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LOS GÉNEROS LITERARIOS

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La interpretación adecuada del Salterio se relaciona íntimamente con el análisis y la comprensión de sus géneros literarios. El libro de los Salmos no es el resultado del azar teológico, ni es el fruto de la compilación fortuita de salmos sueltos: Es el esfuerzo de muchos años y siglos de experiencia religiosa y litúrgica, que se integran paulatina y ordenadamente para crear una antología extraordinaria de cánticos y oraciones. El Salterio tiene integridad literaria, presenta objetivos teológicos definidos y manifiesta prioridades religiosas precisas. La evaluación e interpretación de cada unidad debe hacerse a la luz de la obra como un todo. Cada salmo debe analizarse considerando el resto y la totalidad del libro, pues los objetivos pedagógicos de la obra se ponen de manifiesto en los temas y asuntos que se presentan e incorporan en cada unidad.

La metodología dominante en el estudio de los Salmos comienza con la evaluación precisa y sosegada de sus géneros literarios. El método prioritario de análisis del Salterio se inicia con la ponderación sobria y cautelosa de sus formas de comunicación y expresión literarias44 . Esta metodología permite ubicar al salmo en su particular entorno literario, y prepara el camino para la identificar del contexto histórico y litúrgico en el cual el salmo se utilizaba en la antigua comunidad litúrgica de Israel.

Para la comprensión adecuada de algún salmo específico es necesario, hasta donde sea posible, determinar las particularidades literarias que lo distinguen y las dinámicas cúlticas que le rodeaban. De esa forma la persona estudiosa de este tan importante libro de la Biblia puede relacionar el salmo analizado con otros poemas representantes del mismo género y distinguir el contexto histórico y cultual en el cual el salmo se desarrolló. Se pueden distinguir de esa manera las prioridades teológicas, metas educativas y particularidades litúrgicas de esa literatura.

Lo que se conoce comúnmente como el «tipo» o la «forma» de salmo es en realidad su género literario. Ese género literario de los salmos se refiere específicamente a un grupo de textos que muestran similitudes en su contenido temático y teológico, estructura literaria y estilo, y fraseología. La identificación del género nos permitirá analizar e interpretar adecuadamente el salmo; además, esa comprensión nos permite entender otros salmos del mismo género45 .

En el libro de los Salmos pueden distinguirse, por lo menos, cinco géneros literarios mayores y varios menores46 . Estos géneros incluyen una serie de componentes literarios característicos que los identifican y particularizan47 .

A - Súplicas individuales de ayuda:

Este tipo de salmo es el más popular del Salterio. Presenta a un individuo que está asediado por una serie intensa de problemas y calamidades, y ora a Dios por ayuda y apoyo. Estas plegarias son lamentos que ponen de manifiesto el estado anímico y la necesidad espiritual de la persona que clama48. Posiblemente se utilizaban en el Templo en el contexto de las celebraciones litúrgicas, cuando el adorador se presentaba ante Dios en momentos de crisis personal, familiar o nacional –p.ej., 3; 5–7; 9–10; 13;17; 22; 25–28; 31–32; 35; 38; 39; 41–43; 51; 54–57; 59; 61; 64; 69–71; 77; 86; 88; 102; 130; 140–143–.

Las oraciones de súplica o lamentación presentan el grito y el clamor más hondo del salmista, que se siente angustiado y perseguido, y reconoce que únicamente en Dios está su esperanza. En el momento de la calamidad estos salmos son vehículos de liberación y salud mental y espiritual para las personas que pueden confiar únicamente en el Señor.

Las quejas y angustias más comunes que se ponen de manifiesto en este tipo de salmo son las siguientes49 :

• Preocupación por sus propios pensamientos.

• Dolor por sus acciones y comportamiento.

• Respuesta a los ataques de los enemigos.

• Frustración por la actitud de Dios ante sus dolores y sufrimientos.

Los elementos característicos de estas súplicas son varios, aunque no se presentan en el mismo orden en todos los salmos. Los que escribieron los salmos utilizan estos recursos de forma creadora, y no siguen el mismo patrón ni incluyen los elementos identificados en todos los salmos. Es importante recordar, al analizar estos géneros literarios, la naturaleza poética y creativa de los salmos, que le permite al autor manifestar sus sentimientos, evocar nuevas ideas y presentar sus enseñanzas con licencia o libertad literaria.

