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BIBLIOGRAFÍA SELECTA
ОглавлениеLa siguiente bibliografía no pretende ser extensa ni exhaustiva. El objetivo es identificar la obras que pueden guiar a la lectora o lector de este comentario en su peregrinar investigativo por el extraordinario mundo del Salterio. Hemos querido particularmente señalar las obras que pueden contribuir a profundizar aun más en los temas que exponemos en nuestro libro, pero que, en honor a la verdad, tienen mucho más espacio para la discusión creadora.
Le invitamos a continuar este viaje de fe por los caminos de los salmistas…
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1 Respecto al uso del salterio en la historia véase el magnífico libro de W.L. Holladay, The Psalms Through Three Thousand Years (Minneapolis: Fortress, 1993). En la sección de bibliografía selecta de este libro, hemos incluido una lista de obras de gran importancia teológica, metodológica y literaria para el estudio sistemático y concienzudo de los Salmos.
2 La Mishnah es una obra de gran importancia literaria y teológica pues revela las convicciones fundamentales de la comunidad judía antigua. Respecto a este tema, véase los comentarios y las reflexiones en J.L. Crenschaw, The Psalms: An Introduction (Grand Rapids: Eerdmans Publishing Co., 2001), 1-2, y en C. Hassell Bullock, Encountering the Book of Psalms (Grand Rapids: Baker, 2001), 92-94.
3 Para estudiar con más profundidad el uso de los salmos en la iglesia primitiva, véase a Michel Gourgues, Los salmos y Jesús. Jesús y los salmos (Estella, Navarra: Editorial Verbo Divino, 1989); de particular importancia exegética, pastoral y teológica es la tabla que presenta los salmos en los relatos de la pasión; p.27.
4 En la conclusión del libro de McCann, op.cit., pp.163-175 se incluye una magnífica presentación de la relación de los salmos en diferentes momentos de la vida de Jesús; p.e., en el nacimiento, en el bautismo, en sus enseñanzas y ministerio, y en la narraciones de la entrada a Jerusalén, la pasión y la resurrección. Respecto al mismo tema, véase a P.D. Miller Interpreting the Psalms (Philadelphia: Fortress Press, 1986, pp.27-28) y a H.J. Kraus Theology of the Psalms (Minneapolis: Augsburg, 1986, pp.177-203).
5 Véase, p.e., el estudio importante de Gourgues, op.cit.
6 Véase el comentario referente a este asunto en la obra de Bullock, op.cit., pp.94-96.
7 P.ej., el famoso himno de Martín Lutero, «Castillo fuerte es nuestro Dios», se fundamenta en el Salmo 46.
8 En varias comunidades de habla castellana, tanto en las Américas como en Europa, se alude a las personas encargadas de la adoración en las congregaciones como «salmistas».
9 Hans-Winfried Jungling, «Salmos 1–41», Comentario bíblico Internacional (Estella, Navarra: Verbo Divino, p.712).
10 Véase la magnífica introducción de la traducción de los Salmos que efectuó Julio Trebolle Barrera, Libro de los Salmos: Himnos y lamentaciones (Madrid: Trotta, pp.10-11).
11 Véase, p.ej., el reciente libro de Ernesto Cardenal, muy bien prologado por Dorothee Solle, Salmos (Madrid: Trotta, 1998).
12 Léanse los importantes comentarios en torno al tema de la poesía hebrea antigua fuera del Salterio en el libro de Peter C. Craigie, Psalms 1–50. WBC (Waco, TX: Word Books, 1983, pp.25-27). Una de las obras pioneras del estudio moderno y crítico de la poesía hebrea antigua es la de W.F. Albright; posteriormente sus discípulos estudiaron aún más esta literatura y descubrieron componentes estilísticos, temáticos y literarios de gran importancia para los estudios bíblicos.
13 Los libros deuterocanónicos son obras antiguas que se incluyen en las Biblias que provienen de las traducciones de la LXX y la Vulgata. Tradicionalmente esas ediciones de la Biblia se conocen como «católicas», y las que no incluyen esos libros, también llamados «apócrifos», se relacionan con las comunidades evangélicas.
14 James H. Charlesworth and James A. Sanders, «More Psalms of David» in The Old Testament Pseudoepigrfa, vol.2, ed. James H. Charlesworth (Garden City: Doubleday, 1985), pp.609-24.
15 Samuel Pagán, El misterio revelado (Nashville: Abingdon Press, 2002).
16 El estudio de estos títulos hebreos es muy complicado, pues en ocasiones no hay mucha evidencia literaria e histórica en la cual se puedan basar las conjeturas y las especulaciones. Nosotros seguimos tradicionalmente los análisis y estudios de A.A. Andreson, op.cit., pp.42-51.
