Читать книгу El sendero del ser - Ricardo Muñoz Rodríguez - Страница 10

Más allá del cuerpo

Оглавление

Puesto que nos hemos perdido en la artificialidad de lo creado, debemos volver a darnos cuenta de todo lo que en realidad no necesitamos. Pensamos que somos un cuerpo y al imaginarlo vivimos esa experiencia insegura, carente y limitada de la vida.

No somos el cuerpo, y prueba de ello es que éste es temporal. Lo que somos es inmutable y ajeno al tiempo. La conciencia es un continuo que va evolucionando de una existencia a otra, y lo que vendrá estará de acuerdo al nivel de conciencia alcanzado. El estado de vivo o muerto, el nivel de despierto o dormido, no se debe a estar en un cuerpo o no, sino en la correcta identificación con lo que se es. Cuando despertamos completamente, salimos fuera del tiempo y volvemos al paraíso del que jamás nos ausentamos.

La aparente inocencia con la que comenzamos a buscar una seguridad extra es la trampa que extiende el miedo, cuando le damos algún valor a un pensamiento falso. Si Ser es suficiente y completo en sí mismo, no tiene sentido pensar o controlar para asegurar lo que ya es perfecto, este momento sin nuestra intervención, tal y como es.

El «problema» es que no reconocemos que los peligros que vemos afuera no están en realidad fuera de nosotros. Al no haber en realidad separación todo lo que hay que hacer es iluminar esos espacios de oscuridad en la mente. En realidad, somos libres de pensar lo que deseemos y así nos adueñamos de lo que creíamos que estaba fuera. Y así poco a poco vamos eliminando el ruido que nos resta foco y energía para usarlo en nuestro propósito.

La conciencia determina incluso las leyes físicas, no al revés. Las leyes físicas surgieron con la aceptación de la limitación. Por eso, el determinismo de las leyes físicas no es la verdad final. Por eso hay gente que se recupera de una enfermedad incurable, por eso las capacidades paranormales, los milagros, aunque no son comunes, existen.

Todo se basa en descubrir nuestra potencialidad. Incluso algo que nos parece tan evidente como los peligros que hay en la naturaleza son solo juicios. Cada elemento de la naturaleza responde a la generación de vida. Si algo dispone potencialmente de una mejor forma de vida, ésta simplemente se transforma. Pero cuando estamos invadidos por el miedo no somos capaces de verlo. No entendemos que la función del miedo está ahí para generar un movimiento de supervivencia, y con la debida comprensión, se puede realizar desde la gratitud de la voluntad de la vida por la vida. Que la naturaleza pueda ser peligrosa es mentira. Es neutra, con una función, dar vida.

La experiencia no está separada de una conciencia observadora. Entender esto es entender que no podemos carecer de nada de lo que necesitamos.

Dicho lo anterior, si nuestros antepasados vieran lo que le está pasando a la especie humana en los tiempos que corren, pensarían algo así como:

«¡qué hacen éstos!, ¡qué les pasa!, ¡por qué viven como si estuvieran dormidos!»

Al transcender la visión física del cuerpo no puede haber espacio para la ansiedad, el miedo o la preocupación, ya que por encima del cuerpo somos mente sin límites.

Cuando la mente se conecta al espíritu vivimos a través del Ser que está más allá de nosotros. Este Ser es la mente universal creadora de todo lo que existe con un amor infinito por sus creaciones.

La conexión con esta mente universal sana el cuerpo porque sana la mente, pues ésta es la verdadera identidad de todo cuanto existe, la inteligencia que dota de orden a todo lo que existe.

El sendero del ser

Подняться наверх