duda, a la civilización sumeria, como estatuas antropomórficas de gran tamaño, sorprendentes, dotadas de un estilo completamente original (cultura Nagada I), que nada tenían que ver, al menos en apariencia, con una cultura oriental.[36]

¿Esta influencia «prefaraónica» era entonces de origen occidental?

A juzgar por los documentos relacionados con el Libro de los Muertos de los antiguos egipcios,[37] estos «prefaraónicos» habrían tenido como antepasados a los «sirvientes de Horus», que estarían en el origen de la civilización egipcia y procedían, según los textos, del extremo de Libia, «de allí donde se pone el sol».

Algunos arqueólogos, como Marcelle Weissen-Szumlanska, autora de Origines atlantiques des anciens Égyptiens,[38] se aferran, por tanto, a la hipótesis según la cual los orígenes del antiguo Egipto serían occidentales, tanto más cuanto que algunos descubrimientos arqueológicos permiten pensar en esta posibilidad.

Con relación a la influencia oriental – y, por tanto, mesopotámica–, que es obviamente la más comúnmente admitida, Mircea Eliade apunta:

[…] En el iv milenio, los contactos con la civilización sumeria provocan una auténtica mutación. Egipto adopta el cilindro-sello, el arte de construir con ladrillo, la técnica de construir barcos, numerosos motivos artísticos y, sobre todo, la escritura, que aparece de repente, sin antecedentes, a principios de la I dinastía.[39]

34

Exposición organizada por Jacques Vandler, miembro del Institut de France, inspector general de los museos, encargado del departamento de Antigüedades Egipcias.

35

Como la denominada «de toro», que se encuentra en el Museo del Louvre.

36

Estos «hombres barbudos» – este es el calificativo que los arqueólogos les han otorgado– guardan relación con las culturas Nagada I y II que se extendían de Badari a Sisileh, en la parte sur del Nilo (véase el artículo de J. A. Boulain, aparecido en Archeologia, n.o 60).

37

Cuyo título exacto es Avanzando hacia la luz del día.

38

Omnium littéraire, París, 1965.

39

Mircea Eliade, op. cit.

El gran libro de las civilizaciones antiguas

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