17 Para evaluar el estado actual de la comprensión e interpretación de los Salmos en función al estudio y análisis de la poética hebrea, véase el magnífico artículo de Robert Adler, «Los libros poéticos y sapienciales», en John Barton, ed. La interpretación bíblica, hoy (Santander: Sal Terrae, 2001, pp.260-276).
18 Hans-Winfried Jungling, «Salmos 1–41», Comentario bíblico internacional (Estella, Navarra: Verbo Divino, 1999, p.712).
19 En la traducción griega de la Biblia hebrea, conocida como la Septuaginta o versión de los Setenta o LXX, esta referencia aparece en 14 salmos adicionales.
20 Véase el interesante comentario de Weiser, op.cit., p.172, que alude a la interpretación de la expresión por Lutero.
21 Véase a Mays, op.cit., pp.9-11.
22 Varios salmos ponen de relieve temas que se manifiestan también en la literatura común de la región: p.e., las alusiones a Dios y a Sión en fraseologías que se utilizan en la literatura extra bíblica de la época (Sal 2; 24; 48); y las referencias a luchas mitológicas antiguas características de la religión de Canaán (Sal 29; 82; 93). Véase a Mays, op.cit., p.9.
23 Respecto a esa división en cinco partes del salterio las tradiciones judías indican que de la misma forma que Moisés legó al pueblo cinco libros de la Ley, David brindó a la comunidad judía cinco libros de cánticos y oraciones. Esta percepción de los salmos los ubica en un lugar teológicamente prominente, al lado de la Ley de Moisés; además de reconocer la autoridad de David al nivel del famoso legislador del pueblo de Israel. Véase el Midrash Tehilim en torno al Salmo 1; Mays, op.cit., p.15.
24 Longman III, Cómo leer los salmos: Una introducción a la Poesía Hebrea (Barcelona: CLIE, 2000, pp.54-55).
25 En el comentario a estos salmos se explicarán las peculiaridades teológicas y literarias de cada salmo, y se destacará también la importancia de cada uno de ellos como introducción a la antología religiosa del salterio.
26 Jungling, op.cit., pp.724-725.
27 Vease a S. Pagán, op.cit.
28 Seguimos en nuestro análisis el estudio de John Eaton, The Psalms. A Historical and Spiritual Commentary with an Introduction and New Translation (London y New York: T&T Clark International, 2003, pp.6-7).
29 Véase la importante obra de John Eaton, op.cit., p.8.
30 Seguimos en nuestro análisis textual el importante estudio de Jesús García Trapiello, Introducción al estudio de los Salmos (Salamanca y Madrid: San Esteban y EDIBESA, 1997, pp.33-36).
31 J.L. Crenshaw, The Psalms. An Introduction (Grand Rapids: Eerdmans Publishing Co., 2001), pp.72-4.
32 Guía nuestro análisis en torno a este novel tema de estudios bíblicos, la obra de Othmar Keel en torno a la iconografía en mundo de la Biblia: The Symbolism of the Biblical World: Ancient Near Easter Iconography and the Book of Psalms (Winona Lake: Eisenbrauns, 1997).
33 A.A. Anderson, op.cit., pp.51-52.
34 Véase «Fiestas judías y días sagrados», en la Biblia de estudio. Reina Valera-1995 (Miami: SBU, 1995, p.173).
35 Biblia de estudio, Reina Valera-95, op.cit., p.520.
36 En torno al tema de la interpretación de los salmos, véanse particularmente las importantes obras de Miller, op.cit.; Mays, op.cit.; Brueggemann, op.cit.
37 Véase a McCann, p.cit., pp.16-19.
38 El erudito que se relaciona con el descubrimiento y uso de esta metodología es el alemán Hermann Gunkel; y en torno a este asunto, véase su obra, The Psalms: A form-Critical Introduction, trans. T.M. Horner (Philadelphia: Fortress Press, 1967).
39 El nombre que más se ha relacionado con esta fundamental teoría para el estudio de los salmos es el de Sigmund Mowinckel, que a su vez era un discípulo de Gunkel. The psalms in Israel’s Worship, trans. D.R. Ap-Thomas. 2 Vols. (Nashville: Abingdon Press, 1962).
40 Véanse los estudios de Claus Westermann, Praise and Lament in the Psalms, trans. Keith R. Crim and Richard N. Soulen (Altanta: John Knox Press, 1981).
