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PERTINENCIA DE LOS SALMOS: UNA LECTURA EN CASTELLANO

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Para los creyentes contemporáneos, el Salterio es un libro siempre presente, pertinente y contextual. En sus poesías, la gente de fe que ha llegado al tercer milenio de la iglesia descubre un caudal maravilloso de temas y asuntos que tienen gran importancia teológica, sociológica, sicológica, política, emocional y espiritual para la sociedad actual. Particularmente la gente que lee el Salterio en el idioma español, ya sea en España, América Latina, el Caribe o en los Estados Unidos, se identifica con sus mensajes intensos y hermosos, que nacen de las experiencias cotidianas de los antiguos poetas y salmistas de Israel.

En primer lugar, los salmos reflejan las dinámicas reales de la vida. El fundamento de esta literatura no es la especulación impertinente, la contemplación enajenada, ni el ejercicio académico fútil. La lectura sobria de esta literatura revela las complejidades de la vida en sus diversas manifestaciones y pluralidades. En el Salterio se encuentran las más variadas experiencias de regocijo y dolor, felicidad y llanto, salud y enfermedad, triunfos y derrotas, contentamiento y lágrimas, alegrías y tristezas, compañía y soledad, apoyo y rechazo, solidaridad y desprecio, comunión con Dios y silencio divino, esperanza y desesperanza, alabanzas y agonías, paz y guerra, perdón y resentimientos, amor y odio, y alabanzas y maldiciones. El libro de los Salmos revela los sentimientos humanos más gratos, intensos y extensos, a la vez que pone claramente de manifiesto los dolores, resentimientos e ingratitudes de la humanidad.

Entre los temas que expone, el Salterio incluye la felicidad verdadera, que es una meta importante para las iglesias y las comunidades hispano-parlantes. Muchas personas de habla castellana o portuguesa emigran a los grandes centros urbanos de Argentina y Brasil, Chile y España, o Estados Unidos y México, con el propósito de progresar y transformar las dinámicas hostiles e inmisericordes de la pobreza y la desesperanza que viven en sus pueblos y comunidades.

Lamentablemente, en muy poco tiempo, descubren la cruda realidad de la pobreza urbana y la amarga experiencia de la desesperanza. En su deseo de encontrar la felicidad y el disfrute de una vida digna y plena, no han sido pocas las familias que han dejado atrás sus tierras y familiares, para llegar a trabajar de forma continua e intensa, y descubrir el rostro sin misericordia de la opresión y reconocer que el dinero y las posesiones Mteriales no son buen fundamento para el desarrollo de una familia dichosa, saludable, funcional y estable.

De acuerdo con los salmos, es feliz o bienaventurada la persona que medita en la Ley del Señor (Sal 1), que es una manera poética de indicar que se deben anteponer en la vida los principios y los valores que se desprenden de la lectura de la Palabra de Dios: p.ej., justicia, honestidad, amor, perdón, verdad y misericordia. No disfrutan la dicha plena las personas que basan sus vidas en el dinero, la injusticia, el poder, las posesiones, el prestigio, la mentira, la prepotencia y la altanería.

El Dios bíblico, según el testimonio de los salmistas, es histórico, que equivale a decir que interviene en medio de las vivencias y realidades humanas. Una gran enseñanza de los salmos para la sociedad hispana y latina contemporánea es que los salmistas le cantan y oran a un Dios que tiene el compromiso, la capacidad y el deseo de intervenir en el mundo. El Dios del Salterio no es lejano ni remoto: ¡Nunca está ausente! ¡Es el Señor de la creación! ¡El Dios del cosmos! ¡El Señor de las naciones!

Responde, el Dios de los poetas y salmistas, a los clamores de su pueblo, e interviene en sus triunfos y fracasos. Y ante las grandes necesidades personales y nacionales, es un Dios que se manifiesta en la vida con virtud salvadora, poder redentor y finalidad transformadora.

El Dios del Salterio interviene en las dinámicas familiares y en los problemas laborales; se revela en los conflictos nacionales y en las confrontaciones internacionales; manifiesta su poder en medio del espiral de violencia que atenta contra la sana convivencia familiar y humana; y se hace realidad en los procesos históricos, sociales, políticos y económicos que traducen los ideales de paz en la implantación concreta de la justicia.

El Dios de los salmistas es rey, que es una manera figurada de destacar su poder sobre las naciones y los gobiernos. Con la imagen del Señor como monarca, los salmistas enfatizan el poder divino sobre los seres humanos y sobre los pueblos. Esa enseñanza es fundamental para las comunidades hispanas y latinas, pues revela un componente teológico y político extraordinario del Dios bíblico. El poder absoluto sobre el universo, las naciones y las personas no lo tienen las grandes superpotencias militares y económicas del mundo, sino el Dios creador de los cielos y la tierra. ¡No tienen la última palabra los políticos inescrupulosos del Continente! El Dios del Salterio es el Señor. En efecto, la soberanía divina es un componente fundamental en la teología bíblica, un aspecto necesario en los procesos de contextualización y aplicación de las enseñanzas del Salterio.

El tema de los enemigos es de gran importancia para la aplicación del Salterio. Esos enemigos antiguos son los que afectan adversamente la paz o el shalom divino en el mundo. Los enemigos del pueblo de Dios son las personas que mienten, roban y blasfeman; son las que actúan con arrogancia, falsedad y prepotencia; son las que manifiestan resentimientos, rencores y hostilidades; son las que se contraponen a la dignidad humana y no permiten que se manifieste la justicia divina en la sociedad; son las que oprimen a las personas marginadas y les impiden desarrollarse de forma plena en la sociedad; y son las que propician y organizan las guerras para mantener el control del mundo, y recurren a diversas formas de terrorismos para someter a los pueblos y los individuos al vasallaje y cautiverio.

La idealización de la pobreza es un tema impostergable en la aplicación y la teología del mensaje del Salterio. La pobreza en el Salterio es, al mismo tiempo, un mal social y un ideal espiritual. Desde la perspectiva económica, es el reconocimiento de que la voluntad de Dios aún no se manifiesta plenamente en el mundo, pues se pueden descubrir todavía sectores no favorecidos económicamente cautivos en las dinámicas sociales, emocionales y espirituales relacionadas con la escasez y la frustración. Desde la perspectiva espiritual, la pobreza es el ideal de la persona que reconoce que debe depender únicamente de Dios para ser exitoso en la vida.

En los procesos de actualización y enseñanza del mensaje de los salmos, se pueden identificar también los siguientes temas, que representan asuntos de gran importancia pastoral y teológica:

• Las virtudes, características y particularidades de la naturaleza divina.

• Las peculiaridades, desafíos y necesidades de la humanidad.

• La importancia de la revelación divina y de las intervenciones históricas de Dios en medio de las sociedades.

• La necesidad humana del diálogo e intimidad con el Señor.

• Las implicaciones inmediatas de la implantación de la justicia para el disfrute de la paz.

• El respeto que se le debe a la creación divina.

• Y la relevancia de los valores morales y espirituales para la sociedad contemporánea.

Comentario de los salmos

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