Читать книгу El contrato de cash pooling en los grupos de sociedades. Aspectos contractuales, societarios y concursales - Silvia Valdés Pons - Страница 31

En el ámbito de nuestro supuesto de hecho, la sociedad pooler desempeña muchas actividades comunes de los establecimientos de créditos, como puede ser la concesión de financiación, la recaudación de fondos, o la prestación de servicios de cobro y pagos a las empresas del grupo. En este sentido, parece adecuado reflexionar acerca de si el ejercicio de alguna de las referidas actividades por parte de la sociedad pooler es configurable bien como una actividad bancaria, o bien como la propia de un establecimiento financiero de crédito.

Por un lado, hemos de señalar que una de las actividades principales de los establecimientos de crédito consiste en la captación de fondos reembolsables del público. De este modo, el legislador ha entendido que no tienen la consideración de fondos reembolsables del público aquellos que se entregan entre entidades que pertenecen a un mismo grupo de empresas84. El contenido de esta disposición permite concluir que la reunión de fondos por la sociedad pooler a través de las empresas del grupo no da lugar a una actividad de captación de fondos reembolsables del público y en este sentido, no es configurable como una actividad bancaria o propia de un establecimiento financiero de crédito.

Por otro lado, como ya sabemos, la sociedad pooler, en calidad de comisionista y delegada de pago, puede prestar a las sociedades del grupo un servicio de cobro y pago a sus proveedores. Esta actividad es funcionalmente asimilable al servicio de caja (es decir, contrato de mandato) que presta el Banco. Si bien, como ya comprobamos cuando examinamos la naturaleza jurídica de este contrato, a diferencia de lo que ocurre en la actividad bancaria, en nuestro supuesto de hecho, la sociedad pooler no desempeña el mandato sobre la base de una provisión de fondos, sino que es ella quien anticipa los medios, convirtiéndose en acreedor al reembolso de las sumas aportadas. Este principio nos permite descartar la equiparación de la actividad realizada por la sociedad pooler con una actividad bancaria.