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Es necesario antedatar también el superyó
ОглавлениеMás aún, y aquí se encuentra un punto central, este superyó “temprano” incide de manera decisiva en las relaciones que el niño mantiene con sus padres reales. No solo el superyó está relacionado con los padres reales (afirmación que ningún analista dejaría de suscribir) sino que las relaciones del niño con estos se ven determinadas también por la naturaleza del superyó infantil; “las imagos internas”, suele decir M. Klein. Y esta es una afirmación que, en 1926, pocos o ningún analista suscribiría.
Estas ideas tienen consecuencias no solo en la forma de concebir la naturaleza de las relaciones del niño con su ambiente sino que, asimismo, adquieren particular importancia para el abordaje psicoanalítico de ese niño así conceptualizado. Porque las relaciones que los niños mantienen con sus padres se aproximan, en su naturaleza, a las que mantiene con el psicoanalista: en todas ellas se pueden apreciar la “transferencia” de sus imago u objetos internos o superyó sobre los objetos reales (padres y analista). En consecuencia, no hay “primera edición” con los padres reales, que luego se transferiría sobre el analista, sino que ambas son distintas reediciones.
No se le escapa a M. Klein que debe hacer alguna aclaración en cuanto a la relación, planteada por S. Freud, del superyó como heredero del complejo de Edipo tras su sepultamiento:
“El hecho de que supongamos que el complejo de Edipo alcanza su punto culminante hacia el cuarto año de vida y que reconozcamos el desarrollo del superyó como el resultado final del complejo, me parece que no contradice de ningún modo estas observaciones. Esos fenómenos definidos, típicos, cuya existencia podemos reconocer en la forma más claramente desarrollada cuando el complejo de Edipo ha alcanzado su punto culminante y que precede a su declinación, son solamente la terminación de un desarrollo que dura años.”19
Si bien los materiales clínicos que M. Klein aporta en este texto son por demás elocuentes, citemos un material de Rita:
“Ya en su segundo año, los que estaban en contacto con Rita se sorprendían de su remordimiento por cualquier travesura, por pequeña que fuera, y de su hipersensibilidad a cualquier tipo de reproche. Por ejemplo, estallaba en lágrimas cuando su padre, jugando, amenazaba a un oso de un libro de láminas. Aquí, lo que determinó su identificación con el oso fue su miedo al reproche del padre real. También su inhibición de juego procedía de su sentimiento de culpa. Cuando tenía dos años y tres meses declaraba repetidamente, cuando jugaba con su muñeca (juego del que no disfrutaba mucho), que ella no era la madre de su muñeca-bebé. El análisis reveló que ella no se animaba jugar a ser la madre porque la muñeca-bebé representaba para ella entre otras cosas, a su hermanito, que habla deseado arrebatar a su madre, incluso durante el embarazo. Pero aquí la prohibición del deseo infantil ya no provenía de la madre real, sino de la madre introyectada, cuyo rol representó ante mí en diversas formas, y quien ejercía una influencia más severa y cruel sobre ella que lo que su madre real hubiera hecho nunca.”20
Algunas puntualizaciones sobre este fragmento:
a) Se constata las manifestaciones de la existencia de intensos sentimientos de culpa: “remordimiento”, “hipersensibilidad a cualquier tipo de reproche”.
b) Estas manifestaciones aparecen ante las figuras reales de los padres (episodio del padre y el libro de láminas) pero también por acción de las imago introyectadas (la madre introyectada que ejercía “una influencia más severa y cruel sobre ella que la que su madre real hubiera hecho nunca”; “El elefante (imago paterna) tenía que tomar la parte del que ponía obstáculos”).
c) Destaquemos la importancia que adquieren los deseos, fantasías, ansiedades, relacionadas con la figura materna, en especial ligadas al embarazo como parte de la sexualidad femenina.
d) La mayor severidad de las figuras introyectadas se concentra en la imago materna, siendo el padre introyectado alguien que “se opone”.
e) En esta fluida y dramática vida de fantasías, el niño desempeña también por momentos el papel de los padres severos.
f) Como consecuencia de todo esto el niño se encuentra expuesto a figuras internas “que ahora lo atormentan con su severidad [mucho mayor que la de cualquier figura parental real].”21