Читать книгу 50 pasos hacia la Paz - R. M. Carús - Страница 7

Prólogo

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Existe algo primario, principal, algo cuya relevancia está por encima de cualquier otra cosa, sea la que sea. De tus deseos, de tus pertenencias, de tu personalidad, de tus opiniones, de tus amigos, de tu familia y de tus valores: la Paz interior.

¿Por qué? Porque sin ella no te será posible llegar a la familia, ni tendrá valor el dinero, la personalidad será una prisión, los deseos un yugo, las opiniones un freno y los valores un autoengaño. Todas esas cosas son secundariamente importantes frente a la inmensa importancia de la Paz.

Aquí se proponen 50 maneras para experimentarla por el único motivo de que probar diferentes vías de llegar a un objetivo aumenta las probabilidades de éxito. Sin embargo, no son necesarias todas. Basta con dar uno solo de estos pasos con el suficiente convencimiento, con la suficiente profundidad, con la suficiente determinación de no volver atrás. La paz es una característica propia del alma. Está profundamente grabada en ti y por lo tanto puede ser vivida en cada instante. Avivarla en realidad no requiere de un proceso, sino únicamente de una voluntad sincera. Y es tan dulce, tan placentera, tan acogedora, que una vez experimentada en toda su plenitud la abrazarás instantáneamente y nada ni nadie te convencerá de volver a abandonarla. Nunca. Nada ni nadie.

Eso es algo que harás en algún momento. Puedes tardar minutos, años o vidas, pero al final te reencontrarás con lo que más añoras. No esperes. Los beneficios de volver cuanto antes son obvios y, paradójicamente, al mismo tiempo inimaginables.

Una vez más, en las siguientes páginas hablaré en segunda persona. Por favor, no te sientas señalado ni atacada por ello. Cuando, por ejemplo, digo: “prueba hoy a quitarte el antifaz aunque sea solo durante unos minutos si es que lo llevas puesto” me refiero a ti, pero también me refiero a mí, y a todos. El contenido de esta pequeña obra surge de mi propia experiencia, de mi propio aprendizaje. Por eso, cuando diga “tú”, me estaré hablando tanto a mí como a ti que estás leyendo.

En 50 pasos hacia la luz se proponía dar un paso diario. No obstante, muchos lectores de ese libro han encontrado mayor utilidad en leerlo primero entero y luego ir tomando los pasos uno a uno. Otros, en centrarse durante más de un día en alguno de ellos. Otros, en dar a veces un paso por la mañana y otro por la tarde. Otros más, en ir visitando sus páginas a lo largo de meses, pues sentían la necesidad de un ritmo mucho más lento. Gracias a ellos he aprendido que cualquier método es bueno si da resultados, y que el advenimiento tanto de la paz, como de la luz, como del amor no se puede reglamentar. Por eso, te animo a que recorras los siguientes capítulos a la velocidad más adecuada para ti.

Ojalá estas humildes páginas te sean de utilidad para retornar al entrañable crepitar del hogar. Allí, muy pronto, nos reuniremos todos.

50 pasos hacia la Paz

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