41 El llamado a superar la crítica de las formas para llegar al estudio de la crítica retórica lo dio James Muilinburg en el 1968, en su discurso inaugural como presidente de la Sociedad de Literatura Bíblica; «Form Criticism and Beyond», JBL 88(1969):1-18.
42 La figura cimera en los estudios conocidos como crítica canónica es Brevard Childs; véase, entre sus obras, «Reflections n the Modern Study of the Psalms», Magnalia Dei, The Mighty Acts of God: Essays in Memory of G. Ernest Write, eds., F.M. Cross, W.E. Lemke, P.D. Miller (Garden City, NY: Doubleday, 1976).
43 Respecto a los proponentes de esta metodología o acercamiento al estudio de los salmos, debemos señalar prioritariamente los estudios de Mays, op.cit.; véanse también las obras de Gerald Wilson, The Editing of the Hebrew Bible, SBL, Dissertation Series 76 (Chico, CA: Scholars Press, 1985) y de David M. Howard, «Editorial Activity in the Psalter: A State-of-the-Field Survey», Word and World 9/3 (Summer 1989): 274-85.
44 Las contribuciones literarias y teológicas de Gunkel, Mowinckel y Westermann al estudio de los Salmos han sido fundamentales y extraordinarias. La metodología de estudio de las fuentes o géneros, relacionada principalmente con los estudios de Gunkel y sus discípulos, ha dominado durante el último siglo la disciplina de estudios del Salterio; Gunkel, op.cit. Pueden estudiarse también diversas respuestas y usos de la metodología de Gunkel en Mowinckel, op.cit.; Westermann, op.cit.; Mays, op.cit.; Miller, op.cit.; Anderson; op.cit.; Weiser, op.cit.
Los géneros literarios mayores que identifica Gunkel en su obra son los siguientes: himnos, lamentación colectiva, salmos reales, poemas cultuales individuales y lamentación individual; también identifica algunos géneros menores, tales como: cánticos de peregrinación, acciones de gracias colectivas, salmos de venganza y relatos de gestas pasadas. En el libro de Mannati, op.cit., pp.12–63, se incluyen trece géneros literarios específicos en los Salmos, que adelantan aún más el análisis de Gunkel.
45 Longman III, op.cit., pp.28-45.
46 Aunque la gran mayoría de los estudiosos acepta los géneros principales de los Salmos identificados por Gunkel –posiblemente con algunas variantes menores–, no siempre se denominan o se traducen al castellano de la misma manera. En nuestro estudio y comentario, generalmente seguiremos las propuestas que se incluyen en la obra de Mays, op.cit. pp.19-29; las variantes a esa metodología se identificarán en el comentario.
47 Se han propuesto, para el estudio literario del Salterio, categorías diferentes para la clasificación de sus géneros, sin embargo, a mayor cantidad de géneros difierentes menor la utilidad educativa y práctica. P.ej., en la obra de Alonso Schokel y Carniti, op.cit., pp.91-106, se hace una lista de once categorías literarias mayores de los Salmos; y en la edición de estudio de la Biblia RVR-95, op.cit., pp.658-659, se identifican otras once, que no coinciden necesariamente con las nomenclaturas de otros estudiosos. En esta obra hemos decidido seguir el modelo de menos categorías literarias para facilitar la comprensión teológica de la obra y facilitar de esa forma su utilización educativa.
48 Generalmente, en introducciones al Antiguo Testamento y al libro de los Salmos, estas oraciones se conocen como lamentaciones; en este comentario hemos evadido esa terminología pues puede producir una carga negativa en el oyente y lector: ¡Estos salmos no son, evidentemente, las expresiones de frustración de alguna persona herida por la vida!
49 Longman III, op.cit., pp.31-33; véase, respecto al tema de las frustraciones de los salmistas, la importante obra de Clauss Westermann, Los Salmos de la Biblia (Bilbao: Ediciones EGA, 1994).
50 Un estudio clásico e importante sobre la teología de los Salmos, desde una perspectiva sistemática, es el de Hans-Joachim Kraus, Teología de los Salmos (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1985). De particular importancia son sus capítulos sobre el Dios de Israel (pp.19-59) y sobre el ser humano ante Dios (pp.183-240).
51 La obra que principalmente guiará nuestro estudio y reflexiones en torno a la teología de los Salmos es la de J.L. Mays, op.cit.; sin embargo, referente al mismo tema, pueden estudiarse los siguientes libros: Craigie, op.cit.; H. Ringgren, La fe de los salmistas (Buenos Aires: La Aurora, 1979); H. J. Kraus, op.cit.; y J. Limburg, «Book of Psalms» The Anchor Bible Dictionary. Vol 5 (New York: Doubleday, 1992).
