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¿Qué puede hacer el niño frente a esta situación interna?
Оглавление“Un mecanismo fundamental y universal en el juego de representar un papel 22 sirve para separar estas identificaciones operantes en el niño, que tienden a formar un todo único. Por la división de roles el niño logra expulsar al padre y a la madre que en la elaboración del complejo de Edipo ha absorbido dentro de sí, y que ahora lo atormentan internamente con su severidad. El resultado de esta expulsión es una sensación de alivio, que contribuye en gran medida al placer extraído del juego.”23
Entendemos este “placer extraído del juego” como una primera dimensión terapéutica del juego; otra dimensión sobreviene con las modificaciones subsiguientes a la interpretación y la elaboración de la misma. Pero para ello tenemos que esperar que M. Klein explique algunos puntos todavía pendientes.
Hasta ahora tenemos un niño con imagos internas u objetos internos o superyó, fruto de sus intercambios con los objetos parentales externos teñidos por sus propias pulsiones. La presión que estas figuras internas ejercen lo llevan a externalizarlas a través del juego, lo que le produce alivio.
“Aunque este juego de representar parece a menudo muy simple y ser expresión sólo de identificaciones primarias, ésta es sólo la apariencia superficial. Es de gran importancia en el análisis de niños penetrar detrás de esta apariencia. Sin embargo, puede tener un pleno efecto terapéutico sólo si la investigación revela todas las identificaciones y elementos subyacentes y, ante todo, si hemos encontrado el camino hacia el sentimiento de culpa que está aquí en acción.”24
Entonces, es necesario investigar, es decir, analizar (para lo cual tenemos que tener en cuenta que no se trata de un mero juego de representar directamente situaciones cotidianas) las identificaciones (substanciadas en los objetos internos, el superyó) y el sentimiento de culpa subyacente que se encuentra en acción y se expresan en el juego. Apoyado en la externalización aliviadora, el analista interpreta los elementos del juego como si fuera, por ejemplo, un sueño.
Antes de continuar con la argumentación de M. Klein cabe citar más o menos extensamente dos notas al pie de página:
“En el Octavo Congreso Psicoanalítico Internacional, celebrado en Salzburgo en 1924, mostré que un mecanismo fundamental en el juego de los niños y en toda sublimación subsiguiente es la descarga de fantasías masturbatorias. Esto subyace a toda actividad lúdica y sirve como estímulo constante del juego (compulsión de repetición). Las inhibiciones de juego y aprendizaje se originan en la represión exagerada de estas fantasías, y con ellas de toda fantasía. Experiencias sexuales están asociadas con fantasías masturbatorias y, con éstas logran expresión y abreacción en el juego. Entre las experiencias dramatizadas, juegan un papel prominente las representaciones de la escena primaria, que regularmente aparecen en primer plano en el análisis de niños pequeños.”25
“Mis análisis revelan una y otra vez cuán distintos significados pueden tener las cosas, por ejemplo, muñecos, en el juego. A veces representan el pene, a veces el hijo robado a la madre, a veces el paciente mismo, etcétera. Es sólo examinando los mínimos detalles del juego, y su interpretación, que pueden hacérsenos claras las conexiones y eficaz la interpretación. El material que los niños producen durante la sesión, a medida que pasan de juego con juguetes a dramatizar en su propia persona y a jugar con agua, cortar, o dibujar, el modo en que hacen esto, la razón por la que cambian de un juego a otro, los medios que eligen para sus representaciones, toda esta miscelánea de factores, que tan a menudo parece confusa y sin sentido, es vista como coherente y plena de significado, y se nos revelan las fuentes y pensamientos subyacentes, si los interpretamos exactamente como los sueños. Además, los niños a menudo representan en su juego lo mismo que ha aparecido en algún sueño que narraron antes, y con frecuencia producen asociaciones por medio del juego que le sigue, y que es su forma más importante de expresarse.”26
De interpretar los elementos del juego en forma adecuada, teniendo en cuenta el modelo del sueño, se logrará lo que M. Klein considera la meta terapéutica psicoanalítica en este momento de su obra:
“Los efectos de este superyó infantil sobre el niño son análogos a los del superyó del adulto, pero pesan mucho más sobre el débil yo infantil. Como nos enseña el análisis de los niños, fortificamos este yo cuando el procedimiento analítico frena las exigencias excesivas del superyó.”27