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3 Decide conscientemente como te ves a ti mismo y que valor te das

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Nacemos en este mundo sin saber muy bien por que, ni donde estamos, ni si nuestra vida tiene algún propósito, y aunque algunas corrientes de pensamiento afirman que hemos vivido varias vidas antes, aquí vamos a analizar solamente este momento presente, ya que cuando venimos al mundo la mayoría de nosotros no recordamos todo aquello.

Podríamos decir que nacemos siendo puro potencial, esponjas de aprendizaje que serán influenciadas por su familia y sociedad, más que nada en sus primeros siete años de vida, que es cuando nuestro cerebro establece las bases de aprendizaje más importantes que luego lo ayudarán a sobrevivir en este mundo lo más rápidamente posible. Luego de esos primeros años, el cerebro sigue aprendiendo y remodelándose, pero lo que aprende en esos años es bastante crucial.

No sabemos por qué nacimos en esa familia, ni en ese país, ni contexto social. Podemos creer que es mero resultado de la casualidad, o si creemos en un mundo con un orden y propósito, podemos pensar que hay un motivo de aprendizaje por el cual nacimos en esa familia y no en otra, pero como no lo sabemos vamos a analizar la situación desde lo que conocemos actualmente.

Lo cierto es que nos tocó esa familia y como cualquier familia no es perfecta, tiene sus aciertos y sus errores, y ello nos va a influir en nuestra vida. Siendo niños observaremos muchos aprendizajes, algunos de ellos sabios y otros de miedo o ignorancia; además viviremos muchísimas experiencias, algunas felices y otras que quizás nos hagan sufrir, porque nos enseñaron a interpretarlas como malas.

Cuando somos muy pequeños aprendemos sin juzgar y creemos fielmente en la palabra de los adultos, por lo que una experiencia traumática en esos años, puede marcarnos para toda la vida, sí luego no reflexionamos ni trabajamos en ella. Puede haber sucedido que cuando éramos niños nuestros padres no tenían mucha paciencia, por lo que retarnos y marcarnos solo nuestros errores era la rutina diaria; en ese caso puedo crecer pensando que no valgo, que hago todo mal y que no soy lo suficientemente bueno. Puedo vivir dejando pasar muchas buenas oportunidades por no sentirme capaz, como así también, resentido con mis padres por no haberme tratado con más amor.

El hecho es que cuando somos niños, como dijimos anteriormente, aprendemos sin juzgar y creemos en todo lo que nos enseñan, pero cuando llegamos a ser maduros y responsables ya es momento de hacer un stop y reflexionar sobre todo lo aprendido, analizar mi historia con inteligencia y sin juicio, y simplemente tomar esos aprendizajes que yo haya comprobado que son buenos para mi y para vivir armónicamente en este mundo, y los que crea que fueron errores de nuestros padres también tomarlos como un aprendizaje de lo que yo no quiero repetir.

Lo importante es que llegue ese momento en que tome las riendas de mi vida y conscientemente decida mis creencias y mi camino, poniendo en duda todo lo aprendido y comprobando por mí mismo lo que es bueno para mí. Para tener una guía de qué cosas o actitudes son buenas para mi, puedo decir que deben ser cosas que estén en equilibrio, que no afecten mi salud y que aporten a mi mejoramiento personal, o también que aporten algo valioso, o armonía, paz e integración al mundo. Si me equivoco tampoco es tan grave, siempre hay que recordar que hay muchas cosas que no sabemos y que estamos en un proceso de aprendizaje.

El punto más importante para empezar a tomar las riendas de mi vida y decidir trabajar en mi mejoramiento personal, verificando aprendizajes y creando mi propio camino, es decidir salir del papel de víctima, que para muchas personas es su papel favorito, sin darse cuenta lo mal que eso les hace a sus vidas.

La víctima es la persona que obviamente cree en un mundo de caos e injusticias, que juzga todo lo que le sucede y sucedió en su vida como malo e injusto, cree que tuvo mala suerte, juzga a sus padres duramente por sus equivocaciones y vive lamentándose de su pasado y del mundo. En lugar de ver lo bueno y tomar las equivocaciones y sus circunstancias para aprender y crecer, solo se queda estancado en su tristeza y resentimiento. Esta posición no le permite crecer ni evolucionar, pero tiene un beneficio oculto inconsciente por el cual muchas personas la mantienen en su vida. La víctima no se responsabiliza de su vida, justifica no crecer o no poder lograr cosas a causa de todo lo malo que le sucedió en el pasado, piensa que no tiene culpa de nada, que es el pobre bueno mientras que los responsables de toda su desgracia son los demás. Esta posición a veces resulta cómoda, pero te mantiene en un estancamiento emocional y no te permite lograr grandes cosas en tu vida, porque si logras algo ya no serás la víctima, a la que todo el mundo le tiene lastima y la justifica; pero también hay que tener en cuenta lo perjudicial de este patrón. A largo plazo las personas a tu alrededor se terminan cansando de alguien que vive triste, estancado, con resentimiento y juzgando a todo lo que se cruza en su camino.

Presta mucha atención si no estás de alguna manera trabado con este patrón y decide buscar ayuda si ese es el caso.