52 He traducido las fórmulas tradicionales del Salmo de forma inclusiva, no sólo para incorporar directamente a toda la comunidad que adora –p.e., hombres y mujeres, niños y niñas, y personas ancianas–, sino para superar el personalismo que insinúa la traducción individual del poema y hacer justicia a los conceptos de comunidad que se ponen claramente de manifiesto en el poema.
53 Véanse las obras de Mays, op.cit., pp.40-43; Craigie, op.cit., 57-62; Weiser, op.cit., pp102-108; Anderson, op.cit., pp.57-63.
54 Respecto al nombre de Dios y sus implicaciones teológicas y sociales, véase mi libro El Santo de Israel (Austin: AETH, 2002); en esta obra se presenta una buena bibliografía en torno al tema estudiado.
55 Una magnífica introducción teológica y literaria al tema del nombre de Dios se encuentra en Kraus, op.cit., pp.19-28.
56 En la tradición de las versiones de la Biblia conocidas como Reina-Valera, se ha traducido el nombre personal divino como Jehová, que revela las percepciones medievales de la pronunciación del tetragramatón
57 Jesús García Trapiello, op.cit., p.158.
58 En torno al desarrollo de las metáforas sobre Dios, véase a J.L. Crenshaw, op.cit., pp.68-69.
59 Respecto a este tema del reinado de Dios, es muy importante indicar que el pueblo hebreo y sus escritores utilizaban las imágenes de poder y autoridad que transmitían sentido y fomentaban la comprensión adecuada de las ideas. La monarquía, en el período veterotestamentario, era la institución que transmitía las ideas de ordenamiento político, jurídico, religioso y social. En este sentido, los escritores bíblicos intentaban, con la metáfora del Dios-rey, poner de manifiesto que sobre las monarquías e instituciones políticas humanas se presentaba con más autoridad y poder el reinado de Dios sobre la historia y las naciones.
60 Véase la interesante discusión en torno a este tema en Kraus, op.cit., pp.19-28.
61 La importancia teológica y exegética de estos términos no deben subestimarse. Kraus, op.cit., pp.55-59.
62 El amor divino se pone de relieve en casi todas las expresiones de los Salmos. Dios ama a su pueblo, y las demostraciones de ese amor divino se revelan continuamente en las diferentes manifestaciones de su reinado. El término hebreo traducido por amor incluye niveles de intensidad especial que se revelan en la demostración de su misericordia constante; véase a Ringgren, op.cit., pp.49-50.
63 Véase a Mays, op.cit., pp.32-36.
64 En la antigüedad se pensaba que las responsabilidades del rey se asociaban con la del pastor, que era vista como una figura política y religiosa (p.e., véase Sal 23).
65 Véase, por ejemplo, mis comentarios exegéticos, literarios, teológicos y pastorales en Samuel Pagán, Experimentado en quebrantos (Nashville: Abingdon Press, 2001).
66 Véase los diversos niveles de sentido de la palabra shalom en G. Kittel y G. Friedrich, Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento (Grands Rapids: Libros Desafío, 2002, pp.207-208).
67 Respecto a este tema, seguimos las ideas de Mays, op.cit., pp.163-165.
68 En torno a estos importantes temas, que unen aspectos teológicos, culturales y lingüísticos, seguimos particularmente a R. Murphy, The Gift of the Psalms (Peabody: Hendrichson, 2003, pp.32-58).
69 Esta idea se manifiesta de forma clara en la famosa épica mesopotámica de Gilgamesh, donde se presentan los infructuosos esfuerzos humanos para llegar a la inmortalidad; véase ANET, p.90; Murphy, op.cit., p.34.
70 Para el estudio de la poesía hebrea la siguiente literatura es de singular importancia: R.L. Alden, «Chiastic Psalms: A Study in the Mechanics of Semitic Poetry in Psalms 1–50» JETS 17 (1974) 11-28; G.B. Gray, The Forms of Hebrew Poetry. With a Prolegomenon by D.N. Freedmen (New York: Ktav, 1972); T.H. Robinson, The Poetry of the Old Testament (London: Duckworth, 1947); D.K. Stuart, Studies in Early Hebrew Meter. HSM 13 (Missoula: Scholars Press, 1976); J. Kugel, The Idea of Biblical Poetry (New Haven: Yale University Press, 1981); L. Alonso Schokel, Estudios de poética hebrea (Barcelona: Herder, 1963); S. Geller, Parallelism in Early Biblical Poetry (Missoula: Scholars Press, 1979); M. O’Connor, Hebrew Verse Structure (Winona Lake: Eisenbrauns, 1980).
