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ОглавлениеCAPÍTULO VIII
LAS FUERZAS ARMADAS BRITÁNICAS. MANCOMUNIDAD DE NACIONES
Y LOS TERRITORIOS DE ULTRAMAR
Las Fuerzas Armadas Británicas o Fuerzas Armadas de Su Majestad, y también llamadas Fuerzas Armadas de la Corona, comprenden: la Marina Real británica, el Ejército británico y la Real Fuerza Aérea británica y su comandante en jefe ha sido y sigue siendo el monarca británico. En 1982 fue, y ahora lo continúa siendo, la reina Isabel II. La reina es además la gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra. Los territorios británicos de ultramar (en inglés, British Overseas Territories) son catorce territorios pertenecientes a la Corona británica, pero que no forman parte integrante del Reino Unido. Se trata de colonias que no se independizaron o que votaron para seguir siendo territorios británicos. Diez de esos territorios se encuentran en la lista del Comité Especial de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas y en dicha lista están Las Malvinas.
Estos territorios son los que quedaron de las antiguas colonias de la Corona británica. Durante los siguientes veinte años, después de la Segunda Guerra Mundial y tras la independencia de la India británica (considerada como la posesión británica colonial más importante) en 1947, la mayor parte de los territorios del Imperio alcanzaron plena independencia. Hoy solo 14 antiguas colonias (conocidas desde 2002 como territorios británicos de ultramar permanecen bajo dominio británico y el término “colonias” ya no se utiliza para describir a estas posesiones.
Estos territorios deben ser distinguidos de las dependencias de la Corona —las islas del Canal (Jersey y Guernesey) e isla de Man—, que tienen un estatus distinto con respecto al Reino Unido. Tampoco deben ser confundidos con los reinos de la Mancomunidad de Naciones o Commonwealth.
Hoy la mayoría de los territorios dependientes no son administrados directamente por el Reino Unido, sino que tienen su propio gobierno que las administra, y el Reino Unido se encarga de su protección, de las relaciones exteriores y por supuesto de los asuntos de negocios.
No tienen representación en el Parlamento del Reino Unido y se han rechazado las propuestas para incluirlos como parte del Reino Unido.
A la reina Isabel II se la conoce, en estos territorios, como reina del Reino Unido, a diferencia de lo que sucede en los reinos de la Mancomunidad de Naciones, donde Isabel II es conocida como reina de esos mismos países (ej., en Canadá se la conoce como reina de Canadá, en Australia como reina de Australia).
Cada territorio tiene un gobernador elegido por el monarca del Reino Unido, que trabaja como representante del Gobierno de Su Majestad. Los gobernadores se encargan y tienen el poder de la seguridad en el territorio y de la representación entre el territorio y el Gobierno británico; también se encargan de los asuntos económicos y actúan para hacer cumplir las leyes. Todos los gobernadores suelen proceder del Reino Unido, quien los designa.
Casi la totalidad de los territorios británicos de ultramar son islas (o grupos de islas) con una pequeña población; algunos están en zonas muy remotas del mundo. De los territorios con una población permanente, todos tienen al menos cierto grado de autonomía interna, manteniendo el Reino Unido la responsabilidad de su defensa y de sus relaciones exteriores.
Los catorce territorios de ultramar británicos son:
Acrotiri y Dhekelia
Anguila
Bermudas
Islas Caimán
Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur
Islas Malvinas
Islas Pitcairn
Islas Turcas y Caicos
Islas Vírgenes Británicas
Gibraltar
Montserrat
Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña
Territorio Antártico Británico (en disputa con Chile y Argentina)
Territorio Británico del océano Índico(70 islas, océano Índico)
Las tres dependencias de la corona son:
Guernsey
Jersey
Isla de Man
La reina es además reconocida y respetada protocolarmente como monarca británica en 16 Estados independientes, los que forman parte de la denominada Mancomunidad de Naciones y que, desde que dejaron de ser colonias, posesiones de ultramar o protectorados, tienen acuerdos especiales con el Reino Unido y son: Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Jamaica, Barbados, Bahamas, Granada, Papúa Nueva Guinea, islas Salomón, Tuvalu, Santa Lucía, San Vicente y Las Granadinas, Belice, Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves. Años antes también fue monarca de Sudáfrica, Pakistán y Ceilán.
Los buques de la Armada británica llevan delante de su nombre una inscripción o sigla HMS, por ejemplo, el destructor HMS Coventry, que fue hundido por nuestra Fuerza Aérea. La inscripción HMS en inglés significa “His/Her Majesty Ship”, en español se traduce como “buque de su majestad”. Esta inscripción es muy antigua, ya la tenían las embarcaciones de los corsarios, la llevan en la actualidad todos los buques que componen la Royal Navy y también los contratados para una misión. Esto significa que los buques están al servicio de “su majestad” y de la Corona británica.
La Royal Navy, también conocida como Marina Real británica, fue fundada en el siglo XVI y desde fines del siglo XVIII, hasta la Segunda Guerra Mundial, fue la Armada más poderosa del mundo y tuvo un papel preponderante en el establecimiento del Imperio británico como poder dominante mundial.
El poder británico siempre estuvo basado en el factor militar y en especial en su histórico poderío naval. El objetivo principal que guio en forma permanente la conquista de sus dominios ha sido la obtención de mayores fuentes de ingresos para la corona. Es decir, la explotación de nuevos e importantes recursos económicos y además la posesión de los espacios terrestres, que les dieron el control sobre los corredores o llaves de los mares y océanos.
Recién a partir de la Segunda Guerra Mundial surgió como más poderosa la Armada de Estados Unidos, la que ahora compite también con las de Rusia y China.
Actualmente la Armada británica opera en varios lugares, en combinación con la de Estados Unidos, para proteger o intervenir donde tienen intereses comunes o como integrantes de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) con otros países, pero siempre lo hacen donde tienen intereses propios.