Estas súplicas presentan las siguientes características:

• Están escritos en primera persona singular, y expresan la petición de ayuda Dios en forma directa.

• El adorador, que se identifica como «siervo del Señor», suplica a Dios y reclama su ayuda.

• El salmo describe la calamidad y presenta la necesidad del adorador en su relación con Dios, en las dinámicas con otras personas y consigo mismo. Generalmente el problema se articula en tres categorías: enfermedades físicas y sicológicas; acusaciones y traiciones de vecinos y familiares; y conflictos armados, tanto locales como nacionales e internacionales.

• La petición se complementa con afirmaciones que indican el porqué Dios debe escuchar la plegaria. De particular importancia en estos salmos es que el adorador apela al amor y a la naturaleza misericordiosa de Dios.

• El salmo incluye también afirmaciones diversas de confianza en el Señor y confesiones de fe.

• Generalmente finalizan con algunas promesas de sacrificio o alabanzas al Señor.

B- Cánticos individuales de gratitud:

Estos salmos presentan una expresión de gratitud a Dios por su intervención extraordinaria en medio de la calamidad (Sal 34). Generalmente la oración se articula de forma directa a Dios, y se comunica como un testimonio público de acción de gracias sobre la capacidad divina de intervención en crisis. Estos cánticos son la contraparte litúrgica de las súplicas individuales de ayuda, y generalmente finalizan con una promesa de alabanza y de sacrificios (Sal 107).

Las alabanzas y gratitudes a Dios se encuentran en diversos tipos de salmos. De particular importancia es la gratitud que responde a algún lamento o queja, pues es una manera de anticipar la intervención salvadora del Señor. El presupuesto teológico del salmista es que Dios tiene la capacidad y el deseo de escuchar su clamor, y cuando recibe la respuesta divina expresa nuevamente su gratitud.

El contexto litúrgico del salmo es posiblemente la presentación de un sacrificio de gratitud en el Templo (Sal 30; 116). Y los elementos típicos y particulares de esta categoría de salmos son los siguientes:

1. Alabanzas que se presentan a Dios que afirman que ante las peticiones de ayuda el Señor escuchó el clamor del adorador.

2. Se llama a la comunidad a unirse al cántico de gratitud y adoración como testimonio de la intervención divina.

3. Se presenta la alabanza y el sacrificio a Dios para cumplir la promesa hecha en el momento de la aflicción y dolor.

C- Peticiones de ayuda de la comunidad:

Cuando la crisis amenaza no solo al individuo sino a la nación entonces se articulan oraciones colectivas de petición de ayuda y apoyo. Muchas de ellas se relacionan con la colección de Asaf, y describen situaciones terminales en la que un ejército poderoso y superior amenaza la seguridad de la ciudad de Jerusalén, anuncia la destrucción del Templo y atenta contra la existencia misma del pueblo de Dios.

Los elementos distintivos que se incluyen en estas plegarias son similares a las que aparecen en las peticiones de ayuda individuales, con dos particulares excepciones: en primer lugar, la comunidad es la que clama al Señor; y en segunda instancia, en la petición el pueblo evoca las antiguas intervenciones de Dios que salvan y liberan a Israel.

Estas oraciones tienen gran significación educativa en el Salterio porque articulan algunas de las afirmaciones teológicas en torno al pueblo de Israel más importantes en la Biblia: ¡Revelan las formas en que Dios interviene con su pueblo a través de la historia! Estas plegarias ponen de manifiesto las voces de un pueblo que sabe cómo dialogar con Dios para recibir la respuesta adecuada en el momento oportuno.

• El elemento definitivo de estas oraciones son las peticiones de ayuda y los reclamos a Dios para que escuche el clamor de la comunidad.

• Las descripciones de la crisis revelan la ausencia o ira de Dios, el sufrimiento y humillación del pueblo, y el poder y la arrogancia de los enemigos.

