Читать книгу Trabajo social digital frente a la Covid-19 - Paula Méndez Domínguez - Страница 31
2. COOPERAR PARA CONSTRUIR LA TRANSFORMACIÓN: ALGUNOS DILEMAS EN LA GOBERNANZA DEL PROCESO
ОглавлениеCo-construir la transformación social inclusiva, supone un ejercicio de articulación democrática entre diferentes actores (públicos, sociales, privados) para conseguir un bien colectivo. Es decir, producir acción colectiva y gestar su gobernanza, entendemos por acción colectiva al esfuerzo que realizan dos o más personas por conseguir un bien público, o evitar un mal público (Olson, 1965). Así pues, ¿es posible que cooperar para mejorar condiciones sociales de la comunidad sea el comportamiento preferido por los miembros de un colectivo? Las evidencias muestran que un bien colectivo por conseguir (vivienda, mejora del hábitat, educación, salud, infraestructuras comunitarias, etc.) o incluso un mal colectivo por evitar (destrucción de empleos, pérdida de derechos, privatizaciones de servicios públicos, etc.) son razones necesarias, pero no suficientes para que se produzca acción colectiva. Entonces, ¿cuáles son los factores que la facilitan o inhiben? Las ciencias sociales han puesto mucho interés en responder a esta cuestión y ponen énfasis en diferentes factores que podrían explicar que los sujetos se mostrasen dispuestos a cooperar; algunos señalan los incentivos (Olson, 1965), creencias (Hardin, 1982), y otros identifican en las emociones los factores explicativos, o incluso en las oportunidades y los recursos (Tarrow, 1994).
En ese proceso de co-construir la transformación inclusiva intervienen diferentes agentes sociales y actores políticos. Para el Trabajo Social con Comunidades tienen especial interés los movimientos sociales y las expresiones de acción colectiva con anclaje en el territorio (Pastor Seller, 2021). Así pues, y retomando la pregunta sobre los factores que explican el surgimiento de la movilización social, cobra relevancia pensar en los aportes de la sociología de la movilización. En este sentido, para la corriente clásica el énfasis está en los factores estructurales que desatan comportamientos “extremos”, o mejor en los males colectivos que se pretenden evitar (Smelser, 1962; Gurr, 1970). La corriente anglosajona, cuyos exponentes son Tarrow (1994), Tilly (1984); McAdam (1982), también tiene una respuesta fundamentalmente estructuralista, los movimientos sociales surgen cuando el contexto ofrece facilidades, bien en términos de apertura política o bien de flujo de recursos que disminuyen el coste de organización, y en este sentido el concepto de ‘empresariado político’, o líderes comunitarios, juega un rol potenciador que es fundamental para iniciar acciones colectivas y campañas de protesta como señalan Zald (1999) y Jenkins (1994), entre otros. Aunque también, desde este grupo de teorías se señala la importancia de la construcción simbólica de la realidad (McAdam et al., 1999).
Finalmente, para la perspectiva de la identidad el elemento cultural es la clave para explicar el surgimiento de desafíos colectivos, destacando fundamentalmente los factores relacionales y la construcción del nosotros (y los otros) tal como explica Melucci (1995). Estos aportes, provenientes de diferentes disciplinas, abonan la reflexión sobre el fenómeno de la acción colectiva y la movilización social desde el Trabajo Social que supone repensar la intervención social de interés colectivo con comunidades y poblaciones. Se trata de reflexionar acerca de la dimensión procedimental de la intervención poniendo énfasis en las posibilidades de promover la acción colectiva o las estrategias para fortalecerlas (Herrera-Gutiérrez y Pastor Seller, 2018) a partir de los estudios que vienen a señalar los factores que la facilitan.