Lo que te recomiendo es que te enfoques en tu objetivo principal, lograr tu bienestar, aprendizaje y mejoramiento, y desde allí observes cual es la actitud que más te conviene tomar. Es lógico que puedas sentirte mal por cosas que te sucedieron en el pasado, pero no te estanques en ello, sácale a esa experiencia todo el jugo de aprendizaje que puedas y trata de seguir adelante.

Seguramente tuviste momentos en tu vida en los cuales sentiste que no valías lo suficiente o que no eras lo suficientemente bueno en algo, déjame decirte que esas eran solo interpretaciones basadas en el paradigma educativo bajo el cual fuiste condicionado.

Creer que no vales es creer que el universo esta mal, que es defectuoso, que las criaturas que habitan en él, que son extremadamente complejas, somos errores y tenemos algo malo. Quizás puedas creer eso, condicionado por esta sociedad basada en la culpa, el pecado y el castigo proveniente de la religión; pero, ¿no encuentras acaso una contradicción en decir que Dios es perfecto y todopoderoso y que la creación de él es mala? No es más lógico pensar que somos seres perfectos, solo que estamos aprendiendo lo que aún no sabemos. ¿Acaso dirías que un niño de cinco años tiene algo malo y no vale para nada, solo porque aún le quedan muchas cosas por aprender en esta vida? Bueno, nosotros somos una sociedad en evolución y aprendizaje, aún nos queda mucho por descubrir, aprender y evolucionar, tanto a nivel individual, como a nivel colectivo, cómo en el ámbito científico.

Eres increíblemente valioso por ser la criatura con la mente más compleja en esta tierra, por poseer la valentía de vivir la vida cada día, enfrentándote a los desafíos que ella trae, sin entender del todo muchísimas cosas. Además de ello, seguramente posees muchas virtudes que aún no has descubierto, cómo así también fortalezas que aún no han salido a la luz. Todos somos diferentes y tenemos atributos distintos, por ejemplo existen diferentes inteligencias que te permiten ser bueno en diferentes áreas de la vida, sin que necesariamente estas inteligencias se tengan que aplicar a un trabajo particular.

Inteligencia lingüística: capacidad de dominar el lenguaje y poder comunicarse efectivamente con los demás.

Inteligencia lógico-matemática: capacidad de pensamiento lógico y la resolución de problemas matemáticos.

Inteligencia espacial: capacidad para observar el mundo y los objetos desde diferentes ángulos, por lo que tendrás facilidad para el dibujo, los detalles y la estética.

Inteligencia musical: capacidad para tocar instrumentos y componer melodías.

Inteligencia intrapersonal: capacidad para comprender y regular tu ámbito interno, lograr una buena gestión emocional y del foco atencional, también se refiere a la capacidad de reflexionar sobre tus emociones y estados de ánimo y de poder desdramatizar situaciones y eventos de un impacto emocional negativo.

Inteligencia interpersonal: es la capacidad de empatizar con los demás, comprender sus emociones y poder ponerse en el lugar del otro. Es una capacidad valiosa si trabajas en grupo o los coordinas.

Inteligencia naturalista: capacidad para diferenciar y categorizar los aspectos vinculados a tu entorno natural, los animales, vegetales o los fenómenos climáticos, también la geografía y la naturaleza en general.

Inteligencia existencial: capacidad para la reflexión y la meditación acerca de tu existencia. Son personas que tienden a cuestionarse el sentido del universo, de la vida y de la muerte.

Inteligencia creativa: capacidad para ser creativo, proponer ideas y ser flexible para encontrar soluciones diversas a distintos problemas.

Inteligencia colaborativa: capacidad para elegir la mejor opción para alcanzar un objetivo trabajando en conjunto.


Todos somos diferentes y podemos poseer algunas de estas inteligencias predominantemente, aunque todas ellas se pueden desarrollar y entrenar.

El problema es cuándo nos empeñamos en competir, compararnos con otra persona, o creer que nuestro valor solo pasa por ser buenos profesionalmente, por ejemplo. Quizás en mi trabajo no me siento cómodo, ya que técnicamente no soy el mas habilidoso y me frustro e intento competir duramente con los dos mejores de la empresa, sin darme cuenta que en realidad yo poseo fuertemente una inteligencia interpersonal y que soy el que logra las conciliaciones e integración en el grupo de trabajo, como así también, soy el que más aporta para que haya un buen clima laboral, y ello también lleva a que tenga una familia, muy unida y armónica. Por otro lado, tengo la inteligencia naturista y en mi casa tengo la habilidad de hacer huertas que cada año son más productivas y aportan gran parte de los alimentos que la familia consume de manera natural, aportando grandes beneficios para su salud. Pero yo no veo esto, y me siento mal porque técnicamente me cuesta mucho alcanzar a mis compañeros, sin saber que ellos pueden tener esta habilidad, pero sus relaciones interpersonales son desastrosas y envidian la unión y la armonía que ven en mi familia, como así también mi capacidad de conciliar con las personas.

Ten en cuenta que vales desde el momento en que naciste, por tener la valentía de enfrentarte al mundo y sus desafíos, por poseer cualidades únicas y especiales, por aprender día a día y hacer lo mejor que puedes, por cometer errores y aprender de ellos y por muchísimas cosas mas.

Aprende a valorarte y quererte, no te compares porque eres único, y por favor no tengas la soberbia de pensar que eres un ser defectuoso, porque ni siquiera comprendes tu origen ni tu existencia.

30 claves para ser más felices

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