• Para apoyar las peticiones, el pueblo apela al honor y la gloria de Dios, y también incentiva que la comunidad manifieste su compromiso y confianza al Señor.

• Las oraciones afirman las intervenciones divinas en medio de la historia del pueblo, inclusive ponen de manifiesto la obra extraordinaria de Dios en la creación del mundo.

• El pueblo promete alabar a Dios como resultado de su ayuda en la dificultad.

D- Los himnos:

Los himnos en el Salterio son cánticos de alabanzas exuberantes en los que Dios es el único sujeto de la adoración. El propósito básico de estos salmos es adorar y alabar al Señor; la finalidad primordial es manifestar el regocijo por la bondad divina; y el carácter fundamental es ensalzar la grandeza y el poder de Dios. Y aunque ciertamente hay algunas alabanzas a Dios en las oraciones o súplicas individuales de gratitud por alguna experiencia de liberación, el elemento fundamental e indispensable de los himnos es la alabanza –p.ej., 8; 19.1-7; 29; 33; 68; 95; 100; 103–105; 111; 113–115; 117; 135–136; 145–150–.

En el catálogo de himnos del Salterio se pueden identificar varias subdivisiones, entre las que encuentran las siguientes: cánticos de Sión (p.ej., Sal 84), salmos de entronización (p.ej., Sal 96) e himnos de procesiones (p.ej., Sal 84).

El lenguaje teológico de los himnos es de gozo y gratitud, y también de reconocimiento del poder divino y su misericordia. Los himnos, además, indican lo que Dios es, lo que hace y lo que tiene la capacidad y el deseo de hacer con su pueblo. Los himnos representan en el Arca del Pacto la figura invisible de Dios, y de esa forma se da espacio y realidad a la naturaleza eterna de Dios. Los himnos se entonaban en las liturgias y celebraciones de las grandes fiestas nacionales del pueblo de Israel.

El análisis de los componentes de la expresión de adoración «aleluya» puede brindarnos una pista para la comprensión de los himnos que se incluyen en los salmos. La palabra incluye el imperativo hebreo en plural, hallelu, que llama y reclama la adoración, al que se le ha unido la forma abreviada del nombre hebreo personal de Dios, Jah –que es la abreviatura de Yahvé o Jehová–. De esa forma, «aleluya» es la transliteración al castellano de la expresión hebrea que esencialmente significa «¡adoren al Señor!».

Los himnos son oraciones directas de alabanzas que presentan ante Dios la gente piadosa y santa. El contenido de esas oraciones afirma la naturaleza extraordinaria de Dios, y se incentiva a la comunidad a alabar también el nombre del Señor, que es una manera simbólica y poética de exaltar y reconocer su naturaleza santa y misericordiosa. El nombre divino representa su naturaleza y esencia, identifica su ser íntimo y particular, pone de manifiesto su poder y misericordia, enfatiza su justicia y santidad.

La siguiente petición condensa de forma adecuada la naturaleza y la extensión de los himnos en el Salterio:

«Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno;

porque para siempre es su misericordia» (Sal 106.1).

Esta alabanza y petición –que se utiliza tanto en introducciones de salmos como en la afirmación de la bondad divina– pone de relieve los dos elementos sustantivos e insustituibles de los himnos: el llamado a la alabanza, y el fundamento de esa expresión de adoración al Señor. Se alaba al Señor por su bondad y su misericordia, que son atributos divinos entendibles para el pueblo. La base para la alabanza a Dios no es la especulación filosófica ni la calistenia académica sino el reconocimiento de su bondad y la afirmación de su amor.

Aunque en el Salterio se incluyen diversos tipos de himnos, la mayoría comparte la siguiente estructura básica:

• Comienza con un llamado a la alabanza al Señor.

• Se expanden, posteriormente, las razones por las que se debe alabar al Señor.

• A menudo, los himnos finalizan con más alabanzas y gratitudes a Dios.

