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XVIII

la dichosa

Decía: Yo no soy la dicha.

Si tú me dices, yo me desdigo.

Insistía: Si tú me dijeras, yo sería la des-dicha-(da).

Añadía: Yo digo.

Yo soy mi propia dicha.

Concluía: dichosa yo que puedo decir.

Y decirte.

Cosas por el estilo le preocupaban a la Ex-Muerta, la Emergida, la mismísima Concha Urquiza ahí, sobre la arena.

Poemas recogidos del libro Los textos del Yo, pertenecientes a la sección «¿Ha estado usted alguna vez en el mar del Norte?» (Fondo de Cultura Económica, 2005).

Sombra roja

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