Читать книгу Sombra roja - Rodrigo Castillo - Страница 18

No olvides el bejuco de serpientes en el tobillo de tu infancia

Оглавление

Te digo una cosa

de aquella inocente que acariciaba el venado

bajo la púrpura del almendro

sólo queda un escorpión que atenta contra sus venas.

Una huella hundida en su propia forma

cubierta de agua salobre.

Cuando era niña

me gustaba caminar en el lodo

mi madre metía entre los dedos de mis pies chiles asados

para cicatrizar las heridas,

en ese entonces era eterna

porque mi linaje hablaba con las nubes.

Te digo una cosa más,

te quise porque no te conformaste con la imagen que te ofrecía mi

pozo y fuiste a la casa de mi ombligo

y entendiste porque tuve necesidad de ser otra.

Conociste quién era y cómo entre tanta maleza también hubo

felicidad.

Dijiste:

Dime de qué canciones está hecha tu cuna

Sí, dije:

Hay una babel enroscada sobre mi espalda

pero ya no hablo con nadie

dejé de hablar la lengua de los silentes,

he revelado mi signo

ya no tengo rostro.

Mi retrato es un soliloquio con todo lo que dejó de tener vida,

el viento desarticuló mis semillas.

Cuando mi raíz hizo crac

me fui caminando sin volver la vista.

Sombra roja

Подняться наверх