E- Salmos de educación:

La finalidad pedagógica de los salmos se pone de relieve de varias formas. El objetivo es incentivar la confianza en el Señor, la meta es propiciar la obediencia a Dios, el propósito es afirmar los valores morales, espirituales, culturales, políticos y religiosos revelados a través de las Sagradas Escrituras al pueblo de Israel. Tora, en hebreo, es más que ley rígida escrita; en efecto, es enseñanza, educación, instrucción, pedagogía. En estos poemas educativos, que generalmente son antologías de temas y estilos, el salmista exhortaba a la comunidad y les advertía de los peligros de la infidelidad, a la vez que celebraba las virtudes de la vida piadosa, sabia, justa y santa ante Dios y la comunidad.

En ocasiones algunos salmos se denominan de sabiduría o sapienciales porque se disponen en un estilo literario similar al que se incluye en los libros de los Proverbios, Eclesiastés y Job. En este sentido es importante indicar que el contexto en el cual el salmo era utilizado no era el entorno escolar o académico, sino el culto en el Templo donde se afirmaban las virtudes de las enseñanzas de la Ley de Moisés y los desafíos del mensaje de los profetas de Israel. Estos salmos revelan un período importante de la historia de Israel cuando se utilizaba el culto para afirmar los procesos educativos del pueblo. Otros salmos en esta categoría enfatizan las enseñanzas y la teología de los profetas (Sal 82).

Algunos de los estilos más frecuentes de este tipo de salmos son los siguientes:

• Declaraciones cortas que intentan exhortar, advertir o afirmar alguna enseñanza de importancia para el pueblo.

• Poemas alfabéticos o acrósticos que se organizan siguiendo la secuencia del alfabeto o alefato hebreo (p.ej., Sal 9–10; 25; 33; 34; 37; 111–112; 119; 145). Estos salmos intentaban contribuir al proceso educativo mediante el apoyo a la dinámica de memorización.

• Los salmos que presentan bienaventuranzas –en hebreo, ’ashre– son importantes, pues subrayan la importancia de vivir de acuerdo con los principios morales, espirituales y éticos que se incluyen en la literatura mosaica y profética (p.ej., Sal 1).

• En algunas ocasiones en estos salmos los testimonios personales y el recuento de las intervenciones de Dios apoyan y convalidan la enseñanza (p.ej., Sal 32; 34; 37; 73; 94).

F- Salmos reales:

Los salmos reales son los poemas del Salterio que tienen como argumento predominante la figura del rey o de la dinastía real del antiguo Israel –p.ej., Sal 2; 18; 20; 21; 45; 72; 89; 101; 110; 132; 144–. Y auque no constituyen un género literario específico, propiamente dicho, se incluyen en una categoría particular por la naturaleza del tema que articulan y por las interpretaciones que han recibido estos poemas a través de la historia, tanto judía como cristiana. En términos estilísticos, los salmos reales incluyen himnos, súplicas y acciones de gracias, pero manifiestan en común un definido interés por la vida y las actividades del monarca israelita, pues revelan la ideología real que se pone de relieve a través de todo el Antiguo Testamento.

En la comprensión e interpretación de estos salmos debemos tomar muy seriamente en consideración la relación íntima que desarrolló el pueblo de Israel entre el monarca davídico histórico y el rey mesiánico esperado en un futuro no determinado. En la lectura atenta y el análisis ponderado de estos salmos, se debe estar consciente de esa importante ligazón teológica, pues se pone de relieve en estos poemas que más allá del monarca histórico del pueblo, la comunidad esperaba al Mesías, que es la idealización extraordinaria de las virtudes de los reyes históricos.

La iglesia cristiana, siguiendo esa antigua tradición interpretativa, vieron en estos salmos claras referencias a Cristo, e interpretaban estos poemas no solo como salmos reales, en el sentido histórico del término, sino como literatura mesiánica. Y si estos poemas fueron redactados finalmente luego del destierro en Babilonia, cuando la institución de la monarquía había cesado en Israel, entonces esta interpretación mesiánica del Salterio tiene un gran fundamento teológico e histórico.

