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LA IGLESIA IMPERIAL A COMIENZOS DE LA EDAD CONTEMPORÁNEA Tamaño

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El registro preparado para el Reichstag de Worms de 1521 enumeraba 3 electores eclesiásticos, 4 arzobispos, 46 obispos y 83 prelados menores; el número de señores seculares era 180. Hacia 1792, tan solo quedaban 3 electores, 1 arzobispo, 29 obispos y abades principescos y unos 40 prelados, junto con 165 Estados seculares. Este declive solo es atribuible, en parte, a la Reforma protestante, la cual tan solo aceleró una tendencia ya existente: la de la incorporación de los bienes materiales de los feudos eclesiásticos por parte de los territorios seglares. Muchos de los Estados eclesiásticos enumerados en el registro de 1521, entre ellos 15 obispados, ya estaban desapareciendo de ese modo. Si bien la Reforma protestante añadió nuevos argumentos teológicos para justificarlos, los cambios políticos asociados a la reforma imperial tuvieron igual importancia, pues vinculaban de forma directa el estatus de los Estados imperiales a una serie de obligaciones imperiales fiscales y militares. Numerosos prelados aceptaron de forma voluntaria la incorporación a jurisdicciones seculares para así eludir tales obligaciones.142 Así pues, toda la «secularización» llevada a cabo antes de 1552 suponía el paso de estatus inmediato a mediado debido a la eliminación de los derechos políticos del feudo. Por contra, la Paz de Westfalia sancionó la secularización de 2 arzobispados y 6 obispados, que fueron convertidos en ducados seculares, con plenos derechos políticos y obligaciones.

Este movimiento no fue unidireccional. Hubo territorios eclesiásticos que se emanciparon de la influencia secular: cabe destacar el obispado de Espira, que había estado bajo protección del Palatinado entre 1396 y 1552, si bien durante este periodo perdió todos los monasterios que controlaba y dos terceras partes de sus iglesias y beneficios. Doce prelados fueron ascendidos al rango de príncipes y algunos monasterios dependientes compraron a sus protectores seculares el derecho a ser Estados inmediatos de pleno derecho.143

Como indica el caso de Espira, la pérdida de propiedad eclesiástica dependiente fue mucho mayor. Los soberanos protestantes del Palatinado, Wurtemberg, Hessen, Ansbach y otras regiones suprimieron cenobios que, aunque carecían de inmediatez imperial completa, habían desempeñado, a menudo durante siglos, un vibrante papel en la vida política y cultural de los católicos. Aun así, hubo numerosas instituciones católicas que pervivieron en territorio protestante. Magdeburgo retuvo la mitad de sus conventos y una quinta parte de sus monasterios después de su conversión en ducado secular tras la Paz de Westfalia. El obispado de Lubeca siguió formando parte de la Iglesia imperial, a pesar de haber sido designado territorio luterano y asignado de forma permanente a Holstein-Gottorp. De igual modo, hubo tres conventos imperiales que permanecieron en el seno de la Iglesia imperial como instituciones luteranas, pues las familias principescas luteranas continuaron enviándoles a sus hijas solteras. En conjunto, en 1802 seguía habiendo al este del Rin 78 fundaciones mediadas y 209 abadías, con rentas anuales valoradas en 2,87 millones de florines, además de centenarios de monasterios, en su mayoría situados en territorios católicos. Los Estados eclesiásticos inmediatos controlaban 95 000 kilómetros cuadrados, con cerca de 3,2 millones de súbditos que generaban unos ingresos anuales de 18,16 millones de florines.144

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