Читать книгу 50 pasos hacia la Paz - R. M. Carús - Страница 13

Hoy te invito a vivir como el viento.

El viento es movido por una fuerza extraña que lo empuja hacia donde debe estar, lo detiene cuando es preciso y lo impele a hacer lo que debe hacer en cada momento.

El viento no entiende bien esa fuerza. No sabe de dónde proviene, ni quién la manda, ni por qué le hace ir a un sitio o a otro. Pero le hace caso. Sabe que siempre le lleva a buen lugar, a allá dónde es útil, adonde se le necesita para polinizar las flores, rizar las olas o desplazar las nubes. No se niega, no se resiste, nunca ofrece oposición. Es servicial, aunque no servil.

Déjate guiar hoy por esa misma fuerza. Está en tu corazón. Haz lo que te susurre, ve a donde te sugiera, di lo que te apunte. Hoy deja que el corazón se ocupe de las palabras y de los actos.

No hagas como esas veces en las que has estado segura de algo sin saber por qué, pero has hecho lo contrario. No hagas como esas veces en las que has atendido al pensamiento en vez de al alma. Sí, es cierto: el pensamiento tiene argumentos y el alma no. Pero los argumentos muchas veces se equivocan, lo sabes. Yo afirmo que el alma no yerra.

La mente piensa, el alma sabe.

Hazle caso a tu alma solo por hoy. Observa qué sucede. Si te satisface el resultado, escúchala cada vez con más frecuencia hasta que sea tu guía ya para siempre.

Vive hoy como el viento. Ve a donde te lleve tu interior.