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ОглавлениеINTRODUCCIÓN A LA EDICIÓN EN ESPAÑOL
Hay grandes similitudes entre los judíos en todas partes, por muy diferentes que sean el país y la cultura en la que viven. Los judíos de Sudáfrica que visiten Londres y asistan a un acto religioso o social judío se sentirán como en casa. Y con todo, notarán que hay diferencias, debido a la singular influencia de la historia, la religión, y la cultura de Londres. Lo mismo ocurre con cualquier otro país en donde los judíos se hayan asentado. Lo que sigue es un breve esfuerzo para resumir esas diferencias en Latinoamérica. Pido disculpas por las generalizaciones, y espero que un estudio más profundo del contenido del libro aporte una mayor claridad.
Los protestantes y los judíos llegaron por primera vez a Latinoamérica a principios del siglo XVI. Desde entonces han conocido experiencias parecidas de persecución, libertad, crecimiento e integración social. Tal cosa debería conducir a una gran comprensión y empatía mutuas. En lo que difieren, naturalmente, es que la mayor parte de la comunidad judía no cree que Jesús sea el Mesías, el Salvador y el Hijo de Dios. Pero, gracias a Dios, muchos creen y forman parte de las iglesias evangélicas junto con los creyentes de los diferentes pueblos que viven en Latinoamérica.
Hoy se dice que hay entre 460.000 y 600.000 judíos viviendo en Latinoamérica. Para empezar, eran judíos que huían de la Inquisición católico-romana en Europa, y que llegaban a asentamientos holandeses, británicos y franceses. La primera sinagoga de las Américas se fundó en Brasil en 1636. También había muchos cripto-judíos1 que se establecieron en los centros urbanos coloniales de la Latinoamérica española y portuguesa hasta que llegó la Inquisición, tras lo cual se alejaron de los principales centros de población. Un gran número de estos inmigrantes iniciales se casó con mujeres no judías. Hoy existe un movimiento entre algunos de sus descendientes que quieren restablecer su identidad judía, lo que está causando cierta confusión. En este libro se aborda el tema, en especial el peligro del sincretismo. La mayoría de los judíos que hoy viven en Latinoamérica, llegaron durante los siglos XIX y XX escapando del antisemitismo en Europa y en el mundo árabe. Hoy los judíos siguen emigrando por razones familiares y económicas. Ha habido actitudes negativas hacia los judíos en Latinoamérica, como en otros lugares, pero en general han sido bien acogidos y han hecho contribuciones significativas a la sociedad, siendo Panamá el único país del mundo que ha tenido dos presidentes judíos en el siglo XX.
Durante los últimos ochenta años, y especialmente los últimos cincuenta, el número de iglesias protestantes ha experimentado un gran crecimiento. Esto ha impactado a la comunidad judía y, junto con el trabajo de misioneros extranjeros, los judíos han escuchado y han creído. Lo que espero de este libro es que sirva para fomentar y comprender mejor el testimonio cristiano hacia el pueblo judío, y que ayude a que los cristianos entiendan a los judíos que llegan a las iglesias.
Los cristianos latinoamericanos deberían sentirse animados por la larga historia de actitud positiva hacia los judíos por parte de sus predecesores protestantes. Muchos líderes de la iglesia del pasado han estudiado las Escrituras para comprender mejor los propósitos permanentes de Dios para con los hijos de Abraham, Isaac y Jacob. Un ministro puritano inglés, Richard Sibbes, que vivió entre 1577 y 1635 lo resume en pocas palabras: “Los judíos fieles se gozaron pensando en el llamado de los gentiles; y ¿por qué no deberíamos alegrarnos nosotros pensando en el llamado de los judíos?”. Lo que marcó a esos hombres fue su amor por la Biblia, la palabra de Dios. Al estudiar las experiencias de Israel tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se dieron cuenta de cuánto les debían. Aprendieron de aquellos hombres y mujeres de la antigüedad, tratando de evitar sus errores y de seguir el ejemplo de su fidelidad. Al encontrarse con judíos en su propio día, los respetaron como descendientes de Abraham, Isaac y Jacob, y trataron humildemente de ganarlos para Jesús. Es bueno que los cristianos aprendamos todos de Israel y anhelemos su salvación.
1.El término “cripto-judío” es uno de los varios que se usan para referirse a los judíos que se declararon cristianos en tiempos de persecución pero que practicaban en secreto su judaísmo. Los distintos apelativos se explicarán más adelante en el libro.