De singular importancia para la comprensión y traducción de la poesía en la Biblia es la obra de Lynell Zogbo y Ernst Wendland, traducida y adaptada por Alfredo Tépox Varela, La poesía del Antiguo Testamento: pautas para su traducción (Miami: SBU, sf ).
71 Durante las últimas décadas se ha manifestado entre los eruditos bíblicos que estudian el Salterio un marcado interés por el análisis literario de los Salmos. Esa tendencia metodológica se pone de relieve de dos formas básicas: en primer lugar, se ha tratado de definir con mucha más precisión la naturaleza y el carácter de la poesía bíblica; además, se ha descubierto que la poesía bíblica –y en el caso particular nuestro, la poesía del Salterio–, comprende aspectos que sobrepasan el tradicional estudio de los paralelismos. Para un resumen de estos análisis, véase, en primer lugar, a Miller, op.cit., pp.16-17; y más específicamente la reseña de J. Barr al libro de J. Kugel, The Idea of Biblical Poetry, en Times Literary Supplement (December 25, 1981), 1506.
72 Aunque los especialistas no han llegado aún a una definición universal de la poesía, hay evidencias de la manifestación de rasgos poéticos en cada cultura y lenguas del mundo. La poesía utiliza un tipo de lenguaje distinto al cotidiano en prosa que puede ser reconocido por su valor artístico, emotivo y agradable al oído. Referente a diversas definiciones de poesía que se han propuesto, véase a Zogbo y Wendland, op.cit., pp.2-5. Según Don Miguel Antonio Caro, famoso escritor colombiano, la poesía es «una manera ideal y bella de concebir, de sentir y de expresar las cosas».
73 Mervin Breneman, Salmos (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1997, p.25).
74 El ritmo o metro en la poesía hebrea es la sucesión de palabras monosilábicas acentuadas, sin la intervención de sílabas no acentuadas; además, dos sílabas acentuadas a veces están separadas por cuatro o hasta cinco sílabas no acentuadas.
75 El paralelismo es también una de las peculiaridades retóricas más prominentes y características de la literatura poética de Medio Oriente antiguo, y se manifiesta en escala menor en las narraciones en prosa; véase Adelle Berlin, «Parallelism», The Anchor Bible Dictionary. Vol. 5, pp.155-166.
76 Los estudios contemporáneos de la poética hebrea estudian y analizan no solo los paralelismos sino los diversos componentes estéticos de los Salmos; véase particularmente a Geller, op.cit. y Kugel, op.cit.
77 El nombre «quiasmo» proviene viene del idioma griego, y se deriva de la letra chi, que tiene la forma de dos líneas cruzadas como una «X» mayúscula. Tremper Longman III, Cómo leer los salmos: Una introducción a la Poesía Hebrea (Barcelona: CLIE, 2002, pp.123-126).
78 Véase, particularmente, el tercer capítulo del libro de Zogbo y Wendland, op.cit., pp.23-78, en el cual se explican las características fundamentales de la poesía hebrea y se dan buenos ejemplos para la identificación y comprensión de esos recursos literarios y estilísticos.
79 Algunos estudiosos de la poética hebrea entienden que el «bi-colon» es en realidad una sola línea poética o «verso», por esa razón esta categoría también recibe el nombre de «estico» (del griego stoijos, que significa «línea») o «monostiquio»; y cada «colon» es entonces un «hemistiquio».
Para los propósitos educativos de este libro identificaremos como «colon» únicamente a la linea poética; dos líneas poéticas serán un «bicolon»; tres líneas poéticas, «tricolon»; y cuatro, «tetracolon».
80 James Limburg, en su presentación del libro de los Salmos en The Anchor Bible Dictionary V, tiene una muy buena sección de ejemplos de paralelismos en el Salterio; pp.528-531.
81 En la obra de Zogbo y Wendland, op.cit., pp.25-36, se presenta la propuesta tradicional del Obispo Lowth y el desarrollo y actualización de sus teorías en torno a la poética hebrea; además, se incluyen muchos ejemplos que ayudan al lector a comprender las complejidades literarias y estilísticas de los Salmos.
82 El Salmo 119 es un magnífico ejemplo de esta peculiaridad literaria, pues cuenta con 22 estrofas de ocho versículos cada una.
83 Véase la importante obra en torno la traducción de los salmos, en Heber F. Peackock, A Translator’s Guide to Selected Psalms (New York: American Bible Society, 1981).