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Volver a lo natural

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Durante algunos años he investigado el mundo de los chamanes. Su capacidad de observación es diferente a la del hombre blanco, y esa capacidad es la que hace que lleguen donde no llega la medicina moderna, porque no están limitados por el determinismo del intelecto, el cual siempre se basa en el «si esto, entonces aquello». Esta creencia impide aceptar lo que simplemente puede ser dado a través del mundo milagroso de la mente sin límites.

En realidad, las enfermedades del cuerpo son la proyección de las enfermedades de la mente separada del espíritu. El espíritu es dador de vida, y quien se conecta directamente a la «fuente» de vida no necesita de los medios del mundo para sanar. Porque lo que sana es la corrección del pensamiento, lo que sana es la mente, y cuando en ésta solo existe la verdad de lo que se Es, no puede haber enfermedad.

La conexión con el origen de la vida es la más poderosa herramienta de curación, porque extiende desde la causa de causas la curación, hasta el nivel físico. Recordando el dibujo del árbol del apartado La ley del espejo correspondería a la purificación de las raíces, que en definitiva es el amor curando la creencia en la separación con la mente universal.

Si observas la naturaleza, podrás conocer cómo funciona el mundo en el que vives en su estado original. Como no podía ser de otra manera, está alineada con la energía del universo, pues la naturaleza no puede tener otra voluntad distinta a lo que Es. Por eso, la madre naturaleza es nuestra maestra y es la guía para saber vivir, de la misma forma que Jesús fue la encarnación de la vida ejemplar.

El sistema de pensamiento del ego se basa en creencias que son solo verdad para el individuo. Si solo son verdad para el individuo,

¿cómo podemos asegurar que lo que pensamos y sentimos es real?

Cuando necesitamos que sean verdad es porque creemos que nuestra vida depende de ello, de acuerdo al plan de salvación propio que establecimos después de concluir que estábamos efectivamente separados y que no podíamos simplemente ser. Ahí elaboramos una estrategia de defensa inventando una personalidad, una nueva imagen «propia» con la que mostrarnos al mundo, y que para que funcionara, el mundo también debía responder según previmos. De esa manera esperamos que el mundo funcione de una determinada manera y cuando los demás no se comportan de acuerdo a las expectativas generadas, se produce el conflicto.

Creer que nuestras creencias son la verdad nos conduce a pretender que el mundo sea como nosotros queremos. Y eso incurre en pretender que la tierra albergue un solo cultivo.

En la selva, a diferencia del monocultivo que practicaría el ser humano, no existe la posibilidad de que una especie se convierta en plaga, y por tanto, no hay necesidad de aplicar plaguicidas. El tití León es un excelente controlador de insectos, al tigrillo y al güio (boa constrictor) les encantan los roedores, y el tucán además de frutas consume escarabajos, orugas, mariposas y termitas. Es decir, lo que sucede naturalmente es perfecto.

Otro ejemplo está en la aplicación de la permacultura para la producción de café orgánico. Con objeto de mantener la salud del suelo y mantener una producción sostenible, así como de evitar el uso de plaguicidas para la producción de un café 100 % orgánico, es necesaria la coexistencia de cierta diversidad en los mismos campos donde se cultiva el café. Por un lado, las leguminosas como el frijol, el maíz o la yuca absorben nitrógeno del suelo.

Por su parte, los árboles de plátano producen cierta sombra que protege los cultivos en días muy calurosos, a la vez que sus hojas también actúan como compost y regulador de la humedad. El yarumo, el nogal, también son árboles que ayudan a generar sombra. El uso de algunos frutales como cítricos o la pomarrosa y el guamo ofrecen un alimento alternativo a la broca, un escarabajo que en su ausencia perseguiría la miel contenida en los granos de café. A su vez, todo el ecosistema vegetal está asociado al de depredadores que ayudan a mantener el equilibrio y finalmente un control natural ante las plagas.

Creemos que el mundo debe funcionar como nosotros consideramos, pero no nos damos cuenta de que vemos la vida desde las heridas de nuestro niño interior, donde hicimos una interpretación sobre la vida que asumía la idea de que ésta podía ser peligrosa y/o amenazante, en definitiva, que estábamos separados. De esa manera, perdemos la inocencia, creemos que no podemos ser nosotros mismos, y maquinamos un funcionamiento de nosotros mismos y de la vida para salvaguardar lo que necesitamos: que nos quieran y nos aprueben.

La confusión en la que está la humanidad es ésta: cree que el pensamiento que tiende al monocultivo (lo que solo uno cree) es el salvador de cada uno, individualmente. Despertar es darse cuenta de que no estamos separados, y que ya estamos salvados, y que la manera de actuar aprendida del mundo obedece a la ilusión de que lo estamos. Lo que uno cree solo es una forma de contraste para descubrir que no es verdad, y de esa manera, reconocer que no se sabe y que se necesita de la inteligencia de la «fuente» para poder ser impecable.

En el mundo moderno basamos nuestras elecciones según lo que creemos que es felicidad, como ser muy productivo y competente o la consecución de riqueza material, y todavía hoy no hemos descubierto que la vida consiste en otra cosa. Creemos que la satisfacción proviene de la libertad que da el dinero, pero por otro lado ronda en nosotros el pensamiento de que «el dinero no da la felicidad», pero son pocos los que se esfuerzan por resolver estas contradicciones.

No importa si en estos momentos no te sientes feliz ni que tus deseos no se estén cumpliendo. Eres felicidad porque dispones de todo lo que necesitas para ello, y no estás separado del resultado ni de los medios para experimentar lo que eres.

Necesitas adueñarte de tu vida tomando el control de las situaciones que rechazas porque crees que no puedes hacer nada con ello, pero no hay causa que no se encuentre dentro de ti, y por tanto, no eres víctima de la experiencia que estás teniendo. No vives a la deriva de un mundo que escapa de tu voluntad.

¡Alégrate de estar equivocado respecto a esto en lugar de elegir la duda!

Puedes desafiar estos pensamientos de separación dejando de prestarles apoyo, y permitir que la «fuente» haga su trabajo, confiando.

Todo el lío proviene porque en algún momento el ser humano creyó que podía ser otra cosa distinta a lo que es. Y esto fue motivado porque creyó que la vida no era suficiente en sí misma. Al igual que el aire que respiramos, el espíritu no se ve a los ojos del cuerpo, y de la misma forma que necesitamos el oxígeno para vivir, necesitamos conectar nuestra mente con nuestro espíritu «fuente». Cuando se da esta condición, la verdad corrige el pensamiento de separación y con ello la culpa.

De la misma forma en que la respiración y los latidos del corazón surgen sin que haya que hacer nada, tampoco tenemos que hacer nada, ya que es el amor que está más allá de nosotros el que lo hace por nosotros. Como sentimos el calor del sol y no lo vemos, de igual forma sentimos cómo la mente universal nos provee de todo lo que pedimos, pero se requiere aceptación, y para la aceptación, debemos dejar de defendernos de la verdad de nuestra grandeza.

El sendero del ser

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