Entre los temas más importantes que se exponen en estos salmos se encuentran los siguientes:

1. La magnificencia de la figura del rey (Sal 21.6; 45.3-4,9-10; 72.8-11).

2. El favor divino que disfruta el rey (Sal 2.7; 89.27-18).

3. Plegarias a Dios en favor del rey (Sal 72.15).

4. Oráculos divinos que favorecen al rey (Sal 110.1).

G- Salmos imprecatorios:

En el Salterio se encuentra un grupo de salmos que requiere atención particular, por la naturaleza del tema que presentan y por las implicaciones de su teología para la iglesia cristiana. Esos poemas (p.ej., 35; 69; 109; 137), conocidos como salmos imprecatorios o de maldiciones, resultan extraños en el contexto educativo y teológico del mensaje y las enseñanzas de Jesús. Sus clamores, en efecto, pueden manifestar venganzas, resentimientos y hostilidades, que son sentimientos ajenos a los reclamos de amor y perdón del evangelio.

En ocasiones, los salmistas, al encontrarse totalmente indefensos ante los avances despiadados de la maldad, injusticia, violencia y opresión, no sólo clamaban al Señor, a quien reconocían como fuente absoluta de liberación y esperanza, sino que suplicaban a Dios que hiciera caer los peores males sobre sus enemigos. De esa forma se presentan algunos salmos y se articulan varias oraciones que unen sus suplicas más intensas con las imprecaciones o maldiciones más violentas y radicales (p.ej., 58.6-11; 83.9-18; 109.6-19; 137.7-9). Algunas de las imprecaciones revelan, inclusive, un deseo ardiente de guerra, pues manifiestan una muy seria actitud de venganza contra los enemigos; son clamores intensos que suplican la implantación de justicia en momentos de angustia extrema y necesidad absoluta.

La comprensión adecuada de estos poemas debe tomar en consideración el entorno teológico de esa época, en la cual no se habían desarrollado plenamente los conceptos de vida eterna y perdón que se ponen de manifiesto en los escritos del Nuevo Testamento (Mt 5.43-48; Ro 12.17-21). De acuerdo con la religión de los antiguos israelitas, las buenas y las malas acciones de las personas debían ser recompensadas en la vida, y la gente malvada debía recibir el merecido de sus acciones y castigos antes de morir. Esa convicción ponía claramente de manifiesto la importancia y necesidad de la justicia divina, que retribuía a las personas de acuerdo con sus acciones en la vida. Y fundamentados en esas convicciones, los salmistas solicitaban ardientemente al Señor las manifestaciones claras de esa justicia divina.

La iglesia cristiana, sin embargo, ha reconocido en estos salmos imprecatorios un deseo genuino de implantación de la justicia. El amor hacia los enemigos no debe ser de ninguna manera indiferencia hacia el mal o rechazo de sus raíces, sino una afirmación de fe que celebra la capacidad divina de transformación y renovación. En efecto, el Dios bíblico tiene la capacidad y el deseo de «hacer nuevas todas las cosas», pues está interesado de establecer «un cielo nuevo y una tierra nueva», donde «ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron» (Ap 21.1-4).

El amor al enemigo desde la perspectiva cristiana no tiene como finalidad ignorar sus maldades ni aceptar sus actitudes malsanas, solo le brinda una oportunidad de arrepentimiento. Los salmos imprecatorios son expresiones que intentan, de un lado, expresar con sinceridad y firmeza el dolor más intenso y las frustraciones más hondas que siente la gente de fe ante las calamidades y adversidades de la vida. Y del otro, imploran con valor la manifestación de la justicia del Señor, que es capaz de redimir y transformar, no solo las realidades adversas que rodean a los creyentes sino que puede intervenir para que las personas injustas que han ocasionado los problemas y las injusticias reciban de Dios el trato adecuado por sus maldades.

H- Otros tipos de salmos:

Además de los géneros literarios mayores que se han identificado y presentado, el Salterio incluye una serie importante de salmos que no siguen los patrones generales de la literatura anterior.

• Algunos presuponen las ceremonias de procesión y entrada al Templo (Sal 15; 24; 118).

• Otros utilizan el estilo literario y legal que se usaba en las cortes de justicia (Sal 50; 82).

• Varios son conocidos como penitenciales (p.ej., Sal 51) y mesiánicos (p.ej., Sal 110).

• Y también en los salmos se encuentran varios cánticos que entonaban los peregrinos al llegar a Jerusalén y ascender al Templo (Sal 120–134).

Comentario de los salmos

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